➳014

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Catorce


Mis maletas estaban al lado de la puerta, lista para volver a mi casa, mi hogar mi cama y mi perro, que lo extrañaba.

En la mañana había hablado con Wallace, diciéndole que llegaría hoy a eso de las cinco de la tarde, se ofreció a pasar por mí, me mandaría un mensaje confirmándomelo.

Maia me dio un palmazo en el culo, diciéndome que ya nos podíamos ir, Bruce nos esperaba fuera del hotel, entregamos las llaves en recepción y nos encaminamos al aeropuerto.

Cuando llegamos allá, estaba lleno, día domingo, el fin de semana se acababa y las vacaciones comenzaban, por lo menos yo tenía sólo esta semana de clases y la otra salía de mis amadas y ansiadas vacaciones.

Tuvimos que hacer un montón de papeleo, el pasaporte y otras mierdas, pero no fue tan largo ya que estábamos dentro del país, eran solo cinco horas de distancia, estaba acostumbrada a viajar ocho horas cuando iba a ver a mis primos.

Dejamos nuestras maletas y caminamos hacia la parte donde nos revisaban, le dije a Maia que me esperara cuando vi que mis zapatos estaban con los cordones desabrochados y me agache a meterlos dentro del botín, ya que no quería abrocharlo, estaba poniendo los cordones cuando veo que unos zapatos negros brillantes se posan al frente mío.

Subo la mirada y me encuentro con sus lindos ojos mieles, los cuales están sin brillo y con unas ojeras de muerte, cuando me levante mi mano inquisitivamente subieron a su mejilla.

— ¿Has dormido? —me miró con los ojos como platos, como si le hubiera dicho que había cometido un crimen.

— ¿Dormir en una oficina en el sofá, cuenta? —reí para aligerar el ambiente.

Baje mi mano con cuidado, sintiéndome como una imbécil, pero no podía mantener mis manos lejos de él, cuando había ansiado tanto por verlo, baje mi mirada a sus caros y bien pulidos zapatos.

"Vuelo hacia Nueva York a las 11.30, abordar por favor", repitió dos veces una voz electrónica.

—Me debo ir —mire mis pies— adiós. —me aleje y coincidí con la mirada de Maia que miraba con rabia a Justin, pero luego sonrió.

Sonrió justo en el momento en el que me agarraron por el brazo y me voltearon, haciendo que chocaron con su fornido pecho, lo reconocí enseguida por ese peculiar olor.

Mis manos se enrollaron por sus caderas y las suyas por mi cuello, su cabeza descansaba en la mía, mientras yo no quería afrontar la realidad.

—Sophie por favor, dame tu número, necesito saber de ti, tu correo o algo, por favor. —dijo tomando mis mejillas.

Sonreí y lo aleje de mí.

—Lo siento, pero no te daré el camino fácil, si tu ingenio sigue ahí y te consigues mi número. —guiñe mi ojo y me di la vuelta.

Corrí, porque no quería tener que hablar de nuevo con él, con esto sabría si de verdad me quería o si sigo estando en sus pensamiento como él lo afirmaba.

Cuando mis nalgas tocaron el asiento, sentí un relajo exquisito, me sentía tranquila, como si al verlo, hubiera calmado a todos mis demonios o pensamientos estúpidos, era como si no tuviera ese dolor en el pecho, quizá desde ahora podría vivir sin su recuerdo.

— ¿Qué piensas? —Maia interrumpió mis pensamientos.

—En todo lo que pasó, me siento tranquila, al fin. —sonreí.

Maia se mordió el labio, nerviosa por lo que iba a decirme, como si fuera algo que me doliera.

— ¿Hablaras con tu papá?, digo tu mamá igual sabe, pero quizá no es el mismo enojo que con que le debes tener a tu padre. —se encogió de hombros.

Suspiré.

—Claro, mis padres surgieron tan rápido, que no se dieron cuenta cuando tenían dos empresas, después cuatro y así sucesivamente, el dinero se les subió a la cabeza, pero nunca me lo esperé de ellos, sé que mis padres no son los mejores, pero nunca se entrometieron en mi vida personal. —fruncí el ceño.

—Bueno tenías diecisiete, pero esto se trataba de un novio, alguien con quien pasas tus días, no se trata sólo de un problemas con un amigo o tus cambios de humor, aunque tampoco me los esperé de ellos, menos de tu madre.

—Supongo que pensaron que jamás volvería a verlo, ni que él jamás intentaría buscarme, ni de joda, pero ahora ya tengo veinte, no pueden escoger por mí.

— ¿Entonces hablaras con tu padre?

—A penas llegue a NY.

El resto del viaje nos dormimos, se nos hizo cortísimo, cuando llegue tenía un mensaje de Wallace diciendo que me esperaría fuera, en la entrada del aeropuerto, cuando salí adelante del auto de Wallace, estaba el auto de Allan, el "amigo" de Maia, no sé porque no tenía los cojones de decirle que si quería ser su novia.

Allan se veía nervioso y cuando vio a Maia se sonrojo con el demonio y comenzó a sudar, algo pasó, pasa o pasará.

Candice también lo notó, por lo que le dio un beso en la mejilla a mí y a Wallace y se subió al auto con Allan, luego la llamaría.

Mire a Wallace y salté a sus brazos, lo había extrañado.

— ¿Qué tal estás? —besé su mejilla sonoramente.

—No tan bien como tú, te veo más... tranquila. —me sonrió.

—Sí, bastante.

Nos subimos al auto y quedamos que nos iríamos a tomar un café, ya que, hacía frío y además aún era temprano.

Le rogué diez minutos —no miento— para que fuéramos a Starbucks, no sé qué mierda tiene en la cabeza Wallace que no quería ir.

Terminamos por ir, porque —obviamente— gané la discusión.

Fui a buscar una mesa, mientras Wallace pedía, busque una apartada, en una esquina, cuando ambos teníamos nuestras ordenes el primero en hablar fue Wallace.

—Ahora tú, enana, me explicaras que hacías con Justin, en San Francisco.

2

N/A: En multimedia está Maia y Allan

hola a todas! espero que estén bien, he empezado las clases y he escrito este capitulo hace unos días.

voten y comenten mucho!

en el capítulo pasado pregunte de donde eran y ahora preguntare: ¿Que edad tiene?

yo catorce sdkkjjl:(


WINGS ➳ j.bWhere stories live. Discover now