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Susana.

Michael y yo nos acostamos en la cama y él pidió recostar su cabeza sobre mi pecho, como tantas veces había echo en el pasado. Y así fue.
Pasó su brazo por encima de mi cintura, abrazándome y yo comencé a acariciar su cabello. Nos quedamos en silencio, oyendo nuestras respiraciones.
- Estoy tan cansado de todo, Susie. Estos años han sido mortales para mí. Me he dado cuenta de tantas cosas, de cómo se han aprovechado de mí... Yo solo quiero ser feliz con mis hijos y contigo ahora que te tengo aquí. Sé que tendrás que volver a tu tiempo y prometo buscarte. Sé que será enorme la diferencia de edad, pero no me importa y sé que a ti tampoco. Podremos ser felices al fin.
- Siempre has sido una magnífica persona que no merece este mundo. No te preocupes por nada más. Ya estoy aquí contigo y seremos felices. Ahora, descansa, mi ángel. Aquí estaré para cuidarte.
- Te amo tanto, Susie.
- Y yo a ti, Michael.
Y noté como poco a poco se quedó dormido. Mis ojos también se cerraron, quedándome dormida abrazada a la persona que más amaba en este mundo.

Me desperté cuando sentí que Michael no estaba tumbado sobre mi pecho y noté que había cambiado de postura para dormir. Pero en ese mismo instante, supe que algo iba mal. Oí unos pasos alrededor de la cama y, alargando la mano hacia el lugar donde Michael dormía, supe que no era él.
Me temía lo peor.
Me moví rápidamente y encendí la luz de la mesita de noche, descubriendo al miserable que robó la vida de Michael, Conrad Murray. Al encender la luz, se retiró rápidamente del brazo, quedándose con la jeringa en la mano. En su cara, se demostraba la sorpresa de ser descubierto.
- ¿Se puede saber qué demonios haces?
- Solo le iba a dar su dosis para que duerma, como todas las noches.- dijo tranquilamente y acercándose de nuevo a Michael.
- Déjalo en paz, él está durmiendo bien.
- Niña, que te haya metido en su cama, no significa que él no necesite esto para dormir.
- ¡Te he dicho que lo sueltes!- grité levantándome rápidamente de la cama.
Llegué a su lado y tiré de su brazo, logrando que no pinchara a Michael, que aún seguía dormido.
- No vas a poder lograr tu objetivo, niña.
-¡Michael, despierta! - grité tirando de la chaqueta de aquel doctor, alejándolo de la cama. -¡Michael!
Murray se giró hacia mí, aún con la jeringa en la mano. Levantó el brazo libre para intentar golpearme, pero lo esquivé por suerte. No sabía qué hacer, solo quería que Michael se despertara.
Comencé a gritar su nombre de nuevo, mientras seguía esquivando a Murray por la habitación. Tras varios intentos, vi como Michael, se despertó. Miró la escena confundido y, en ese instante, bajé la guardia, notando como Murray me agarraba.
-¿Qué pasa?- preguntó Michael. - Conrad, suelta a Susie.
- Mike, está chica no quiere que recibas tu dosis de cada noche.
- Esta noche no la necesito. Puedes irte, estoy bien.
Yo forcejeaba para que Murray me soltara, pero me tenía tan fuerte sujeta del brazo que me hacía daño.
- Mike, de verdad. No hagas caso de esta niña... Es por tu bien.
- No es una niña, es mi novia. Sueltala- vi como se levantó de la cama.
- Estás delirando, Michael - rió y su risa me dio mala sensación.
Noté como la aguja rozaba mi brazo y me tensé. ¿Sería capaz de inyectarme a mí? ¿Y si yo moría en lugar de Michael? No me importaría... Pero este indeseable sería capaz de matarnos a los dos.
- Tú eres adicto a esto, es lo que te ayuda a estar bien. Esta chica solo es un pasatiempo. Quizás si ella lo prueba...
Noté como rozaba de nuevo aquella aguja por la piel desnuda de mi brazo.
- No te atrevas a hacerle daño a ella.- suplicó Michael- Lo que quieras conmigo, pero a ella no.
- ¿En serio estás enamorado de esta cualquiera, Michael? Si podría ser tu hija... Desde luego, ahora entiendo lo de las acusaciones.
- ¡Maldito bastardo! - grité tirando de mi brazo para poder soltarme.
- ¡Sueltala! - gritó Michael moviéndose hacia donde estábamos.
- ¡Michael, no!- grité.- ¡No te muevas, por favor!
Murray comenzó a reírse.
-Esto es patético. El gran Michael Jackson enamorado de una jovencita... Creo que vais a ser los Romeo y Julieta del siglo XXI. Os mataré a los dos y después haré creer que os habéis inyectado eso el uno al otro...
Y después todo pasó tan rápido, que no lo vi venir. Michael avanzó hacia nosotros y poco más, yo comencé a gritar de nuevo, vi como la puerta se abrió, apareciendo Viole y Diana. Sentí como una aguja atravesaba mi piel y como me desmayaba.
- ¡Susie!
Lo último que escuché fue mi nombre gritado por mis amigas y Michael mientras caía en el suelo.

Remember the time (Completa)Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang