7. La montaña

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¿Saben cuál es la mayor problemática de las chicas populares? A parte de tener que lidiar con ser el crush de medio instituto- incluyendo chicas-, y el aparente amor-odio que sienten las otras chicas cada que que me ven; es encontrar amigas sinceras. Aunque, bueno, si vamos al caso creo que eso le pasa al noventa y nueve de la población estudiantil.

Hay personas que están contigo durante el día, pero por la noche, a la hora en que salen los monstruos, se quitan las máscaras para dejar en evidencia que son uno de ellos. Y que solo buscan volverte diminuta hasta divertirse a tu costa.

Mentiría si dijera que en mi vida no han llegado personas así. Claro que me he topado con un lobo de piel de oveja ¡En más de una ocasión! Pero la gran diferencia es que aprendí a tratar con ellos.

¿Quieres actuar como una perra conmigo? Adelante, que estás hablando con la dueña de la perrera.

Actualmente mi círculo de amigos, el famoso "Club de los Populares", consta de ocho maravillosas personas. Luca, Dani, Tyler, Mack, Sofia, Ethan, Logan y yo. A todos los conozco mejor que la palma de mi mano.

Aunque dicen que uno nunca termina de conocer a las personas.

—¿Cuánto falta?— inquiere Tyler hablando bajito.

—No tengo ni idea— responde Mack en el mismo tono—. La profesora parece haberse quedado dormida ¿Que opinas, Aura?

—Opino que sino se callan nos van a descubrir— gruño de brazos cruzados.

—Siempre tan amable— dice sarcásticamente la rubita.

Mackenzie Davis, la capitana del equipo de porristas, me cae bien por lo mucho que nos parecemos. Amigas desde la detención en onceavo grado, estoy cansada de organizar planes con ella para salir bien librada de cualquier locura. Una vez nos robamos los exámenes de la sala de profesores y salimos ilesas.

Sonrio y le doy un golpecito en el hombro.

—Tranquila, Davis— me burlo. Odia que la llamen por el apellido—. En unos dos minutos la profesora morirá de un ataque al corazón con la bromita.

Dicho y hecho, nadie murió de un ataque al corazón, pero la bomba explotó al terminar de contar los dos minutos. Le tengo medido el tiempo desde la vez que me escape durante una de sus tantas idas al baño, que consistían más bien en pasar a la sala de profesores a tomarse una taza de café de media mañana, para ir a llevarle un tampón a Daniela.

Es tradición en el instituto que los estudiantes del último curso organizen una broma épica para despedirse del colegio y terminar de traumar a los profesores. Cada una es mejor que la otra. Hace dos años, cuando mi hermana mayor se graduó, sus compañeros instalaron cámaras en la dirección y le mandaron cinco strippers al director; al día siguiente fue tendencia entre los más buscados en YouTube y Twitter.

Desde ese día el pobre Director Richardson mandó a instalar un sistema de seguridad prácticamente extremo en su despacho. Por eso este año recurrimos a algo más divertido para nosotros.

Fueron meses y meses de ensayos en el sótano de la casa de Ethan para lograr que todos nos pusiéramos de acuerdo en la coreografía. La primera fase de la broma fue llenar los ductos de los aspersores antiincendios con pintura de todos lo colores, luego instalamos una bomba en el microondas de la sala de profesores para que cuando estallara el humo activara dichos aspersores; y por último, una de las chicas que controla la cabina de radio reproduciría la canción que elegimos en conjunto. Tras de mí de una banda mexicana llamada RBD.

Al estilo Disney.

No me puedo quejar, la verdad es que todo salió mejor de lo planeado. Pensé que alguien tropezaría y acabaríamos todos en el piso debido al efecto domino. Muy ridículo se vería todo, pero gracias a Dios no pasó.

Prohibido Enamorarse Onde histórias criam vida. Descubra agora