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Veintiuno


Comenzó a caminar hacia mí, con pasos lentos e indecisos, nerviosos y sensuales, sentía que moría dentro.

Desvié mi mirada de sus mieles ojos —que cosa más difícil— y comencé a mirar alrededor, no había nadie, las mesas estaban completamente vacías, el escenario no tenía nada ni un solo parlante o un micrófono, nada.

Su esbelto cuerpo tapo mi vista, su mirada estaba fija en mí, me hacía sentir desnuda, incomoda, nerviosa, si hacia esto se me haría difícil hacerme la desinteresada o la chica dura.

Su mirada tenía un temple serio, demasiado serio, quizá me equivoqué en algo.

— ¿Lo he hecho mal?, Justin juro que yo mande todas las invitaciones no...

¡Y bang! Miles de mariposas corrieron en mi estómago.

Sus labios tocaron con tanta suavidad los míos que no sabía si era real o no, sus manos estaban detrás de él, pero al ver que no le rechacé, él me tomó de la cintura posesivamente como solo él solía hacerlo, como solo él podía hacerlo.

A veces me preguntaba si nuestros labios fueron hechos para estar unidos, encajaban a la perfección.

Mis brazos por inercia se fueron a sus mejillas, no aguantaba más, le había extrañado, sus labios, su toque, sus caricias a media noche cuando se colaba en mi habitación, cuando me saltaba algunas clases por estar con él, los almuerzos en los que luego llegaba tarde a clases por nuestra despedida de besos, lo extrañaba a él.

Me apretaba más contra él, gemí cuando acercó nuestras intimidades, mis dedos hacían caricias en sus mejillas, mientras que sus grandes manos tomaban mis caderas como si quisiera tenerme ahí por siempre, aunque a mí no me molestaría estar así por un largo tiempo.

Nos separamos, una decisión difícil para ambos, pero el oxígeno nos obligaba a hacerlo.

Sus manos subieron de mis caderas a mis mejillas, junto nuestras frentes, mientras ambos respirábamos entrecortadamente, sonreí al verlo sonreír a él.

Sus ojos estaban felices, lo conocía a la perfección.

—Lo siento tanto, jamás debí aceptar todo esto, quizá triunfe, pero me falta lo más importante para vivir y triunfar realmente, y esa eres tú. —dejó un casto beso en mi frente.

Sus ojos mieles se juntaron con mis ojos verdes jade, veía el arrepentimiento en su mirada, pero luego recordaba que se casaba en unos meses y todo se iba a la mierda.

Mis manos bajaron de sus mejillas lentamente, lo hacía ver doloroso, lo era para mí.

—Y-yo...-me interrumpe.

—Sé que siempre fuiste desconfiada conmigo porque no me conocías aun soy un completo extraño para ti. Lo entiendo, por eso te traje aquí quería que estuviéramos solos y si solo me aparecía en tu apartamento haya o te invitaba sería un rotundo no. —se mofó.

Me dio un beso en los labios, suave y lento.

—Esta noche será sólo de nosotros dos, nada se interpondrá aquí, ¿ok? —-pregunto esperando mi respuesta.

Asentí.

Tomó mi mano, entrelazando nuestros dedos, mi mirada se fijaba solo en nuestros dedos entrelazados y lo bien que encajaban, lo bien que se veían, subí mi mirada y mi mirada chocó con la de Justin, quien también miraba nuestras manos, beso mi mejilla y se posó detrás mío caminando como la pareja de adolescentes que algún día fuimos.

—Hey...espera un momento —pare, haciendo que mi espalda chocara con el pecho de Justin. — ¿Wallace sabía esto? —fruncí el ceño.

Justin miro hacia los lados silbando, revolotee los ojos y sentí sus labios en mi frente.

—Quizá se lo dije, necesitaba su ayuda, y también necesitaba saber que no estuviera coqueteando con mi chica. —comenzamos a caminar de nuevo.

— ¿Mi chica? —alcé una ceja.

Se encogió de hombros, tomó mi mano y me llevó fuera de la gran casona que debía de haber sido la "fiesta", caminamos por un largo tiempo hasta llegar a un lugar donde el pasto estaba plano y había al final una mesa con dos platos encima.

— ¿Te gusta? —dijo tocándose la nuca, nervioso.

—Sí, me encanta, gracias. —besé su mandíbula.

Cerró los ojos ante el toque de mis labios en su tibia piel.

El clima estaba perfecto, estaba de nuestro lado, todo estaba de nuestro lado hasta el momento, hasta el momento...

Caminamos hasta llegar a aquella mesa y me ayudo a sentarme, los platos estaban vacíos, la mesa llevaba un mantel que llegaba hasta el piso de color coral, había un fino vino sobre la mesa, junto con dos copas.

— ¿Pizza? —reí cuando saco debajo de la mesa una caja de pizza.

—El romanticismo no es para mí, mi amor. —guiño un ojo.

Mi amor, parecía una cría de quince años.

Comenzamos a comer bajo un silencio cómodo, no como los anteriores, uno agradable y relajante, cruzábamos miradas donde yo las apartaba debido a mis mejillas sonrojadas.

— ¿Qué hay de Kate? —dije tomando un sorbo de vino.

Vi como Justin sonrió y tomo su copa.

—No lo sé, no la veo desde hace un mes o algo así. —se encogió de hombros.

Abrí mis ojos como platos.

—P-p-pero cómo, ella era tu prome...

—Era, ya no. —tomo mi mano sobre la mesa.

— ¿Cómo eso que ya no?, ¿Mi padre lo sabe?, lo perderás todo. —dije tomando mi cabello con fuerza.

Sus manos hicieron que dejara mi pelirrojo cabello y centrara mi atención en él.

—Ese día en el que te fuiste, sentí como te me escapabas de nuevo y yo no hacía nada, obligue a Wallace a darme tu número o lo hacía beber leche de las tetas de una vaca. —ahí estaba él, tan fino y elegante. —Llegué a casa y esperé a que Kate llegara y le dije que esta mentira se acababa que esto era el fin, me dejo algunos rasguños pero ya pasó, tu padre aún no lo sabe, le entregaré todo, tengo mi propia empresa en San Francisco, nadie lo sabe, eres la única, siéntete afortunada.

—Contigo a mi lado ya me siento de esa manera. —mis mejillas enrojecieron al momento de soltar las palabras.

—Créeme que yo igual. —besó mi mano.

Le sonreí y de un momento para otro su expresión cambio.

Es momento que sepas quien realmente es Justin Bieber, Soph.N/A:

UN DÍA PARA WDYM, YO ME MUERO ANTES DE ESCUCHARLA.

No me aguante en subir además que ¡SE BESARON CONCHATUMARE!

Un beso a todas(L)




WINGS ➳ j.bWhere stories live. Discover now