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Julio 2023.

Susie.

Mientras hablábamos, me quedé mirando fijamente a Michael. Estaba exactamente igual que la última vez que lo vi.
Si, para mí habían pasado un mes y poco desde la última vez que nos vimos, pero para él habían sido catorce años. ¿Cómo era posible que se viera con la misma apariencia de cuando tenía 50 años?
Sonreí, sinceramente me daba igual, ahora lo tenía conmigo y sabía que era para mí, todo el tiempo. Ya nada nos podría separar. Y ahora había un motivo más que suficiente para unirnos aún más.
Me levanté a por algo de tomar y, al llegar a la cocina, tuve que sujetarme a la mesa que tenía allí. Me había mareado un poco.
Diana llegó detrás de mí y vio mi cara:
- Tienes que decírselo ya, Susana. No se lo ocultes.
- No es momento, Diana. No puedo decirle algo como: "Michael, no nos cuidamos estás últimas veces. Así que, enhorabuena, vas a ser papá. Llevo en el vientre un hijo tuyo que hicimos hace catorce años". ¿Quieres que le dé un infarto?. Te recuerdo que tiene 65 años, aunque no los aparente.
- Si, si. No quiero que le pase nada. Llevas razón. Y ahora que lo dices, ¿te has dado cuenta que Michael sigue igual que la última vez que lo vimos? No ha cambiado nada...
- Si, sigue igual... No sé por qué razón será, pero me da igual. Sigue siendo igual de guapo y yo lo quiero tal cual.
- Que le arrancarias la ropa si no estuviéramos aquí sus hijos y yo, ¿no?- preguntó Diana alzando las cejas.
Me reí. Mi amiga me conocía lo suficientemente bien como para saber lo que pensaba.
- Esas hormonas...
- Anda, coge las bebidas y llevemoslas antes de que digan que estamos tramando algo.
- ¡Si, mi capitán! - dijo sacándome la lengua.
Y Diana tenía razón, tenía que pensar en como decirle a Michael que estaba embarazada. Sabía que le iba hacer mucha ilusión, como a mí. Al principio, no tome bien la noticia, pero, después de ir al médico, que me vieran y saber que todo estaba bien, había tomado esta nueva noticia como algo especial. Iba a tener un bebé de la persona que más amaba en la vida.

Llegamos la salón con las bebidas y volví a sentarme junto a Michael.
-¿Estás bien, amor?- me preguntó.
- Si, no te preocupes - dije sonriendo.
- Lo está, de momento lo está. En unos meses, no sé- dijo Diana dándole un vaso a Paris.
- ¿Qué pasa?- preguntó él.
Miré a Diana, como queriéndole decir que se callara.
- Nada, hombre, nada. Que la próxima vez, tengas más cuidado donde pones la bala, que atinas muy pronto. - respondió Diana, sentándose en el brazo del sillón donde estaba Prince.
- No entiendo nada, Diana. ¿De qué hablas?- dijo Michael confundido.
- Que donde pones el ojo, pones la bala, Michael. Y mi amiga, lo confirma, ¿verdad, Susie?- dijo Diana mirándome con las cejas alzadas otra vez.
La mataba, lo juro. La voy a estrangular. No podía estarse calladita. Diana, a veces, debería de cerrar el pico.
- ¿De qué habla, Susie?- preguntó Michael, mirándome.
En esos momentos, sus hijos nos miraban a los tres, también sin entender nada.
- Nada, creo que los viajes al pasado la están volviendo loca de remate- dije mirando a mi amiga.
- Si, si, eso será - dijo captando la indirecta.
- Bueno, Michael. ¿Y donde os quedaréis estos días?- pregunté desviando el tema- Por desgracia, mi casa es pequeña y no sabía que venías con tus hijos, si no, hubiera organizado esto...
- No te preocupes, amor. Hemos reservado unas habitaciones en un hotel cercano. - respondió Michael.
- Si, si, papá ha tenido la maravillosa idea de hacernos pasar por otras personas. El único que apenas ha tenido que disfrazarse es Blanket -dijo Paris riendo.
- El menos conocido- dijo el aludido.
Todos nos reímos.
- No está mal. Vuestro padre es una persona poco conocida, así que, ha sido buena idea- dije irónicamente.
- Si, a mi padre no lo conoce nadie - me siguió la broma Prince.
Todos nos reímos y así pasamos el resto de la tarde, riéndonos y haciendo bromas como habíamos echo en el pasado.
Y me encantaba eso, pues ahí estaba mi verdadera familia.

