21. Noche apasionada

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Narra Leti: 🌡️🔥

-Sí, estoy segura - no hace falta decir nadamás.

Santi junta sus labios con los míos en un beso brusco y desenfrenado. Y yo le correspondo de igual manera.

Él me impulsa y yo enredo mis piernas en su cintura.

Santi cierra de un portazo y camina conmigo con dirección a la cama.

Me deja sobre ella sin ningún cuidado y se posiciona sobre mí, entre mis piernas. Sin perder tiempo vuelve a juntar nuestros labios en un beso candente lleno de deseo y desesperación.

Nuestros pechos suben y bajan con rapidez, mientras perdemos el aliento uno en la boca del otro.

Santi hace presión entre nuestras intimidades y sin poder evitarlo un gemido abandona mi cuerpo.

Esto está pasando, está pasando de verdad.

Hago fuerza para quedar sobre él, y continúo con el beso como si mi vida dependiera de ello.

Santi muerde mi labio inferior y asalta mi boca, introduciendo su lengua dentro de mi cavidad.

Su lengua se mueve junto a la mía, y me encanta lo que percibo cuando ambas se rozan.

Santi agarra mi cabello y yo me aferro a su camisa, él hace un movimiento haciendo que yo vuelva a quedar debajo de él.

- Te necesito Leticia...- un escalofrío recorre mi cuerpo cuando su susurro choca con mi oído. Besa y lame mi cuello repetidas veces.

Besa mi escote con desesperación, y es más que obvio cuando escucho la tela de mi lindo vestido romperse.

-¡Santiago! - vuelve a tirar de la tela rompiéndolo por completo y dejándome con solo mis bragas.

-Te compraré dos - habla con la voz extremadamente ronca.

Su mirada me recorre de pies a cabeza, y no hago el mínimo intento en evitarlo.

Más bien quiero provocarlo.

Muerdo mi labio inferior bajo su atenta mirada, y coloco uno de mis pies justo en su pecho.

-Creo que tienes mucha ropa. ¿No crees? - antes de que que el reaccione me pongo de rodillas en la cama justo frente a él. Y en un movimiento todos los botones de la camisa salen volando por la habitación, dejando su pecho expuesto para mí.

No puedo evitar lamer mis labios con tan exquisita vista.

Paso mis manos por su pecho sin ningún pudor, mientras nuestros ojos se  expresan las ganas que nos traemos.

Beso su cuello y siento su piel erizarse, me gusta. Dejo besos húmedos desde su cuello hasta su zona V, y vuelvo a subir pasando mi lengua en todo el recorrido.

Él me agarra del pelo y aprieta moderadamente, lo justo para imponerse sin llegar a hacerme daño. Y me gusta.

Con su agarre en mi cabello, lleva mi cara hasta quedar a centímetros de la suya. Con sus ojos incrustados en los míos. 

- Veo que tenemos un problema - susurra aún con su mirada clavada en la mía.

-¿Y cuál sería? - susurro al igual que él, me siento incapaz de hablar con normalidad.

-Me gusta dominar - aprieta un poco más su agarre en mi cuello, sacándome un gemido.

- Entonces domíname - esa palabra fué como un detonante.

Su boca atacó mi cuello besando y chupando en toda la zona. Sus colmillos rozan la base de mi cuello y siento la necesidad de sentirlos perforar mi piel.

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