17. Cerrado por mantenimiento

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MINI MARATÓN POR INICIO DE AÑO 2/2


La verdad es que el hecho de que tres adolecentes hijos de empresarios y abogados reconocidos estuvieran en uno de estos barrios tan raros y peligrosos era un hecho histórico. Sobretodo si tienen en cuenta las pintas que teníamos mis mejores amigo y yo.

En serio, a mí no se me ocurrió nadie mejor que Ethan para llevarme a ese puñetero lugar. Él que es un niño de casa que anda por la vida con aire hippie y liberal. En ese apartamento parecía cómo un alienígena nadando con delfines, y no quería ni imaginar el aspecto que teníamos nosotras.

Los pisos estaban horribles, el techo prácticamente convertido en un colador de espaguetis tamaño universal y el espacio era tan reducido que casi me dan ganas de tomar al casero y a todas las personas que se atrevieran a preguntar por ese piso y llevarlas a un verdadero penthouse.

Aren... Bueno, él es materia aparte. Habían transcurrido veinte minutos exactos desde que él y Dani habían hablado, creo que a todos nos sorprendió verlo llegar tan repentinamente rápido y la forma en que se movía en aquel departamento. Aunque todavía se notaba muchísimo que no pertenecía a aquél lugar, nada que ver con mis amigos y yo.

—¿Estás bien?— me preguntó al llegar a mi altura. Miró a su alrededor y saludó a mis amigos con un movimiento de la cabeza, el departamento parecía aún más pequeño con él aquí.

—Si, te dije que no era necesario que vinieras— mascullé dando un paso atrás para alejarme de él. Dani nos miraba a los dos con una expresión que no pude distinguir.

—Si hiciera caso a todo lo que me dices no te gustaría tanto— apunta con media sonrisa.

—Ultimo minuto: no me gustas ni un poquito.

—Nadie se resiste a mis encantos— me guiña un ojo.

—No uses esa frase tan cliché de nuevo. El mundo no gira a tu alrededor— le recuerdo y sonrío al pasar por su lado—, porque gira alrededor de mi.

Alguien se aclara la garganta y es ahí cuándo recuerdo dónde y con quiénes estamos. Carajo, estoy coqueteando con el ex de mi mejor amiga justo frente a sus narices.

—¿Te decidiste?— me pregunta el casero.

¿A salir corriendo? ¡Oh, si! ¡Por supuesto que sí!

Cállate.

Abro la boca para darle una respuesta afirmativa, pero Aren me interrumpe como si este tema también le importara a él.

—¿Nos permiten cinco minutos?— inquiere—. Necesito hablar con ella a solas, luego le dará una respuesta.

El tipo juntó las cejas, era obvio que no le gustaba para nada la idea de esperar pero no le convenía enseñar su verdadera naturaleza aquí así que salió en silencio al pasillo o mini vestíbulo.

—Bueno... Soy Ethan— el rubio le tendió la mano a Aren, que se encontraba de pie detrás de mí, y sonrió encantadoramente luego de hacer las respectivas presentaciones—, ayúdanos a hacerla entrar en razón.

—Es más terca que una mula, pero lo intentaré— murmura y yo pongo los ojos en blanco cuándo ninguno me observa.

—Gracias por venir— dijo Dani entre dientes y sin verlo a la cara. Me pongo nerviosa cuando ambos abandonan el lugar y nos dejan solos en una caja de zapatos. Cualquier cosa puede pasar.

—¿Estás bien?— vuelve a preguntarme.

—¿Por qué viniste?

—Porque estaba preocupado por tí— confesó con la mirada en el piso. Actuaba inseguro y completamente distinto a como actúa normalmente.

Prohibido Enamorarse Donde viven las historias. Descúbrelo ahora