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Domingo 19 de marzo de 1994.


Susana:.

Abrí los ojos de repente, asustada. Pero me tranquilicé al sentir las manos de Michael abrazándome. Respiré aliviada, aún tenía unas horas para estar con él.
Me moví un poco y Michael me apretó, aún dormido, más contra su cuerpo. Como si no quisiera que me alejara de él.
Me giré hacia él, dentro de su abrazo, para contemplarlo mientras dormía. Su respiración era tranquila y un par de rizos le caía por su cara. Se los retiré y, ese leve contacto, hizo que abriera los ojos.
- Buenos días, cariño- dije con una sonrisa.
- Buenos días, cielo- respondió.
Me quedé mirándolo varios segundos a los ojos, hasta que él habló.
- ¿Susie?
- Dime.
- Necesito amarte una vez más... Déjame hacerte el amor una última vez.
- Todas las veces que necesites.
Y me besó.
Hicimos el amor tranquilos, sin prisas, tomándonos todo el tiempo del mundo para amarnos, como si no quisiéramos que ese momento terminara jamás.

A eso del mediodía, bajamos. Viole y Janet nos esperaban en el salón junto a Diana, que acababa de llegar. Mi mejor amiga, saludó a Michael con un abrazo y me miró.
La conocía tan bien, que sabía lo que me quería decir con la mirada. Yo asentí ligeramente y ella cerró los ojos, suspirando. Era nuestra manera de hablarnos sin palabras, solo nos bastó ese gesto para que ella supiera que Michael sabía toda la verdad, bueno parte de ella.

Michael fue un buen actor durante el almuerzo, se reía, hacia bromas con todas y incluso, después de almorzar, fuimos a dar un paseo por Neverland todos juntos, hablando de mil cosas sin sentido. Pero aún así, sabía que lo estaba pasando mal, lo conocía lo suficientemente bien como para ver la tristeza en sus ojos. Mantenía mi mano entrelazada fuertemente, sabía que no quería soltarme. Y así estuvimos hasta la hora que nos llevaría a casa.
Viole nos dijo que Janet la llevaría a casa, así que nos marchariamos sólo con Michael. Me acerqué a ella, pues sabía que no la volvería a ver más, que ella volvería a ver sus verdaderas amigas y que quizás, ella recordaría esto vagamente.
La abracé fuertemente y a ella le extrañó:
- ¿Qué pasa, Susie? Ni que pareciera que no nos vamos a volver a ver en la vida - dijo riéndose.
- Mujer, solo tenía ganas de abrazarte - dije con una sonrisa, aunque me sentía morir por dentro.
- Bueno, todos los abrazos del mundo- dijo volviéndome a abrazar, donde Diana se unió.
- Violeta, eres la persona más loca, simpática y alegre que he conocido en mi vida - dijo Diana.
- Para, para, que me vas a sacar los colores- dijo Viole con un gesto de la mano.
- Eres una persona genial, creo que deberías de pensar en meterte como seguridad de Michael - reí y luego me acerqué a su oído, para susurrarle- Cuida a Michael como sabemos, algún día entenderás estás palabras.
Y mi amiga sin más, asintió.
Sé que no comprendía lo que quiera decirle, pero algún día lo hará.
Me acerqué a Janet, quién estaba al lado de Viole y la abracé:
- Eres la mejor cuñada y una excelente amiga. Me alegro que Michael tenga una hermana como tú.
- ¡Oh, cuñada! Tú eres el sol de mi hermano, gracias por hacerlo tan feliz - respondió ella.
Yo solo sonreí, no tenía más palabras que pudieran expresar todo, pues sentía como un nudo se empezaba a formar en mi garganta.
Me separé de ellas y Diana se despidió de Janet. Cuando terminó, nos acercamos a Michael para salir de la casa. Me giré hacia aquellas dos, antes de salir y las despedí con un gesto de la mano. Salimos de la casa para montarnos en el coche que nos llevaría a casa por última vez.
Apoyé mi cabeza en el hombro de Michael y entrelacé mis dedos con los suyos. No quería separarme de él, pero no había remedio.
¿Por qué la vida me hacía esto? ¿Por qué?

