DIECIOCHO

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Cuando abrí la puerta de mi cuarto Vi estaba en su escritorio, leyendo algo en un viejo libro. Al escucharme entrar, se incorporó y se detuvo cuando vio mis ojos empañados por las lágrimas que conseguí contener mientras subía las escaleras.

―¿Qué paso?

―Fue genial ― dije dejando que mis lagrimas salieran sin vergüenza. ―Tengo un abuelo, Vi y es genial...

Ella se aferró a mi cuello y yo a su cintura.

―Vamos, las chicas estaban ansiosas por tu regreso. ― Tiró de mi mano, pero la detuve.

―Déjame quitarme el vestido, estoy helada.

Ella asintió y minutos después, enfundadas en nuestros pijamas, nos escabullimos tratando de no hacer ni un solo ruido. Golpeamos tres veces la puerta del cuarto de las chicas y continuamos, sin esperarlas, camino al ático.

Nos acomodamos en la habitación de siempre, cerca del ventanal que nos iluminaba con los rayos de la enorme y hermosa luna. A los pocos minutos Alice llegó sola, la miré sorprendida y no necesité preguntar nada, ella pareció comprender mi mirada:

—Iris fue por los chicos.

Asentí y al poco rato llegaron todos, eso incluyó a Silas. Pasamos un largo rato en el que yo les explicaba lo que me había contado mi abuelo y ellos me interrogaban realmente interesados.

―No puedo creer que seas nieta de Ashdown. Puede que seas de las únicas personas que pueda hacer a Amelia bajarse del pedestal ― dijo Alice emocionada.

Extrañamente eso no me hizo sentir mejor, no después del pedido de mi abuelo sobre comportarme mejor que los demás.

―Tu abuelo ― aclaró Vi. ―Toda tu familia, en realidad, fueron parte del directorio desde que la escuela fue fundada y de hecho es una de las familias fundadoras. Como la familia de Silas.

Desvié mi mirada al chico sentado justo frente a mí y él sonrió.

—¿Es por eso que conocías la historia de Eliot Steele?

Él asintió. ―Tus abuelos y los míos son muy amigos.

—¿Qué historia? – Intervino Ron.

Los dos nos miramos, pero no tenía sentido ocultar eso. Después de todo a mi Cameron no me interesaba y no había sido yo la que lo había besado.

—Cameron es mi primo.

—¿Cómo? ¿Es nieto de Ashdown? — intervino Alice.

—Si, al parecer su padre es hijo de una relación pasajera que tuvo mi abuelo. Por eso mi tío Eliot lleva el apellido materno: Steele.

—Pero se besaron...— murmuró Vi un poco asqueada. La comprendía.

—Él la besó ― aclaró Silas de forma seca y cortante.

Asentí. ―Técnicamente tiene razón, yo no quería besarlo. No me interesa Cameron de esa forma.

—¿Alguien te interesa de esa forma? – Me pico Holden.

De forma automática mis ojos querían observar a Silas, aunque sabía que eso sería bastante obvio.

—No ― respondí manteniendo la penetrante mirada de ojos azules de Holden. ―Nadie. En fin, — decidí cambiar de tema. – Lo único que espero es que nadie espere demasiado de mí.

—Eres una Ashdown Em — intervino Nolan. — No quiero ser el malo de la película, pero estoy seguro que todos esperan algo de ti.

―Creo que se equivocaron de Ashdown. ― Suspiré. ― Mi hermana es buena trabajando bajo presión, yo suelo cagarla.

La Orden de las Sombras - Mentiras (1ra parte)Where stories live. Discover now