No me jodas, México

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España bailaba en la pista dejando que la música le guiará, movía su cuerpo suavemente de un lado a otro cantando levemente algunas estrofas de la canción.

La pista estaba casi oscura de no ser por las luces de colores que danzaban a su alrededor, de reojo podía ver a ambos americanos hablando en la barra del bar. España decidió relajarse y siguió bailando.

La música estaba a máximo volumen, la gente se movía al son de la música y el español tenía la mente en blanco mientras se movía. De repente, una mano se colocó en sus caderas sobresaltando al español. España intentó girarse para darle un fuerte golpe pero el agarre era de manera muy firme y no pudo moverse.

México: Deja de bailar, solo quedas en ridículo- dijo en un susurro en su oído.

España se tensó levemente por el agarre del mexicano, pero al analizar la frase un fuerte enfado golpeó en él.

España: ¿Qué has dicho, idiota?- masculló enfadado.

México: Que no sabes bailar.... Esto no es tablao flamenco.

España: Se bailar más que flamenco, tengo más bailes tradicionales, burro.

México: Y ni uno de ellos sirve para esta canción. Deja de moverte como esos muñecos que tienen un ventilador en el culo y se mueven por todos lados.

España: ¿Qué sabes tú sobre bailes? Además, estabas con Perú ¿Qué haces aquí?

México: Intentar ayudarte, no seas malo, por una vez que quiero ser amable contigo deberías dejarte guiar.- dijo con una sonrisa poniendo su otra mano en el otro extremo de la cadera de España- Se lo que puede hacer estas caderas, y son movimientos mucho mejores que intentar bailar el hula hoop.

España: ¿Ahora me vas a enseñar como bailar?- preguntó con una sonrisa altiva- ¿Por qué no sigues jugando con Perú y me dejas tranquilo?

México: él no es tan divertido como tú.-susurró pegando su cuerpo al del español.

España se tenso al sentir el pecho de México en su espalda, su aliento en la nuca, su entrepierna sobre su trasero y las piernas del mexicano tras las suyas. España soltó un suave gemido por lo bajo.

España: ¿Era obligatorio que tus pantalones fuesen tan apretados que se tiene que sentir todo?- masculló por debajo.

México río divertido cerca de la oreja del español.

México: Me da más movilidad.

España: Ya sé lo que se te mueve... ya

México río por lo bajo y empezó a mover sus caderas, con las manos bien sujetas en las caderas del español empezó a moverlo a la par que su cuerpo.

México: No hace que lo hagas rápido o fuerte, solo al compás de la percusión- susurro moviendo las caderas- ¿Ves? Pum, pum, pum...- decía mientras ponía las caderas del español en un lado y otro.- Tienes que seducir en el baile, imagina que es como los animales, es una danza de apareamiento, demuestra tus movimientos, atrae al macho como si fueras una sirena.

España se encontraba tensó ante la situación, odiaba aceptar que esta cercanía le estaba trayendo recuerdos. Aún al día de hoy no podía evitar sentir algo extraño ante la presencia del mexicano. Quizás porque la relación más larga, casi romántica fue con él.

España: Mi danza de apareamiento es algo diferente- susurro, aunque tenía esos sentimientos revoltosos, no podía evitar querer jugar un poco con la mente del mexicano- Yo bailo mal para atraerlos hacia mi.

México se río divertido sobre su oreja.

México: ¿Y eso funciona?

España agarró las muñecas del mexicano separandola de sus caderas y girando quedando frente a él.

Jodidos AlfasWhere stories live. Discover now