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24 de junio del 2009.

Susana:

Nos quedamos mirándonos varios segundos y sin más, nos lanzamos a los brazos del otro. Comencé a llorar fuertemente con la cabeza hundida en el hueco de su cuello. Noté que estaba más delgado que la última vez que me abrazó.
Para mí habían pasado casi cuatro días, para él, quince años.
- ¡Oh, Susie! ¡Cuanto te he echado de menos!- dijo besando mi cara.
- Yo también te he echado muchísimo de menos...
Tomó mi cara con ambas manos y juntó sus labios con los míos. Lo que empezó por un simple beso, se convirtió en uno bien largo. Estaba deseando de volver a besarlo, de sentir su calor...
Terminamos el beso, juntando nuestras frentes. Lo necesitaba tanto y al fin lo tenía aquí conmigo.
- ¿Cómo es que has regresado?¿Como ha sido posible? - me preguntó tomando mis manos, para dirigirse al sofá que allí tenía en su camerino.
- No lo sé, me acosté y cuando desperté, estaba aquí. Un chico nos dijo donde estábamos y entonces lo comprendimos. Íbamos a buscarte y apareció Viole, que fue la que nos guió hasta aquí. Así que, aquí estamos...
- Sea como sea, me alegro de que vuelvas a estar conmigo el tiempo que sea...
Bajé la mirada, sabía que solo le quedaban horas en este mundo. Se me hizo un nudo en la garganta y los ojos se me volvieron a llevar de lágrimas.
- ¿Qué te pasa?- preguntó levantando mi cara por la barbilla.
- Aún no me creo que esté aquí contigo - mentí en cierta manera.
Me alegraba el hecho de estar aquí con él, pero odiaba el hecho que se marcharía en unas horas... Pero no podía decírselo, pero podría advertirle ¿no?
- A mí me parece un sueño hecho realidad, Susie. Necesitaba volver a tenerte conmigo. Han sido unos años muy confusos, siempre sentí que algo me hacía falta, pero no sabía el qué, hasta esa noche en la que esa mujer misteriosa apareció en  mi habitación y me lo contó todo. De repente, lo recordé todo, pero sabía que tenía que esperar. Sabía que tarde o temprano, volverías a mí. Y aquí estás. Y estás igual que te recordaba. Sé que para ti solo han sido unos días, pero ya ves que a mí el tiempo no me ha tratado tan bien...
Bajó la mirada, sabía a lo que se refería: las acusaciones, los juicios, todas aquellas mentiras que habían dicho de él...
- Michael, eras, eres y serás hermoso. Por lo menos para mis ojos y para todos tus fans, lo eres. Eres una persona que no se merece este mundo de mierda. Además, yo te quiero con toda mi alma, Michael, haría lo que fuera para hacerte feliz.
Él levantó la cabeza y sonrió con lágrimas en los ojos. Sabía a la perfección lo que él había luchado por intentar seguir para adelante. Era fuerte, lo sé, pero ya estaba llegando a ese punto que nadie quería que llegase...
- Gracias por aparecer de nuevo - dijo acariciando mi mejilla.
- Gracias a ti por existir - dije sonriendo.
- ¿Has venido sola? Antes dijiste que estabais aquí, ¿Diana también está?
Asentí con una sonrisa.
- ¿Os gustaría ver el ensayo?- preguntó sin parar de sonreír.
Volví a asentir, no había algo que más quisiera que ver esos ensayos en primera persona.
- Pero una cosa antes.
- Dime.
-¿Puedes volver a besarme, por favor?
Sin más, lo hizo.
Y de nuevo, el beso volvió a subir de intensidad, de tal manera que, cuando me quise dar cuenta, estábamos desnudos haciendo el amor sobre aquel sofá.
Y es que estar entre los brazos de la persona que más amas en este mundo, es lo más maravilloso que puede suceder.

Diana.