El camino a casa fue silencioso. Ninguno de los tres hablamos. Y cuando llegamos a la puerta de casa, me sentí morir. No quería separarme de él, me negaba.
Sé que él, haciendo un esfuerzo enorme, salió del coche y tiró de mí. Me abracé a él fuertemente, apoyando mi cabeza en su pecho. Y sentí que él me abrazaba de la misma manera.
Noté como soltó un brazo y al instante, noté el cuerpo de Diana junto al mío. Michael nos estaba abrazando a las dos.
Tras unos minutos, nos soltó.
- Debéis entrar, chicas.
- No, no... No quiero dejarte, Michael, me niego.
- Mi amor... - comenzó a decir y me tomó de la cara poniendo sus manos sobre mis mejillas- Tienes que entrar, debéis de volver a casa. Yo estaré bien.
- Pero Michael... - noté mis ojos llenarse de lágrimas.
- No, no es un adiós, es un hasta luego. Sé que volveremos a vernos. Nuestro amor es fuerte. Yo jamás de olvidaré y sé que tú tampoco. Gracias por hacerme el hombre más feliz del mundo, Susana. Recuérdalo, la vida hará que nos encontremos. Búscame en el futuro, no importa la edad que tengamos... Yo te amaré siempre, mi dulce niña.
Mis lágrimas, en ese momento, al oír las palabras de Michael, caían sin consuelo por mis mejillas. Él era el amor de mi vida y ahora lo tenía que dejar treinta años atrás de mi época actual.
Me dio un dulce beso en los labios y luego, antes de marcharse, nos besó a Diana y a mí, en la frente.
- No olvides que te amo, Susie. Diana, cuídala y cuídate mucho, cuñadita - dijo con una sonrisa antes de montarse en el coche.
- Siempre, Michael. Sé feliz y recuerda, siempre serás el Rey del Pop.
Él sonrió y vi como unas lágrimas caían de sus hermosos ojos, mientras mi corazón se partía en pedazos. Se montó en el coche, sin mirar atrás. Sabía de sobras que era lo mejor.
- Te amo, Michael- dije con un hilo de voz mientras veía como el coche se alejaba.
Abracé a Diana y lloramos durante unos minutos, hasta que nos calmamos y nos secamos las lágrimas para entrar en casa.
Al entrar, vimos como nuestros "padres", estaban cenando en la cocina.
- ¡Hola, hijas! ¿Queréis cenar?- preguntó nuestra madre.
- No, mamá, ya hemos cenado- mintió Diana, que acercándose a ella, añadió - Sois los mejores padres que cualquier chica desearía tener. Gracias por hacernos cumplir el mayor deseo de nuestra vida.
Y abrazó a aquella maravillosa mujer, para luego hacerlo con nuestro padre, y dándole un beso a cada uno. Yo la imité.
- Pero, ¿qué os pasa?- preguntó papá.
- Nada, serán las hormonas - añadí yo con una sonrisa.
- Susie y yo nos vamos a dormir. Buenas noches y que seáis siempre igual de felices que ahora.
- Buenas noches, os queremos mucho - dije yo.
Y tras una última ojeada, que nos dimos cuenta que entre ellos se miraban sin entender nada, subimos a la habitación.
En silencio, nos pusimos los pijamas y tras meternos en las camas, Diana me dijo:
- Todo ha sido maravilloso e increíble.
- Si, lo vamos a extrañar - dije suspirando.
- ¿Intentamos dormir?
- Hagámoslo, no tenemos remedio.
- Buenas noches, Susie.
- Buenas noches, Diana.
Pensé una última vez en él, pues tan solo cerrar los ojos, me quedé dormida.

Miércoles, 21 de junio de 2023.


Susana.

No quería abrir los ojos, moví la mano hacia mi derecha, lugar donde él dormía, pero no estaba. Quizás se hubiera levantado.
Inspiré hondo, pero su olor no inundó mi nariz. Me negaba a aceptar que había vuelto a mi día a día. No podía ser.
Pero el sonido del despertador me hizo saber que así era, que volvía a estar en 2023, en mi cama y que debía debía de seguir con mi vida.
En tan solo unas horas, había vivido cerca de cinco meses con él, con tantos momentos... Que ahora me parecía increíble volver a estar en mi época.
Me pasé una mano por la cara, antes de hacer el esfuerzo de levantarme. Nos separaban treinta años, y quizás en este momento, él me recordaría como un vago recuerdo.
Me levanté, tenía que ir al baño. Mi vejiga iba a explotar si no iba.
En el pasillo me encontré a Diana:
- Dime que hemos soñado ambas lo mismo, por favor.
- Creo que hemos vivido lo mismo, sería la opción correcta.
- ¿Hemos conocido a Michael?
Asentí.
- ¿Has sido su novia?
Volví a asentir.
Y sin más, me abrazó. Esa pena que luchaba por salir, lo hizo. Lloré, lloré mucho y conmigo, Diana.
- La vida va ser difícil ahora - dije entre lágrimas.
- Yo estaré aquí para ayudarte, recuerda que se lo prometí a Michael y sabes que lo que prometo, lo cumplo.
- Lo voy a amar hasta que muera. Sólo espero que sea feliz...
- Espero que si... Además hemos dejado a su lado a una persona que lo va a cuidar con su vida. No creo que Viole se aleje de él, además, yo creo que tiene algo con Janet.
-¿Tú también lo crees? - pregunté secandome una lágrima.
- Si, aunque la voy a extrañar muchísimo.
- Yo también...
Nos miramos y sonreímos.
Sin dudas, iba a ser una experiencia inolvidable. Jamás olvidaría todo lo que viví con Michael Jackson.

Sus últimas palabras, resonaron en mi mente:
"No, no es un adiós, es un hasta luego. Sé que volveremos a vernos. Nuestro amor es fuerte. Yo jamás de olvidaré y sé que tú tampoco. Gracias por hacerme el hombre más feliz del mundo, Susana. Recuérdalo, la vida hará que nos encontremos. Búscame en el futuro, no importa la edad que tengamos... Yo te amaré siempre, mi dulce niña."

"Sé que volveremos a vernos"... Parecía tan seguro al decirlo... Ojalá fuera cierto.
Lo que sin dudas pasaría era que lo dejara de amar, él será siempre el único y verdadero amor de mi vida.
Lo único que no sabía es que la vida aún nos tenían muchas más sorpresas que darnos, pero ¿buenas? Sólo le pedía una sola cosa a esta vida, que donde estuviera Michael en este momento, siempre fuera feliz y que no fueran tan cruel con él.
Me prometí volver a revisar su vida desde 1994 por si algo hubiera cambiado. Ojalá y haberle avisado por lo que estaba por venirle, pero no pude. Sólo confiaba que, en cierta forma, yo le hubiera cambiado algo en su forma de pensar, aunque lo dudaba.
En unos días, se cumplirían 14 años de su partida y ojalá ese día no hubiese pasado nada.
Fuera como fuera, tendría que aprender a vivir sin él... No quedaba de otra.
¿O si?

Buenoooo,se que me vais a matar por separar a nuestra linda parejita, pero debía de suceder.
¿Qué creéis que pasará a partir de ahora? Oseo por comentarios.!!!
Muchos besos 😘


Remember the time (Completa)Where stories live. Discover now