Cenamos todos juntos y, estaba limpiando lo que habíamos usado para cenar, cuando Paris llegó a la cocina.
- Susie, ¿puedo hablar contigo de algo?
- Claro, cariño, dime.
Cerró la puerta de la cocina y me pidió que me sentara con ella en la mesa. Eso hice.
- Me he dado cuenta de algo cuando Diana le dijo lo de la bala a papá.
Me tensé en la silla.
- Susie, ¿estás embarazada?
Sentí como el corazón se me encogía. ¿Ahora que le decía yo a ella?
- Si, si, lo estoy.
Ella sin más, se levantó y me abrazó.
- Me di cuenta en cuanto Diana empezó a hablar así. Pero no quise decir nada. Estaré encantada de tener ese hermanito o hermanita. A papá lo vas a ser muy feliz. Me contó todo lo que habéis vivido desde que os conocisteis. Al principio, no lo entendí, pero el ver a mi padre lo feliz que era al hablarnos de ti, lo comprendí todo. Eres el amor de su vida. Nadie lo puede hacer más feliz que tú. Además, gracias a tía Viole, a Diana y a ti, él sigue vivo. Salvasteis a mi padre y eso dice mucho de vosotras. Sé que por poco pierdes tu vida por él y es de admirar, Susie. Por eso sé que el amor de vosotros es para siempre. Y si necesitas ayuda para decirle a papá lo del bebé, cuenta conmigo.
-¡Oh, Paris! Eres un amor de niña. Me lo demostraste cuando te conocí y sigues siendo igual ahora. Vuestro padre os ha educado muy bien en los valores. Y si, yo también lo quiero por encima de todo. No me hubiera importado nada perder la vida con tal que él siguiera vivo. Pero se ve que la vida nos quiere juntos.
- Sois adorables juntos- dijo Paris riendo.
- ¿Cómo crees que reaccionará cuando sepa que va a ser padre de nuevo?
- ¿A parte de hartarse de llorar? - preguntó riendo y yo asentí - Bueno, creo que no se lo creerá y te estará cuidando desde que se entere que estás embarazada. Ya sabes lo que le gustan los niños...
- Si, lo sé... Bueno, déjame que piense que hacer para decirle a tu padre lo del bebé y te cuento. Es una alegría tenerte aquí, aunque ahora somos las dos casi de la misma edad- dije tomándola de las manos.
- Si, está muy bien lo de tener una mamá casi de la misma edad.- dijo riéndose.
- Ventajas de la vida - respondí.
Nos levantamos y volvimos a abrazarnos. Paris era una persona maravillosa gracias a los valores que su padre le había inculcado.
- ¿Me dejaras malcriar a ese o esa bebé?
- ¿Más que tu padre? Lo dudo, pero te dejaré, no lo dudes- respondí.
- Será un placer ejercer de hermana mayor.
En ese momento, llamaron a la puerta de la cocina y la cabeza de Michael apareció mientras la abría.
- Paris, hija nos vamos. ¿De qué hablaban?
- ¡Qué cotilla eres, Michael! Son cosas de chicas - dije haciéndome la ofendida.
- Eso, papá. - dijo Paris.
Ella me dio un beso en la mejilla y salió de la cocina, sacándole la lengua a su padre. Michael le sonrió y entró a la cocina, acercándose a mí.
- Te he echado tantísimo de menos...
- Yo también, pero ya estamos juntos. Nadie nos puede separar ya.
- No. Ahora no... - sonrió con esa sonrisa tan maravillosa que tenía.
Acercó su boca a la mía y me besó. Y yo me perdí en sus labios...

Michael.

Me costó dejar a Susie en su casa, pero tenía que hacerlo. No quería llamar la atención. Estaba en España de incógnito y quería pasar desapercibido unos días. Gracias al maravilloso disfraz y maquillaje que Paris ideó para mí, nadie se dio cuenta de que yo era Michael Jackson.
Llegué a mi habitación y me fui a duchar. En el baño, me quedé unos segundos mirándome en el espejo.
Había valido la pena que aquella bruja me dijera que me quedaría tal y como estaba con 50 años. No sabía el motivo, solo me dijo que más adelante lo sabría. Lo bueno de todo esto es que nadie me juzgaba ya por el aspecto, solo hablaban de mi vida (como de costumbre) pero esta vez eran cosas buenas. El hecho que me hubieran salvado la vida, había cambiado muchas cosas al parecer. Cosa que me alegraba. Sólo esperaba que todo siguiera igual.
Pero había algo dentro de mí que me decía que algo muy bueno sucedería muy pronto.
Y esperaba que así fuera.

Remember the time (Completa)Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang