➳007

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Siete


El jueves fue un día bastante cansador, el miércoles un profesor nos avisó que al otro día —jueves— teníamos un examen, me pase toda la noche estudiando, no dormí, nada, ni siquiera unos minutos, mis ojeras eran notables, estaba cansadísima, Maia me preguntó si había estado llorando, las ganas de mandarle una bofetada no me faltaron, hace tiempo no lo recordaba, no tenía tiempo.

Wallace se había ido a San Francisco, me dijo que volvería en unas semanas, ya que, aquí vivían sus padres y venía continuamente a verlos.

El viernes desperté con nada más que nervios, mis maletas estaban completamente listas, hoy tenía muchas clases, así que hice todo ayer en la noche y subí las maletas al auto enseguida, por lo que en mi habitación estaba solo lo que usaría hoy y mi bolso.

Era una mañana con un clima bastante agradable, pero ni aunque hubiera mil grados yo me bañaría con agua fría, siempre con agua tibia, tomé una ducha de aproximadamente unos veinte minutos.

Estaba nerviosa, muy nerviosa, últimamente la universidad me tenía exhausta, no era una fanática de estudiar, pero cuando me hundí en la depresión un año, estudiar era lo único que hacía, pero no comprendía la materia, era como que sí entrara por uno de mis oídos y salía por el otro.

Me vestí tranquila, aún era temprano, vi a mi perro y...

¡MI PERRO!

¿Dónde mierda dejaría a Colton?

Me sentí culpable al olvidarme de él, corrí en ropa interior hacia mi cachorro, lo tome y abrace, se quejaba notablemente y lo solté. Tendría que dejarlo con la Señora Coleman.

Me vestí casual y corrí al departamento del lado. Mis nudillos golpearon dos veces la madera y apareció una adorable Señora.

—Hola Sophie, tanto tiempo cariño, pasa. —me hizo a un lado, pero me negué.

—Hola Señora Coleman, lamento molestarla tan temprano pero le venía a pedir un favor, y estoy un poco atrasada en hora. —trate de parecer cordial.

—Sólo dime, este finde estoy libre. —soltó una risita.

—Tengo que hacer unas diligencias y me voy hoy en la noche, estaré todo el día fuera, hasta el domingo, ¿usted podría cuidar de Colton, mi perro? —dime jugando con mis dedos.

— ¡Claro!, prefiero que lo traigas aquí, es más seguro que dejarlo sólo en su casa toda la noche.

—Muchísimas gracias, juro pagarle unos cuantos dólares.

—No te preocupes cariño. —negó.

—Bueno, le traigo a Colton en unos minutos, la comida también se la traeré, adiós. —besé su mejilla.

Corrí a mi casa, y vi a Colton comer, sentí como mi teléfono sonaba y subí las escaleras corriendo.

— ¿Hola? —respondí con la voz entrecortada.

¿Sophie que te estás tirando a alguien o qué? —Oh Maia.

—Pero que cosas dices estúpida, estaba abajo y subí corriendo, sólo eso. —sentí como mi respiración se clamaba.

¿Tienes todo listo? —dijo mientras cerraba una puerta, que supuse que sería la de su casa.

—Sí, de hecho estoy por salir, nos vemos, adiós. —dije apresurada.

WINGS ➳ j.bDonde viven las historias. Descúbrelo ahora