Confesión

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España miraba con asombro al mexicano, su rostro fue cambiando hasta parecer uno de completa burla .

España: Me estas vacilando... ¿verdad?- dijo con una sonrisa algo extraña.

México sintió un dolor en su corazón sintió rabia por ver a España sonreír en su estado más vulnerable, ira porque el español consideraba sus sentimientos un chiste, dolor de no ser tomado en serio y la desilusión ante esa respuesta. Como método de defensa el mexicano empezó a reír... por no llorar.

México: Eres un ....- dijo con voz temblorosa

España estaba demasiado nervioso, podía sentir el instinto asesino del mexicano. México golpeó fuertemente la puerta dejándole una leve abolladura.

México: ¡Gilipollas!

España dio un brinco en su sitio asustado por su reacción.

México: ¿Pero de qué vas? ¿Qué demonios estás diciendo? ¡Pedazo de imbécil!

España: México, ya por favor, tranquilo.

España dio un ligero chillido cuando el mexicano le agarró del brazo y lo tumbó en el suelo, México se puso sobre él para retenerlo de nuevo.

México: ¿Tanta gracia te da mis sentimientos, España? ¿Tan poca cosa soy a tus ojos para reírte de mí?- dijo enfadado.

España: Oye, oye, oye, escucha. Eso no es verdad. Nunca te he considerado inferior a mi y lo sabes.

México: Mientes- dijo de manera estoica.

España: Bueno, sí, un poco, pero eso hace ya varios siglos. Al principio de la relación... antes de ser una... ¿relación?

México: Eso no tiene sentido.

España: Créeme que sí lo tiene.- se excusó rápidamente. México gruño molesto- Escucha México, por favor, no quiero ser violento, no quiero que esto escale más. En verdad no quiero eso, quiero seguir siendo tu amigo, por favor... tranquilízate.

México: El problema, España, es que yo no quiero ser tu amigo- dijo de manera firme- España... no sabes la tortura de este silencio, no sabes lo mal que me siento. El daño que me hiciste y el amor que te tengo y tú te ríes como si fuese un chiste.

España: México....- susurro con vergüenza a sus acciones- Lo lamento... te juro que no quería reírme, te juro que....-España no sabía que decir- Dios... no se que decirte ahora mismo.

España se sentía mortificado, no era capaz de mirar al mexicano a la cara, sentía mucha vergüenza por sus acciones y palabras.

México: Se... como me ves... como todo el mundo me mira.- susurro suavemente- Sé que siempre he sido la sombra de alguien en tu vida sé que no soy Roma, Tahuantinsuyo, SIRG... hasta China.- dijo con algo de rabia- Se que siempre fui un zopenco a lado de otros, que no era el más rico o el más apuesto, que solo era una vieja gloria orgullosa. Pero soy la representación de un pueblo muy orgulloso, aún con nuestras virtudes vemos solo nuestros defectos, aún con nuestros defectos buscamos nuestra virtud. Y tenemos mucha, aunque otros la usen como si fuese algo malo... Somos gente que le ponemos una sonrisa a lluvia, que rompemos la realidad para hacer cosas que nadie más puede, que por muy mala que sea la situación nos levantamos y luchamos y si es necesario dejar nuestro hogar y nuestra familia nos vamos con una maleta llena a ninguna parte.

España estaba en el suelo escuchando atentamente las palabras del mexicano. Su corazón se resquebrajó al escuchar como él mismo intentaba darse valor, a sus ojos él era un orgulloso guerrero, ahora era más bien un pobre diablo queriendo demostrar que es digno de su aprecio.

Jodidos AlfasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora