11.

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Febrero llegaba a su fin y me había acostumbrado tanto a esta vida, que creo que me costará dejar todo esto atrás.
Podría empezar a pensar que era un bonito sueño, pero sabía que no era así.
Tenía amigas nuevas aquí. Y muy buenas. Bueno, eran amigas de las verdaderas Susie y Diana, pero las sentía como mías. En especial a Violeta, una chica latina, de pelo corto y que era un sol. Era tan fan como yo de Michael y alucinó cuando le dije que lo conocía. Bueno, sólo dije que mi tío era su mánager, nos dio pases Vips y pudimos verlo después del concierto. Si le llego a contar que lo conozco más personalmente y soy su novia, mi amiga cae desmayada. Pero por seguridad, no podía decirlo...
Aunque ella era tan buena conmigo que me daba pena...
Pero la seguridad de Michael lo era todo ante todo.
- ¿No le podrías decir a tu tío que me consiga un autógrafo de él, por favor? Me encantaría, por favor, Susie.
-¡Claro, sin problema!- eso podría hacerlo.
En cuanto a eso, no habría problema, Michael estaría encantada de hacerlo en cuanto se lo pidiera.

Aquella tarde de viernes, estábamos Violeta, Diana y yo en casa, hablando de algunas cosas, cuando el timbre de casa sonó.
- Ya abro yo, hijas- dijo mamá saliendo de la cocina.
Tras unos segundos, escuché que saludaba a alguien.
- Hola, Mike. Las chicas están en el salón.- dijo mamá y el estómago se me encogió.
Lo vi entrar, iba con una camisa roja, con una camiseta blanca debajo y sus típicos pantalones negros. Aquel día no llevaba sombrero.
Miré a Diana y ambas, miramos a Violeta, quién estaba de espalda y no lo vio entrar. Pero todo pasó tan rápido que, ni me lo esperaba.
Violeta se giró, sentada en el sofá, para ver quién entró, Diana y yo nos levantamos rápidamente, viendo la cara de nuestra amiga cómo perdía color hasta ponerse tan blanca como la nieve. Vi como se levantó y comenzó a señalarlo:
- Es... Es... Michael... Michael... ¡Es Michael Jackson! -  y, acto seguido, se desmayó.
Si Diana no hubiera sido rápida, se hubiera golpeado la cabeza con la mesa que tenían nuestros padres entre los dos sofás.
La tumbó en el sofá donde estaba sentada antes, y, rápidamente, mamá, Michael y yo nos acercamos a mi amiga.
-¿Está bien?- preguntó Michael preocupado.
Levanté la vista y mirándolo, respondí:
- Se ha desmayado de la impresión. Debías haberme avisado que venías, Michael. Ella no sabe que te conocemos tanto.
Diana rió por lo bajo.
- No puedes ser tan guapo, cuñado - soltó mi amiga.
Michael se tapó la cara, sabía que se había sonrojado. Mamá trajo un poco de algodón con alcohol y me lo dio. Le pasé el trozo de algodón por la nariz varias veces a mi amiga y ella empezó a reaccionar. Se quedó mirandome y comenzó a hablar:
- Susie, ¿Me he quedado dormida? He soñado que Michael Jackson estaba aquí en tu casa y...
Diana comenzó a reírse y, Violeta, la miró confundida. Yo no quería ni mirar a Michael.
- Respira hondo, Viole- dijo Diana.
- ¿Qué sucede?- preguntó ella extrañada.
- Hola- dijo Michael poniéndose en el campo de visión de mi amiga.
Esta soltó tal grito que creo que se escuchó en todo el país.
- ¡Eres Michael Jackson!- gritó llevándose las manos a la boca.
- Tranquila, Viole- dije poniéndole la mano sobre el hombro.
- ¡Michael Jackson!- volvió a gritar Viole mirándome.
- ¡Te quieres tranquilizar! ¡Por Dios, Viole, que es un ser humano!- exclamó Diana.
-¡Es Michael Jackson! ¿Cómo podéis estar tan tranquilas? Me dijiste que no lo conocías tanto, Susie. - dijo algo nerviosa.
Me senté a su lado en el sofá, siendo observada por mamá, Diana y Michael.
- A ver, Viole, como te lo explico... Tú sabes que él es una persona famosa, que los paparazzis están pendientes de su vida las veinticuatro horas del día. Yo simplemente he estado mirando por su bien. No es ser egoísta ni mucho menos...
- ¿Sois amigos?- preguntó asintiendo Viole.
- Si, somos amigas de él.- dije desviando mi mirada hacia Michael, quién sonrió.
Este se acercó a nosotras y se sentó al filo de la mesita, cerca de Viole. Tomó una de sus manos entre las de él.
- Últimamente, la prensa la tiene tomada conmigo. Soy un bicho raro para ellos, por eso no quiero estar tan expuesto para que sigan juzgando lo que no soy. Entiendes, ¿no?
Violeta asentía, veía como sus ojos se cristalizaban al escuchar como su ídolo se dirigía a ella.
-¿Puedo pedirte algo, Michael?- preguntó ella aún emocionada.
- Dime- dijo con una sonrisa.
- ¿Puedo darte un abrazo?
- Por supuesto, no hay problema. Ven- dijo poniéndose de pie.
Violeta hizo lo mismo y Michael la estrechó entre sus brazos. Viole, comenzó a llorar abrazada a él.
-¡Oh, Violeta! No llores, dulce niña.
- Te estoy abrazando. Es un sueño echo realidad.
Yo miraba la escena emocionada. Sabía por lo que estaba pasando mi amiga, yo misma había pasado por ahí.
Ellos se separaron y Michael le dio un beso en la mejilla a Viole. Ella lo miró emocionada, pero con una sonrisa.
- Eres el ser más bueno que hay en este mundo. Todos tus fans te apoyaremos siempre - dijo ella.
- Gracias - dijo él tímidamente.
- Anda, Viole, ven, vamos a ir por un refresco. Así te terminas de calmar - dijo mamá y mirando a la que hacía de mi hermana, añadió - Diana, acompañame.
Mi mejor amiga asintió y fue con ellas.
Michael y yo nos quedamos solos. Me acerqué un poco más a él y poniendo mi mano derecha sobre su mejilla, dije:
- Coincidiendo con las palabras de Viole, eres el ser humano más bueno y con el corazón más grande que hay.
- Y tú, la más hermosa estrella de mi firmamento- dijo él poniendo sus manos sobre mis caderas.
Bajé mi mano hasta su hombro y, olvidándonos de donde estábamos, me besó.

