TREINTA

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Tener a Sarah sentada a mi lado parecía un sueño. Presentársela a mis amigas fue simple, ellas siempre lo hacían simple. Por otro lado, Ron, fue él mismo, siempre amable, simpático y exagerado. En la cancha los equipos precalentaban, mientras las personas llenaban poco a poco las gradas. Silas y yo cruzamos miradas y no pude evitar sonreír y sonrojarme.

―¿Es él? ― preguntó mi hermana.

―Silas ― respondí sin dejar de mirarlo.

―Es guapo. ― Su comentario me sorprendió, no creí que pudiésemos coincidir en gustos, pero es que Silas realmente era muy guapo. ―Aunque ese chico de allá es más mi estilo.

Su mirada se desvió a unas gradas más debajo de la nuestra donde Nikolái conversaba distraído con un grupo de chicos del último año. Definitivamente, no teníamos exactamente los mismos gustos.

―Ese es Nikolái ― respondió Alice. ―Es de último año, como tú.

―¿Tiene novia?

―¡Sarah! ― La reprendí divertida. ―Acabas de llegar.

En ese momento Nikolái levantó su mirada y luego de mirarme con una sonrisa incómoda, sus ojos se fijaron en la rubia a mi lado. El efecto Sarah estaba haciendo su trabajo, se notó porque en lo que quedó de la velada él no dejó pasar oportunidad sin buscarla, intentando se disimulado, con la mirada.

Finalmente, el equipo de Golden Hill College, resultó victorioso y las gradas estallaron en gritos de alegría, al parecer el quipo tenía varios fanáticos que no se limitaban a los alumnos y maestros de la escuela. Fue impresionante ver a varias personas del pueblo subir con banderas impresas con el escudo de la escuela.

Nikolái se acercó mientras esperábamos la salida del equipo de los vestuarios. Estábamos muertos de hambre y yo ansiosa por abrazar a mi novio. Se sentía extraño solo de pensarlo, nunca pensé que un chico pudiera provocarme tantos sentimientos lindos, nunca creí que pudiera ser una chica tan sentimental. Pero ahí estaba, contando los segundos para verlo salir y correr a colgarme de su cuello como una tonta más de esas que antes pensaba eran patéticas. Como Sarah.

―Emily. ― Nikolái apoyó delicadamente las yemas de sus dedos en mi espalda, buscando llamar mi atención, algo que realmente no necesitaba. El acento marcado del chico me erizó la piel. Dudaba que alguna vez dejara de provocarme esas sensaciones.

Sarah se volvió al escucharlo, tal vez ella pensaba lo mismo, sonaba demasiado parecido a Ethan (Maxim).

―Hola ― dije nerviosa.

La realidad es que no tenía ningún motivo para estar molesta con él. De hecho, supe que él era uno de los chicos que colaboraba con La orden en la investigación de mi caso y supuse que era una persona de confianza y, hasta el momento, nadie me había dicho una sola cosa mala sobre él. Su único defecto era su forma de hablar.

―¿Cómo estás?

Pude notar que Sarah enderezaba la espalda a la defensiva, pegándose a mi lado y sujetando mi mano. Entendí que ella realmente reconocía la forma particular de hablar del chico, porque nada en su forma de ser demostraba querer coquetear con él.

―Sarah...― decidí cambiar las cosas. ― Déjame presentarte a Nikolái, es de último año. Ella es mi hermana, también estará en último año ― dije apretando los dedos de mi hermana para que reaccionara. ― Sarah Ashdown.

Decir nuestro apellido hizo que mi hermana saliera de su trance y me mirara confundida. Ese era nuestro apellido y tenía que acostumbrarse.

―Es un placer Sarah.

La Orden de las Sombras - Mentiras (1ra parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora