27. No es seguro.

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Narra Leti:

Después de acabar con la guerra lo primero que hice fue comer algo e irme a dormir. Había mucho trabajo pero eso se lo dejé a Santi, Tahiel y papá. Hay muchos hombres en el reino para encargarse de eso.

Me acosté entrada la noche y apenas estoy abriendo los ojos al medio día.

Me estiro en la cama y lastimosamente el cansancio no ha abandonado mi cuerpo.

Me levanto y voy al baño, hago mis necesidades y me preparo la bañera. No suelo usarla pero para casos extremos, medidas extrema y en esta ocasión mi cuerpo lo necesita.

Pongo lo necesario y me deshago de toda la ropa.

Entro a la bañera hasta dejar solo mi cabeza fuera del agua y la sensación es maravillosa.

Cierro los ojos disfrutando el momento y buscando relajarme por completo.

Esto se siente muy bien.

Termino mi pequeño momento y me pongo un lindo vestido holgado más arriba de la rodilla.

Es lindo y cómodo, justo lo que necesito.

Primero comeré algo y luego iré a buscar a Ela.

Voy a la cocina y para mi suerte, hay espirales recién hechos.

Una de las chicas me sirve una generosa porción, recuerdo que a Ela también le gusta la pasta y cambio los planes.

Subo a su habitación sosteniendo las dos porciones. Toco la puerta con los pies y en unos segundos Ela abre, mostrando que recién se acaba de cambiar. Lo sé porque se sigue poniendo los aretes.

- Desayuno a la habitación - digo con una sonrisa para luego entran como perro por mi casa.

-Eso huele delicioso - se acerca con una sonrisa.

-Y sabe aún mejor - le paso el suyo.

Nos sentamos a un lado de la cama y empezamos a comer.

Lo único que hacemos durante este momento es disfrutar esta exquisitez, hasta que Ela empieza a correr con dirección al baño.

Me paro rápidamente a ver que le pasa, pero casi termino vaciando mi estómago junto a ella.

Salgo del baño con una mano en el estómago, no es que sea mala amiga pero si me quedo ahí terminaré inconsciente en el piso del baño.

-Ela - la llamo pero solo escucho sus arcadas - ¿Ela, busco a Tahiel? - sí eso es.

-¡No, buaa! - hay no - estoy bien.

¿Qué hago?

-Te dije que estoy bien - habla entrando a la habitación.

- No te ofendas, pero tú cara dice todo lo contrario - fueron solo minutos pero se ve bastante desmejorada.

-Es normal - la miro confundida - no es seguro, pero creo que estoy embarazada.

Creo que mis ojos casi se salen de sus cuencas.

¿Escuché bien?

¿Dijo embarazada?

Ella sonríe mientras que yo no sé como reaccionar.

Pero mi cabeza hace click, y sé que es una personita en miniatura, posiblemente con el cabello blanco, hijo de mi hermano, y la emoción me embarga.

-¡Voy ha ser tía! - exploto finalmente.

Amaba reímos y nos abrazamos, pero nuestras risas se detienen cuando rompemos el abrazo y nos percatamos de la nueva presencia.

Tahiel es pálido, pero en estos momentos lo está por dos. Creo que le va a dar algo.

HíbridosWhere stories live. Discover now