12.

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Nuestros padres no tuvieron problema en que fuéramos a dormir a Neverland con Michael. Confiaban en él plenamente y sabían que íbamos a estar muy bien protegidas allí, que nada malo nos pasaría.

Llegamos las tres a Neverland, con Diana cogiendo a Viole por el brazo, por miedo a que se desmayara allí enmedio de la impresión. Bueno, desmayarse no, pero las lágrimas si le caían por sus bonitos ojos marrones.
Michael nos esperaba en la puerta de la casa, con una gran sonrisa.

"¿Por qué es tan guapo? Y, ¿Por qué tiene esa sonrisa tan bonita?"

Vale, Susi, para ya.
Respiré hondo y lo saludé tras mi amiga Diana con un simple abrazo, aunque noté que me apretó algo más que a las otras dos.
Al menos, Viole ya estaba más tranquila y estaba hablando con él como si nada.
Suspiré.
Necesitaba besarlo, agarrar su mano, sentir sus dedos entrelazados con los míos como habíamos hecho tantas veces mientras caminabamos por Neverland. Pero ahora no podía, solo me quedaba aparentar que solo éramos amigos e intentar no quedarme colgada de esos ojos marrones que tenía.
Era mirarlo a los ojos y mi mundo, se ponía patas arriba.
- ¡Tierra llamando a planeta Susie!- oí a Diana dándome en el brazo, haciéndome aterrizar en esta realidad.
-¿Eh?
Miré a mi alrededor, habíamos llegado al salón y creo que andé hacia allá por inercia. Estaba parada delante del sofá, aún sin sentarme.
Michael me miraba divertido. Mis amigas lo hacían sin saber que me pasaba, bueno, Diana se lo imaginaba.
- Nada, mujer. Cuando quieras, dejas tu mundo y vuelves aquí. - dijo irónicamente Diana.
La miré arqueando las cejas. Ella se rió y yo puse los ojos en blanco.
Esta mujer daba igual que estuviera en la época que estuviera que siempre era así.
- Se supone que la sarcástica soy yo- dijo Viole- Pero a vosotras no hay quien os entienda.
Reímos todos.
- Les estaba diciendo a las chicas que tenéis preparadas tres habitaciones para vosotras junto a la mía. Si queréis os la enseño- dijo Michael con una sonrisa.
- ¡Claro! - dijimos las tres.
Estaba muy emocionada de poder dormir en casa de Michael. No podría dormir con él, más que nada por Viole. Ella no sabía nada que Michael y yo éramos pareja. Aunque tendría que decirle pronto. Ya me costaba mucho aparentar delante de ella.
Subimos las escaleras, guiadas por Michael. Llegamos a un largo pasillo con varias puertas.
- Está habitación es la mía- nos iba explicando - La que le sigue es la de Susie, después Diana y luego, la de Viole. Espero que no os importe el orden.
-¡Dios mío! Voy a dormir en el mismo sitio que ni ídolo, no te preocupes. Estaré encantada duerma donde duerma, Michael. Como si fuera donde duerme el servicio- dijo Viole emocionada.
Todos nos reímos y miré disimuladamente a Diana, quién me miraba con picardía. Sabía muy bien que estaba pensando mi mejor amiga y algo me decía que era por la situación de mi habitación. La conocía tan bien...
Le sonreí y le guiñé un ojo sin que Michael y Viole se dieran cuenta.
Entramos en nuestras habitaciones para soltar nuestras bolsas. Quedé maravillada con la mía. Tenía unos muebles dignos de la habitación de una princesa, en tonos blancos, con unas preciosas cortinas en tonos rosa. Una cama enorme se encontraba en medio de la habitación, y al fondo se veía la puerta del baño.
- ¿Te gusta?- preguntó Michael desde el umbral de la puerta.
- ¡Es... Es impresionante! ¡De ensueño!
Él rió.
- Lo mejor para mi princesa- dijo entrando y dirigiéndose hacia mí.
- Michael, nos pueden ver...- susurré sintiendo sus manos en mi cintura.
Pero anhelaba tanto su contacto...
- Solo voy a besarte...- dijo rozando sus labios con los míos.
Nos fundimos en un beso. Esto de tener que escondernos, no llevaba fatal.
- Voy a volverme loco teniéndote aquí y no poder besarte o abrazarte como de costumbre- dijo juntando su frente con la mía.
Suspiré
- Y a mí... - y de repente, escuchamos un grito.
Me separé rápidamente de él y me dirigí hacia la salida, encontrándome a Diana en la puerta de la habitación de Viole.
-¿Qué pasa?- pregunté llegando a su lado.
- Esta mujer, que un día nos mata de un susto- respondió riéndose a carcajadas.
La miré sin entender.
- Ha visto la habitación y ha empezado a gritar de la emoción - dijo Diana aún riéndose.
- Pero, Viole, por favor - dije contagiandome de las risas de Diana.
- Lo siento, pero es que es increíble, voy a dormir en la casa de Michael Jackson.- dijo Viole sentándose en la cama.
A eso que sentí una de las manos de Michael en la parte baja de mi cintura. No era un gesto que se pudiera malinterpretar, ¿Cierto?
- ¿Estás bien, Viole?- preguntó.
- Si, si, solo estoy feliz aquí- dijo mi amiga.
En ese momento, oímos llegar a una persona del servicio de la casa, llamando a Michael.
- Señor Jackson, la cena está lista.
- Gracias, Marie, ahora bajamos.
- Muy bien, señor.
La chica se retiró y Michael se giró hacia nosotras y habló de nuevo:
- ¿Cenamos?
- Si. Vamos, Viole- dijo Diana.
Mi amiga salió de su habitación y me agarró del brazo.
- Estoy viviendo un sueño, Susie - me dijo.
- Imagino, esto es increíble.- respondí.

Remember the time (Completa)Where stories live. Discover now