VEINTITRÉS

6 2 1
                                    



Estábamos solas, rodeadas de un montón de personas que no reconocíamos, todas mantenían su lugar entre las sombras, pero podíamos sentir sus miradas como puñales. Entonces unos pasos cortaron el silencio y el haz de luz de una linterna apareció desde el sector más oscuro y lejano del lugar.

―Bienvenidas...― Quien portaba la linterna habló y, aunque no podía verlo, reconocí la voz que tanto pánico me había causado hacía apenas unas horas.

Di un paso atrás tirando de la mano de mi amiga para que me siguiera. Comenzamos a caminar lentamente hacia atrás hasta que chocamos con alguien. Nos giramos, listas para pelear, pero las enormes sonrisas de Alice e Iris nos tomaron por sorpresa.

―¿Qué...? ― Vi soltó una pregunta inconclusa en un suspiro aliviado.

Las observaba como si fueran fantasmas y entonces en mi campo de visión, ahora, estaban varios rostros familiares. Las chicas, Silas, Holden, Nolan y Ron.

―¡Bienvenidas! ― gritó alguien desde algún lugar y los siguieron todos los demás conformando un alarido que retumbó en las paredes.

―¿Qué hacen aquí? ¿Ustedes son parte de...?

―Felicitaciones. ― Silas se acercó con una enorme sonrisa en sus labios.

―Gracias ― solté todavía sorprendida por que estuvieran con nosotras.

― ¡Estoy furiosa! ― Gritó Vi golpeando a Holden en el hombro. ―Se supone que son amigos ¿Por qué nos lo ocultaron?

―¿Entendiste eso sobre no decir una palabra? ― respondió su novio volviendo a abrazarla.

―Lo bueno es que no tendremos que volver a mentir...― agregó Iris.

Abrace a Ronan en cuanto se acercó. Se aferró a mi cintura y separó mis pies del piso.

―Sabía que no tardarías en entrar a La Orden, preciosa.

Acune sus mejillas y lo miré con una enorme sonrisa en los labios, antes de volver a abrazarlo. No podía explicar el tipo de cariño que sentía por Ronan, pero era tan transparente para mí, sentía sus emociones a flor de piel, lo quería como se supone que se debe querer a un hermano, lo quería casi tanto como quería a Mike.

Me giré cuando una gran cantidad de luces, como estrellas, iluminaron el lugar y entonces vi que habían encendido una especie de reflectores con efecto de estrellas. Observé todo a mi alrededor. Cameron estaba de pie en un costado, hablando con el tipo de acento ruso que tanto me había asustado minutos antes y Amelia.

―¿Amelia es parte también?

Mi pregunta no iba dirigida a nadie, de hecho, creí que nadie me estaba escuchando, pero Silas estaba a mi lado.

―Creí que la habías reconocido anoche. ― Chocó su hombro con el mío.

―Si, pero no creí que fuera parte de esto ¿Estabas ahí anoche?

―Es bastante buena de hecho. ― Sonrió mirando fijamente a la rubia.

Debo admitir que un poco de celos punzó mi estómago, aunque no tenía ningún tipo de sentido, y no pude evitar poner los ojos en blanco y suspirar.

―Si, bueno. Anoche no se notó.

Mi comentario hizo que Silas soltará una carcajada.

―Por cierto, estuviste genial.

―¿Estabas anoche? ― insistí.

Él asintió.

―¿Quién es el? ― pregunté señalando con la cabeza al tipo que hablaba con Cameron y Amelia.

La Orden de las Sombras - Mentiras (1ra parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora