vingt-cinq.

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Sofía está muerta. Porque mamá solo la sacó tres veces desde que me fui, ahora está atrapada en un taller de reparaciones en la avenida. Sé que mi coche es un pedazo de chatarra de roja, pero es mi pedazo de chatarra roja. La compré con mi propio dinero, con todo lo que gané trabajando en el cine, aguantando que el olor de las palomitas se me quedara en el pelo y que los brazos se me impregnaran de mantequilla artificial. La bauticé en honor a mi directora favorita, Sofia Coppola. Sofía crea estas películas atmosféricas e impresionistas con un estilo discreto pero impecable. Además, es una de las pocas mujeres que han sido nominadas al Oscar al Mejor Directos. Fue por Lost In Translation.

Debió haber ganado.

— ¿Por qué no compartes el viaje con tus amigos? — me pregunta mamá en respuesta a mis quejas. Me ha sugerido que vaya al concierto en su minivan de mamá tamaño familiar.

— Porque Soobin y Yeonjun ya estarán allí. Tienen que montar el escenario.

Capitán Jack hace ruiditos para que le dé su comida de conejillo de indias, así que arrojo un poco de naranja en su jaula y le acaricio el pelo detrás de las orejas.

— ¿Sunghoon no puede llevarte?

Hace meses que no he hablado con él. Supongo que irá, pero ugh, eso significa que Kim Chaewon también. Uf. No gracias.

— No voy a llamar a Sunghoon.

— Bueno, Jeongin. Es Sunghoon o la minivan. No voy a escoger por ti.

Me decido por mi ex. Solíamos ser buenos amigos, así que, en parte, tengo ganas de verlo. Y a lo mejor Chaewon no es tan mala como la recuerdo.

Pero sí, realmente lo es. Tras apenas cinco minutos en su presencia me pregunto cómo la aguanta Soobin todos los días a la hora del almuerzo. Ella se voltea para verme bien desde el asiento del copiloto. Su pelo parece una cortina y se le mueve como si anunciara champo con complementos vitamínicos.

— ¿Y cómo son los chicos de París?

Me encojo de hombros.

— Parisinos.

— Ja, ja, eres supergracioso.

Su risa falsa es uno de sus peores atributos. ¿Qué ve Sunghoon en ella?

— ¿Ninguno digno de mención? — Sunghoon sonríe y me mira a través del espejo retrovisor. No sé por qué, pero había olvidado sus linda forma de ojos. ¿Cómo los ojos marrones pueden hacer que algunas personas se vean asombrosas y otras con aspecto promedio? Con el pelo castaño pasa lo mismo. Estadísticamente hablando, Hwang y Sunghoon son bastante parecidos. Ojos: marrones. Pelo: castaño. Raza: Asiática. En la altura hay un poco de diferencia, pero, vaya, es como comparar un filete con una hamburguesa.

Pienso en el filete. Y en su novia.

— No del todo.

Chaewon cambia de tema. Le empieza a contar a Sunghoon una historia sobre algo que pasó en el

coro, una conversación en la que sabe que yo no puedo participar. La hamburguesa me proporciona detalles sobre quién es quién para que no me pierda, pero mi mente se aleja y pienso en otras cosas. Soobin y Yeonjun. ¿Soobin se verá igual? ¿Retomaremos Yeonjun y yo las cosas done las dejamos?

Ahora sí estoy nervioso. Estoy a punto de ver a Yeonjun.

La última vez que estuvimos juntos, nos besamos. No puedo evitar fantasear sobre el reencuentro. Yeonjun me ve entre el público y no puede apartar los ojos de mí y me dedica canciones. Nos vemos en el backstage. Nos besamos en rincones oscuros. Podríamos pasar todo el invierno besándome con Yeonjun. Cuando por fin llegamos al club, tengo un nuevo en el estómago.

☁︎ the french kiss ; hyunin.Where stories live. Discover now