Tarde

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Rusia caminaba de un lado a otro completamente nervioso y listo para la cena, ya había puesto los platos sobre la mesa del comedor, incluso había puesto velas. Rusia miro la mesa fijamente.

"¿ Pero que diablos?" pensó al ver lo elegante que lo había dejado todo, con las luces del salón al mínimo para que las cálidas velas situada aun lado para que no entorpeciera el contacto visual mientras que los platos aún estaban calientes. " ¿Por qué he puesto todo esto? Es un alfa por el amor de Dios. Solo debo acostarme con el y punto no tengo que hacer todo esto"

Rusia resopló y fue a a apagar las velas y recoger eso un poco, le daba vergüenza que el español lo viese ya podía ver como se burlaría de él soltando frases como: Y luego dicen que yo estoy mal por acostarme con alfas, o ¿Con tanta ganas te deje Urssy? Y eso que decías que era poco alfa.

Rusia podía a sentir la risa del español al ver eso. Aunque sospechaba que ya no iba a llegar pues el reloj marcaba ya las ocho y media. No había dado señales de vida, lo más probable es que le había gastado una de sus estúpidas bromas y él había picado como un imbécil.

"Si seré idiota... él me ha engañado y yo he caído como un crío"

Rusia resopló molesto y camino hacia el comedor, estaba muy enfadado por todo lo que había hecho, el odio hacia el ibérico se había incrementado. El solo pensar que había estado toda la tarde buscando recetas rusas que a él le pudiese gustar comparando los ingredientes con algún plato español. Pasarse toda la tarde intentando cocinar algo decente y haber estado todo nervioso temiendo que no le gustará o lo hubiese hecho mal. El como su corazón se detuvo al ver que solo quedaba menos de media hora para las ocho y aún no había preparado la mesa y tampoco a el mismo. Como un rayo puso la mesa y fue corriendo a la ducha. Al salir tenía el cabello algo húmedo pero le dio igual y fue a su armario a buscar algo de ropa, encontró unos pantalones negros algo ajustados pero no mucho y una camisa de cuello alto y mangas cortas que aunque holgada apretaba un poco sobre sus pectorales marcándolos, se peino hacia atrás y vio la hora, las ocho y diez. El pobre ruso por poco no le da un infarto al ver lo tarde que era y rápidamente bajo las escaleras mirando la entrada para asegurarse que su invitado no estuviese allí de pie. Al abrir la puerta y no verlo, sintió un fuerte golpe en el pecho pensando que se había ido. Pero recordó que el timbre no sonó en ningún momento por lo que aún no había llegado y aunque  a Rusia no le gustaba la espera, no pudo evitar soltar un suspiro de alivio al ver que le había dado tiempo. Ya llevaba veinte minutos esperando y el ibérico no daba señales de vida, soltando un suspiro de decepción y cansado se dio cuenta de que nunca iba a ir. 

Rusia camino lentamente hasta la mesa, dispuesto a apagar las velas de un soplo pero sentí dolor en su pecho, no entendía el porque de aquello pero sentía que incluso podía romper a llorar.

"Solo ha sido otra de sus estúpidas bromas para reírse de mí. No se porque me sorprende, él es así. No va a venir y será mejor quite esto antes de parecer más idiota de lo que soy"

Rusia respiro hondo, pero antes de poder soplar el timbre sonó en la casa. Desconcertado miró hacia la entrada solo para volver a escucharlo, lentamente camino hacia ella y la abrió solo para encontrarse al español jadeando en su puerta y algo sudado con el cabello mal puesto y su rostro completamente rojo.

España: Lo...lo...lo sien...lo siento.... mucho- dijo entre jadeos

Rusia: ¿Qué haces aquí?- pregunto de manera fría, en verdad estaba enojado con él.

España lo miro desconcertado por la pregunta.

España: ¿La...cita?- susurro con el habla más calmada.

Jodidos AlfasWhere stories live. Discover now