Volver al pasado y más justo aquí, a los ensayos de This is it era algo maravilloso.
Deseaba de ver a Michael, pero lo mejor era dejarles su tiempo a Susana y a él para que hablaran de todo esto.
Mientras tanto, me fui con Viole, aunque me tuve que quedar esperándola cuando fue a hablar con algún directivo del espectáculo.
Estaba mirando una mesa de sonido que había allí, había cogido una grabadora que allí tenían (seguro que habían grabado a Michael cantando así que me encantaría escucharlo), cuando oí a alguien pasar por detrás de mí. Levanté la cabeza y reconocí esa figura. Era Conrad Murray, el supuesto médico de Michael.
Vi como se dirigía a una habitación y lo seguí. No me daba buena sensación. ¿Qué haría allí en los ensayos? Así que lo seguí.
Lo vi entrar en una habitación y dejó la puerta entreabierta. Mejor para mí, así podría ver lo que hacía. Lo espié con cautela, no quería que me descubriera.
Vi como sacaba un teléfono móvil de su bolsillo y marcó un número. Tras unos segundos, lo oí hablar con alguien:
- Si, si, estoy en el Madison square garden. Estoy vigilando a Michael...
Aquello me puso en sobre aviso. Me percaté que tenía la grabadora en las manos, así que le di al botón de grabar, podría decir algo fuera útil en un futuro.
- Si, te lo repito, lo estoy vigilando... No, no, ese no sabe nada... - se rió, consiguiendo que me empezara a cabrear - Michael Jackson es la persona más confiada del mundo, es tonto... No sabe lo que le espera... Si, si, de esta noche no pasa, creo que va a dormir plácidamente muchos años... Si, lo sé, se que tengo que sobrepasarme con el propofol. Él me lo pide últimamente mucho... Esta noche cuando me lo pida, ahí será...
No pude escuchar más... Las ganas de estrangularlo se estaban apoderando de mí. Tenía que salir de ahí, tenía que buscar a Susie, teníamos que hacer algo. Si habíamos sido devueltas al pasado, sería por algo, ¿no? Iba hacer todo lo posible para que esa rata de alcantarilla no le hiciera daño a Michael.
Corté la grabación y salí de allí. Volví al mismo sitio y justo en ese momento, llegó Viole sonriendo. Respiré hondo y traté de disimular, no era momento de contarle nada.
- ¡Vamos, Diana! Acabo de ver a Michael con Susie y nos esperan. Va a empezar el ensayo y quiere que lo veamos. Me ha dicho que después vayamos a su casa a cenar, bueno, yo vivo con él porque no me fío de nadie para cuidarlo, pero estáis invitadas a casa. Porque aún no sabéis el tiempo que estaréis aquí, ¿Cierto?
- Si, amiga, así es. Será un placer volver a estar con Michael. Vamos. - dije y comencé a andar con mi amiga.- Por cierto, Viole, después me gustaría hablar contigo de algo...
- Lo que quieras, pero ¿es algo malo? - preguntó juntando las cejas.
- Después te cuento. Vayamos con Michael, estoy deseando de verlo ensayar This is it.
Mi amiga se encogió de hombros y nos dirigimos hacia donde estaba el escenario.
Mi mente no paraba de dar vueltas, planeando mil y una cosa para salvar a Michael de las garras de ese ser indeseable llamado Conrad Murray.
Y Viole, me iba a ayudar.

Susana.

Me dirigí con Michael hacía el escenario, y en el camino, Viole y Diana se acercaron. Diana y Michael se unieron en un abrazo y mi amiga dijo:
- Me alegro de verte, cuñadito.
- Yo también, cuñadita - le guiñó un ojo antes de ponerse sus típicas gafas de sol. - Viole, lleva a las chicas donde Kenny, para que vean el ensayo. Nos vemos pronto, princesa - me besó rápidamente en los labios y se fue.
Nos dirigimos con Viole hacia donde él nos había dicho. Ella nos presentó como bailarinas invitadas y nos dejaron sin problema ver el ensayo.
Yo no podía creer lo que veían mis ojos, lloré en algunas canciones y otras las cantaba a pleno pulmón junto a Diana, sin importarnos nada.