Cenamos todos juntos en casa, y dejé que Viole se sentara al lado de Michael. Intenté no dar indicios de que era su pareja, y él lo captó pronto. Nos tratábamos como al principio de conocernos, y aunque era raro, dábamos el pego. Diana se reía cuando me miraba.
Lo peor vino cuando Michael se tenía que ir. Se fue antes que Violeta y no pudimos despedirnos como de costumbre. Simplemente con un abrazo y ya está.
- Os espero en Neverland pronto, chicas. Y a ti también, Viole - dijo con esa sonrisa que mataba a cualquiera.
- ¡Oh, muchísimas gracias, Michael!- dijo mi amiga muy agradecida.
Yo me limité a asentir, al igual que Diana.
Él se despidió con un gesto de la mano antes de entrar en su coche e irse.
-¡No me lo puedo creer! He conocido a mi ídolo - dijo Viole antes de entrar en casa.
- Ya sabes que no puedes decir nada, ¿vale?- le dije por precaución.
- Si, si. Jamás pondría su vida en peligro.- respondió ella- Ahora entiendo vuestra situación con este tema.
- Por eso, Viole, por seguridad de todos.
Ella asintió y poco después, llegó su madre para llevarla a su casa.

Unos treinta minutos después de irse nuestra amiga, empezó a sonar el teléfono. Cogió la llamada Diana, quién después de responder, alargando el auricular del teléfono hacia mí, dijo:
- Tu Romeo, Julieta. Se ve que no puede vivir sin ti.
- ¡Te he oído!- escuchamos gritar divertido a Michael por el auricular.
Nos reímos y me puse el auricular en el oído.
- ¿Qué pasa, Michael?
- Quería oír tu voz antes de dormir.
¿Por qué siempre tan romántico?
Sólo pude reírme ligeramente nerviosa.
- Bueno también te llamaba para proponerte algo.
- Dime.
- ¿Os gustaría pasar la noche mañana sábado aquí en casa? Tengo suficientes habitaciones vacías y podréis dormir en las que queráis. Podéis venir Diana y tú. Incluso tu amiga Violeta. Es simpática esa chica.
-¡Oh, claro! No creo que haya problema. - respondí.
¿Dormir en casa de Michael? La idea era tentadora y la verdad que ninguna de mis amigas diría que no.
- Estupendo. ¿Me confirmas mañana por la mañana?
- No te preocupes. Yo te llamo y te confirmo.
- Estupendo... Bueno, va siendo hora de dormir, Susie.
- Si, buenas noches, cielo.
- Buenas noches, corazón - me despedí y colgué.
Me giré y me encontré a Diana mirándome con las cejas alzadas.
- Michael nos invita a dormir a su casa - respondí a la pregunta silenciosa de ella.
-¿Qué?
- Lo que oyes.
- ¿En serio?
- Y tan enserio.
- ¿Y vamos a ir?
Parecía emocionada.
- Obviamente que si. Nuestros padres no nos niegan nada. Además, Viole también está invitada.
- ¡Qué alegría se va a llevar!
Se acercó a mí y me abrazó.
- Amo a Michael. Que suerte has tenido con él.
- Si - dije sonriendo.
No quería ni pensar en lo que vendría pronto.
Subimos a la habitación y, tras ponernos los pijamas, meternos en la cama y apagar la luz, Diana dijo:
- Es la mejor experiencia que he vivido nunca.
- Ni que lo dudes. Será algo digno de recordar.
- Siempre.
Y cerrando los ojos, me quedé dormida, sin saber la de momentos que aún nos quedaban por vivir junto a la persona que cambió mi vida.

Aquí os dejo otro capítulo más.
La cosa se va poniendo interesante verdad?? Ahora empieza lo bueno jejeje.
Os leo por comentarios!!


Remember the time (Completa)Where stories live. Discover now