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Veinticuatro


Luego de ir a buscar mis cosas al hotel fuimos a la casa de Justin.

La casa donde Justin vivía constaba de tres pisos, el primero piso era la cocina, una sala y un comedor, además de un living, era gigante, Justin tenía sus maletas hechas, por lo que cuando llegamos el solo subió a buscarlas.

Me dijo que subiera con él para conocer la casa y lo hice, pero me arrepentí cuando vi la cama matrimonia con dos veladores a cada lado en los cuales había cosas de Kate y en el otro de Justin, me sentí incomoda y Justin lo notó, saco sus cosas lo más rápido para irnos luego.

—Saca dos cajas que estar en el mueblecillo, por favor. —apuntó al velador al lado de su cama.

Asentí y me puse de rodillas en el piso para estar más cerca, mis cabellos rojizos hacían una cortina alrededor de mi cara, habían dos cajas una grande y una pequeña, saque ambas y la pequeña con un movimiento brusco se me cayó al piso, botando fotos, para ser exactos fotos mías y de Justin.

Me agache a recogerlas y hojearlas cada una, estaban todas las fotos que nos sacamos, cuando fuimos al parque donde caí del columpio rompiendo mi jeans, en el cine cuando no había nadie, en una ruleta.

Me recorrieron miles de flashbacks que hace un tiempo me habrían hecho llorar, pero ahora no iba a llorar, lo tenía a mi lado, el sería incondicional conmigo, no me defraudaría, pongo las manos al fuego por él y esperó con quemarme.

Lo miré el cual miraba nervioso y con un leve sonrojo en sus mejillas, me dio ternura verlo así.

—Tienes veinticuatro años y aún te sonrojas por cosas simples. —negué riendo.

—Tienes veinte y aún te sonrojas cuando te digo lo hermosa que eres. —él sabía perfectamente como sonrojarme.

Sonreí roja como un tomate, seguramente.

Besó mis labios con delicadeza, pasando sus brazos por mi cintura, juntando sus brazos en mi espalda, luego de eso comenzó a besarme toda la cara y el cuello lo que causo cosquillas, una risa estúpida de mi parte.

Mi mente me decía que le preguntara a Justin donde estaba Kate, pero no me importaba mucho en realidad.

Las maletas las guardo en el auto y tomamos rumbo al aeropuerto, para ser un fin de semana —siendo más exactos un domingo— se encontraba vacío, todo estaba a nuestro favor por una vez en mucho tiempo, espero que nada lo arruine.

Justin pidió dos boletos para NY en el sector V.I.P., los cuales ya estaban reservados, al parecer tenía todo planeado.

Era raro ver a Justin en traje no hallaba el momento en verlo en esos jeans gastados y caídos, con musculosas o camisas las cuales le cubrían el trasero que dejaba al aire su pantalón caído, sus gorras hacia atrás, sus zapatillas sin abrochar, mí Justin.

Era mucho más raro verlo tan maduro, es impresionante lo cuanto cambia alguien en un año, él se veía maduro y demacrado, pero no tanto como la primera vez que lo vi, de hecho ahora está más rechoncho, o quizá es el ángulo, no lo sé.

El avión despegaba en una hora, pasamos a dejar las maletas para que las guardaran, luego fuimos a tomarnos un café ahí mismo en el aeropuerto, nos sentamos en unas mesas dentro del local con nuestras manos tomadas encima de la mesa.

—Te extrañé tanto, extrañaba tu carita de ángel, tu risa, tus labios, tus manos —le dio una suave caricia a mi mano, tan suave como el algodón— despertar a tu lado en las mañanas, ser la primera persona a la cual veo en las mañanas, no lo sé, simplemente te extrañaba, lo suficiente como para embriagarme todos los fines de semana.

Sus ojos aguados hicieron que de mis ojos claros cayeran las primeras lágrimas, lágrimas de emoción que hace mucho tiempo derramaba. Levanté su mano y besé sus nudillos mirándolo a los ojos.

—Cuando te fuiste me sentí perdida —desvié mi mirada— sentía que ya no tenía nada, siempre fuiste esa persona fundamental en mi día a día, extrañaba despertarme por tus besos, o por tus pesadillas las cuales ahora entiendo, hubo un tiempo que sentí que fue mi culpa, pero se me quito de la cabeza en el momento en que te vi.

Justin cerró los ojos y besó mis nudillos, uno por uno, con la suavidad más grande del mundo, con el amor más puro y real que se haya sentido.

—Lamento que hayas tenido un año de mierda, lamento mucho todo, yo soy el culpable de esto, pero te juro no decepcionarte más, seré el mismo de siempre. —se levantó de la mesa un poco y beso mi frente y me dio un casto beso en los labios.

Una voz electrónica nos avisó que nuestro vuelo salía en diez minutos.

Nos levantamos tomados de la mano, mi cabeza se apoyaba en su hombro y su cabeza en la mía, la diferencia de altura no era tanta, unos diez centímetros solamente. Nos dirigimos a tomar el avión, lo cual nos demoramos cinco minutos, no más. Cuando estábamos arriba del avión, yo me senté al lado de la ventana y el al otro lado, ya que los asientos eran de tres y al otro lado había un chico que según Justin yo "le gustaba".

Celoso como él solo.

Mi trasero apenas toco el asiento se durmió, por lo que el viaje se me hizo terriblemente corto. Justin me despertó a besos y nos bajamos enseguida.

Fuimos por las maletas y cogimos un taxi, ya que, el auto de Justin llegaba aquí mañana por la mañana, el destino que llevábamos era a casa de mis padres, los nervios de parte de ambos hicieron que el camino fuera jodidamente largo.

Cuando llegamos bajamos con las maletas, y tocamos la puerta, nadie abrió, tocamos alrededor de seis o más veces y no, nadie salía.

Recordé que en la planta había una llave de repuesto que yo dejaba por si llegaba tarde, la busqué y ahí estaba, Justin miraba cada cosa que hacía como si fuera algo mágico, abrí la puerta y entramos.

Dejamos las maletas en la entrada de casa, revisé por la primera planta si había alguien, nuestras manos iban entrelazada, iba a dirigirme a la segunda planta y veo que hay un tacón en la escalera, y se comenzaron a escuchar gemidos de una chica, una chica que no era mi madre.

Subí rápido y enojada, el humo saldría por mis orejas si fuera un dibujo animado, la puerta de la pieza de mis padres estaba entre abierta, los gemidos habían cesado y sentía como se acomodaban en la cama.

Tomé todo el coraje que encontré y abrí la puerta de un golpe, veo como no puedo odiar más a mi padre y a Justin tensarse detrás de mí.

En la cama estaba la estimada Kate Wappers y mi padre.

s\q

N/A:

Con qué Kate y Patrick amantes eh.

Subo porque el capítulo anterior tuvo tanto votos como comentarios, lo cual agradezco mucho.

Dejen en los comentarios sus opiniones sobre la novela y todo!

Besos!(L)



WINGS ➳ j.bDonde viven las historias. Descúbrelo ahora