Cuando Michael dió el ensayo por concluido, yo estaba en un sueño. Verlo actuar siempre era un placer y un gusto para los sentidos.
Volvió junto a nosotras y nos dijo que ya era hora de regresar a casa. Me puse nerviosa al subir al coche y él lo notó:
-¿Qué te sucede ahora, Susie?
- ¿Qué dirán tus hijos sobre mí?
Rió.
- Mis hijos han oído hablar de ti, sabes quién eres y saben que su padre está locamente enamorado de ti. Así que no te asustes. Es más, Paris quiere que duermas con ella, lleva diciendomelo desde que les empecé a hablar de lo guapa y maravillosa que eras.
Lo miré con ojos tiernos.
- Te amo, Michael. - dije juntando mis labios con los suyos.
- Tortolitos, que habemos más personas en el coche, ¿de acuerdo?- dijo Diana haciendo caras de asco.
Sabía que estaba de broma.
Y así se pasaron todo el camino hasta la casa de Michael, bromeando entre los dos, con las risas de Viole y mías de fondo.
Amaba ver cómo Michael reía.
Llegamos a su casa y bajamos. Era de noche, pero las luces estaban encendidas aún. Supuse que los niños aún estaban despiertos esperando a su padre.
De repente, la puerta se abrió nada más que Michael llamó al timbre de esta y aparecieron tres niños, que se lanzaron a los brazos de él.
- ¡Mis niños! ¿Como han estado?
- Papi, por fin llegaste - oí decir a Paris.
- ¡Papi! - gritaron Prince y Blanket.
Los ojos de Paris se posaron en mí y tras unos minutos, ella sonrió.
- Eres Susie, ¿Verdad? La novia de mi papá.
Michael me miró y yo pasé la mirada de la niña a su padre. Él simplemente asintió y le dijo a sus hijos:
- Entremos en casa.
Y eso hicimos.
Llegamos al salón y se sentó en un sofá con sus hijos, mientras Diana, Viole y yo nos quedamos de pie mirando la escena.
- Hijos míos, ella es Susie, la chica de la que tanto os he hablado durante estos años. Ella es ...
- Es tu novia, papá. - soltó Paris.
- Es muy bonita- dijo Prince.
- Bonita - repitió el pequeño Blanket.
Tuve que sonreír. He de admitir que eran unos niños adorables.
Michael me miró e hizo un gesto para que me acercara a ellos. Me senté en el sofá con ellos y enseguida, Paris se sentó en mis piernas.
- ¿Vas a ser feliz a papá y nos vas a dar hermanitos?
Arqueé las cejas ante aquella pregunta. Oí las risas de mis amigas.
- Haré todo lo que esté en mis manos, preciosa.
- ¿Y nos leerás cuentos? - preguntó Blanket.
- Todos los que queráis.
- ¿Serás nuestra mamá?- preguntó Prince.
- Ojalá digas que si, Susie - dijo Michael y se volvió a formar aquel nudo en mi garganta.
- Haré lo que sea por veros felices.
- Bueno, niños, iros a dormir, ahora cuando cenemos, voy y os leo un cuento.
- Papi, ¿puede Susie leernos esta noche el cuento?- preguntó Paris.
- Si, yo os lo leo.
Y sin más, los tres pequeños me abrazaron. Después, se fueron a sus habitaciones.
Fuimos a cenar, y luego, como les prometí, fui a leerles un cuento a cada uno. Cuando terminé, y vi que se habían dormido, salí de la habitación, para dirigirme hacia la de Michael. Dormiría con él, mientras que Diana dormiría con Viole.
Me encontré a Michael hablando con Janet en el pasillo.
-¡Oh, Susie! Que alegría.- dijo abrazándome.
- Lo mismo digo, Janet.
- Me ha dicho mi hermano que estarás aquí un tiempo, ¿cierto? - yo asentí y ella bajó la voz - Puedes estar tranquila, tu secreto está bien guardado conmigo.
Sonreí y ella me volvió a abrazar.
- Bueno, voy a dormir, mañana me quiero llevar a esos ángeles que tengo de sobrinos de excursión.
- Buenas noches, hermana.
- Buenas noches, Janet.
- Que descansen, buenas noches.
Y se metió en su habitación.
Michael me miró y extendió su mano. Yo la agarré y entramos en la habitación.
- Creo que voy a llamar al doctor Murray, necesito algo para dormir, Susie.
Sentí el corazón pararse.
-¡No!- exclamé demasiado fuerte, dándome cuenta en el mismo instante - Quiero decir que no te hace falta, estoy aquí contigo. Así me tenga que quedar hasta altas horas de la madrugada hablando contigo. Déjame pasar todo el tiempo posible juntos.
- Está bien. Creo que teniéndote al lado, podré dormir agusto.- dijo sonriendo.
Le sonreí y respiré aliviada.
¿Podrá ser con eso bastante para salvar su vida? Sólo espero que sí, no había cosa que más deseara en la vida que Michael siguiera con vida muchos años más...

Hola!!! Sólo me paso por aquí para deciros que este capítulo lo he tenido que dividir en dos, era demasiado largo y emocionante para un solo capítulo jajaja
Espero que os encante como a mí al escribirlo!!! 😘😘😘😘

Remember the time (Completa)Where stories live. Discover now