☁︎ the french kiss ; hyunin.

seize.

Estoy absorbiendo su lío con una toalla cuando alguien llama a mi puerta. La abro con mi codo para no tocar la perilla y llenarla de vómito.

Es Karina. Casi dejo caer mi toalla.

Oh. Enfermera sexy. No puedo creerlo. Pequeño vestido blanco con botones arriba, cruces rojas en los pezones.

— Jeongin, lo siento tanto. — gime Hwang detrás de mí, y ella se apura a su lado.

— Oh por Dios, ¡Hwang! ¿Estás bien? — una vez más, su voz ronca me sobresalta. Como si el atuendo de enfermera no fuera suficiente para hacerme sentir completamente juvenil e inadecuado.

— Por supuesto que no está bien. — se queja Minho en la cama. — Acaba de vomitar en Jeongin.

¿Minho está despierto?

Karina golpea los pies de Minho, los cuales cuelgan en el borde de mi cama. — Párate. Ayúdame a llevarlo a su cuarto.

— Puedo mover mi cuerpo por mí mismo. — Hwang se trata de levantar, y Karina y yo nos movemos para ayudarlo. Ella me mira, y yo me aparto.

— ¿Cómo supiste que estaba aquí? — pregunto.

— Seungmin llamó, pero ya estaba en el camino. Acababa de recibir el mensaje de Hwang. Llamó hace unas horas, peo no le entendí, porque me estaba preparando para esa estúpida fiesta. — hace un gesto hacia su disfraz, molesta consigo misma. — Debería de haber estado aquí.

Ella quita el pelo de la frente de Hwang. — Está bien, bebé. Estoy aquí, amor.

— ¿Karina?— Hwang suena confundido, como si acabara de notarla. — ¿Jeongin? ¿Por qué Karina está aquí? No se supone que estaría aquí.

Su novia me envía una mirada de odio, y yo me encojo de hombros con vergüenza. — Está muy, muy borracho.

Ella golpea a Minho otra vez y él se levanta de la cama.

— ¡Esta bien, está bien!— asombrosamente, se para y levanta a Hwang del piso. Lo equilibran entre sus hombros. — Abre la puerta. — dice ella bruscamente. Lo hago, y se balancean mientras salen.

Hwang mira hacia atrás. — Jeongin. Jeongin, lo siento.

— Está bien. Ya limpié todo. Está genial, no es la gran cosa.

— No. Sobre todo lo demás.

La cabeza de Karina da un tirón hacia mí, furiosa y confundida, pero no me importa. Él se ve tan terrible. Desearía que lo pusieran abajo. Podría dormir en mi cama esta noche; yo me podría quedar con Seungmin. Pero ya han llegado al tambaleante elevador. Ellos empujan a un lado la rejilla de metal y se aplastan en el interior. Hwang me mira tristemente mientras se vuelve a cerrar.

— ¡Estará bien! ¡Tu madre estará bien!

No sé si me oye. El elevador cruje mientras sube. Yo lo veo hasta que desaparece.