Epílogo:

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Narra Ela: cinco años y medio.

Despierto sintiendo como mi cuerpo robota en la cama una y otra vez.

-¡Jazmín, Jaden (yeiden)! - me quejo.

Solo escucho sus risas pero no se detienen.

De repente otro salto mucho más fuerte casi me saca de la cama.

-¡Tahiel! - le grito.

Tahiel, jazmín y Jaden ríen sonoramente, me paro de la cama y ellos salen corriendo.

- Me las van a pagar - salgo detrás de ellos.

Escucho sus risas mientras me acerco poco a poco a su habitación.

También puedo escuchar como Tahiel les dice que hagan silencio y ellos obedecen.

Entro lentamente a la habitación, sé que están del otro lado de la cama de jazmín pero me hago la tonta y busco en el armario y en otro lado de la habitación.

Me tiro sobre la cama de jazmín y ellos pegan un grito al verse descubiertos.

- ¡Aquí están! - grito haciendole cosquillas a los dos pequeños.

-Hay mamá - se queja Jaden.

Paro y los subo sobre la cama.

-¿Por qué le hacen eso a su madre? - me cruzo de brazos simulando estar enojada.

-¿Estás molesta mami? - pregunta mi princesa, la viva imagen de Tahiel.

Lo digo y lo repito, los genes de los Gold es demasiado dominante.

Es como si solo fueran de Tahiel.

Jazmín es la primogénita, y ahí es peor. Pelo blanco, ojos ámbar. Todo de Tahiel.

Jaden solo sacó mis ojos, es lo mismo que le pasó a Emma con Leticia.

Pobre de nosotras.

- Bueno eso pasa cuando no me dejan dormir - miro mal a Tahiel, él solo me sonríe.

- Y yo sé cual es la cura para ese mal - se acerca a mi y deja un beso en mis mejillas.

Los niños lo siguen haciendo lo mismo, y en solo segundos estoy llena de besos.

-¿Ya estás feliz mami? - vuelve a preguntar mi principito.

-Soy la mamá más feliz del mundo - les devuelvo los besos - ahora a prepararse, que visitaremos a sus abuelos en el aquelarre.

- Hay sí, el abuelo Jhon, y el abuelo Fabio siempre me dan regalos - chilla Jazmín.

- Y a mi también, además los tíos me dejan subir en sus lobos.

- Pues a prepararse para llegar temprano.

Nos alistamos para empezar un nuevo día y bajamos a desayunar.

- Come rápido mamá, o llegaremos tarde - me apura Jaden.

- ¿Quién coma primero gana? - pregunta Tahiel y ellos asiente.

- Pero no se ensucien - les advierto.

Terminamos el desayuno y Tahiel toma a Jaden en brazos, sabiendo que es en vano, pero le gusta presumir.

Tomo a Jazmín en brazos solo para que ellos hagan su intercambio. Jaden pide mis brazos y Jazmín los de su padre.

Hago el hechizo de teletransportación que me enseñó Emma y en un pestañear estamos en el aquelarre de los abuelos.

Los niños bajan y salen corriendo a dónde están sus abuelos.

Tahiel me pega más a él y junta sus labios a los míos. Un beso que me revolotea todo tanto en mi interior como en mi exterior.

- Te amo tanto que a veces duele - susurra en mi oído.

Río sonoramente, no puedo creer lo que acaba de decir.

- Eres imposible - digo entre risas - comportate estamos en una casa llena de personas con oídos súper capciosos. ¿O no te importa que alguien te escuche diciendo algo así?.

Él se encoje de hombros.

- Seguro no soy el único.

Ruedo los ojos.

Me acerco más a él y lo beso.

- Yo también te amo, demasiado para ser sinceros.

Y nos acercamos a los demás.

Me encanta lo unida que es mí familia.


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Camelia _Red

Aquí el final, el verdadero final de esta historia.

Espero que les guste y que disfruten de leerla tanto como yo de escribirla.

Si gustan pueden seguirme y seguir leyendo mis demás y próximas historias.

💝 Ciao Cuores 💝











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