QUINCE

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La mañana siguiente me puse de pie en cuanto el despertador sonó.

―¿Qué haces? ― Vi me miró sorprendida mientras intentaba ponerse de pie aun dormida.

―Ir a la clase de Clark ¿No creerás que con lo que pasó me asusté?

―Quinn te dijo que descansaras. Todavía no te dio el alta ¿O sí?

―Eso haré, pero no le daré motivos a Clark para que crea que abandone su clase.

Vi negó con una sonrisa y aguardó de pie junto a la puerta mientras me terminaba de vestir, para ir juntas al baño y luego bajar a la clase.

―No esperaba verla por aquí señorita Martin ― dijo Clark en cuanto me vio llegar con Vi a mi lado.

―Lo sé, pero aquí estoy.

―No hay mucho que pueda hacer, al menos no si quiero evitar que la señorita Quinn me asesine lentamente.

―No parece del tipo que le teme a una mujer ― solté divertida bajando la voz.

―Soy del tipo inteligente qué sabe elegir que batallas pelear. ― Señaló su frente. ― Tenga eso en cuenta.

―Lo haré ― dije con una sonrisa enorme.

―Hoy no saldrá, se quedará conmigo esperando que los demás regresen y, a partir de mañana, hasta que le den el alta, puede no asistir.

Clark repartió las tareas y los chicos se fueron, recién en ese momento vi a Carter alejarse, no se había acercado por lo que pensé que se había saltado la clase. Desde que nos habían atacado no habíamos vuelto a hablar y como no había estado asistiendo a clases apenas lo había visto. Cruzamos miradas por una milésima de segundo y solo pude notar su vergüenza, algo que no tenía ningún sentido. No para mí.

―No quiero dejar de venir. ― Dije siguiendo a Clark que en ese momento se sentó sobre una vieja pared de piedra a medio derribar.

Clark me miró curioso y volvió a sonreír, le quedaba bien debería hacerlo más seguido, pero por algún motivo elegía ser el profesor insoportable en lugar del que sonríe.

―Es testaruda señorita Martin. ― estiró su mano hasta un termo que descansaba a un costado y sirvió café caliente en un vaso descartable que me ofreció.

Acepté agradecida. El frío, si estabas quieto, era muy cruel.

―Dicen que es mi mejor cualidad; no suelo darme por vencida.

―Si esa es la mejor no me quiero imaginar la peor.

―Créame no querrá saberlo tampoco. ― Algo en mi comentario lo hizo volver a reír y pensé que tal vez no era tan insoportable como pensaba ―¿Puedo preguntar por los chicos de la pelea?

―¿Qué cosa?

―¿Qué va a pasar con ellos?

Clark suspiró y retiró de su cinturón lo que parecía un enorme cuchillo enfundado y lo dejó a su lado.

―Por lo pronto están expulsados de mi clase. Lo demás es decisión de la señorita Wagner y del directorio.

Asentí.

―¿Volvieron a molestarlos?

―¡No! ― respondí sentándome junto al hombre y jugando con mis pies, cuyos cordones desatados bailaban con mis movimientos. ―Solo tenía curiosidad.

Clark asintió y guardó silencio. Minutos después bajó de su asiento y comenzó a escribir cosas en una libreta y se puso a afilar el enorme cuchillo que le había visto. Estábamos en completo silencio, hasta que me picó la curiosidad.

La Orden de las Sombras - Mentiras (1ra parte)Where stories live. Discover now