Preparativos y celos

429 38 76
                                    

España caminaba de un lado a otro preparándose para la cita de esa noche mientras su Armada retiraba la opa vieja y ponía una nueva.

Armada (E): No me puedo creer que este haciendo esto..- refunfuñaba mientras ponía bien una camisa- Soy un soldado, un militar no una jodida chacha- dijo mientras agarraba una blusa para ponerla en la percha- ¡AAAAAAAA! Ni arrugado que esta esto, no esto  ahí que luego lo plancho- dijo tirándolo sobre una silla.

España lo miro con una sonrisa en los labios. Armada era alguien muy extraño, parecía un soldado frío, que le daba igual la gente, pero cuando lo conocía era alguien bueno y bastante práctico, sabía asear la casa, limpiar y cocinar y al igual que España era un fanático de los niños. España recordaba que cualquier niño que entrase por la puerta del castillo automáticamente acababa bajo los ojos de su Armada, él siempre estaba pendiente de que no le pasara nada a tal punto de que cuando los pequeños aprendía a andar Armada debía de ser sacado de la sala, pues si el bebé se caía el hombre lo sostendría entre brazos durante todo el día y diría que aún es demasiado pequeño y no le hacia falta andar.

Armada (E): Me sorprende que hayas comprado pantalones tan pegados, creí que los odiabas- dijo mirando el pantalón que había comprado el español de color negro.

España: Y los odio, pero sol al principio, después me acostumbro y son cómodos, aunque no son santo de mi devoción esos pantalones.- dijo mientras empezaba a peinar su largo cabello rojo.

Armada( E): ¿Entonces para que los compras?

España: Porque tengo lindas piernas y un culo que como la gente lo mire sin cuidado capaz y choquen con algo.

Armada (E): No creo que...

Pero Armada se interrumpió a si mismo cuando el español se puso de pie y se mostro frente a su Armada. Este acabo con la boca abierta y mirando sorprendido a su country.

Armada(E) ¡¿ESE ES TÚ CUERPO?!

España solo sonrió de manera ladina. Los country solían ser un poco más alto que los humanos, superando su media. Por ejemplo España media un metro noventa, México los dos metros, USA dos metros diez y Rusia el más alto media dos con veinte. Aunque la altura de España se debía también a que era un omega, por lo que era un poco más bajo que algunos alfas.  Y eso ahora mismo le jugaba mucho a su favor, el cuerpo de los omegas al igual que el de los humanos son diferentes al del otro género, es por ello que aunque lo trabajes mucho hay cosas que no pueden ser cambiadas o no tienen el mismo resultado.

El cuerpo del español era esbelto, estaba bien definido, cada curva cada musculo estaba en su sitio. Junto a que al ser omega varios sitios se acentuaba un poco más, su cintura era más estrecha, sus pechos algo más grandes pero sin llegar a parecer el de una mujer, simplemente eran algo más inflado que solo creció un poco más debido a las pastillas para el celo, sus caderas eran más anchas y eso hacia que su trasero fuese un poco más grande también al punto de que el ruso podría agarrarlo al completo perfectamente bien. Y sus piernas eran largas y finas, aunque fuertes. Pero era gracias a la ropa que había comprado que el español empezara a resaltar más que nadie. Aunque a Armada no le gusto mucho, pues era muy estereotípica tenía que admitir que el español sabia lucirlo.

El conjunto era simple, pero de la simpleza nacía la grandeza, España llevaba una blusa holgada de color vino tinto casi transparente, no lo suficiente para ver su cuerpo a través de la tela, pero si lo suficiente para poder intuir la forma de su cuerpo. Llevaba los pantalones ajustados a su cuerpo, de talle alto hasta su cintura, acentuando más la curva de esta, una perfecta s que guiaba a la vista a unas largas piernas que se prolonga un poco más, gracias a unos botas con un muy leve tacón, lo suficiente para elevarlo unos tres centímetros y que sus pasos suenen por donde caminara. La blusa también la había dejado algo abierta, en un escote hasta debajo de su pecho, por seguridad el español había decidido ponerse una gargantilla ancha de oro con algunas flores rubí, si la situación se le iba de las manos, al menos el ruso no podía morderlo. Había planchado su indomable pelo, dejándolo un poco más largo y bastante liso. También se había maquillado levemente, solo tenía tres útiles de maquillaje, puesto solo con eso tres le bastaba  sobraba, un rizador de pestañas para dejarlas más largas, un lápiz de ojo donde se pintaba levemente para dar el efecto de que sus ojos aún era más claro de lo que ya era y un gloss rojo, que le dejaba sus labios más carnosos y algo más jugoso.

Jodidos AlfasWhere stories live. Discover now