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Diez


Cuando me subí al taxi, vi por la ventana como Justin de agarraba del pelo con una frustración notable, odiaba que hiciera eso, era cínico de su parte.

En el camino me dedique a mirar por la ventana el cielo nublado que se encontraba frente a mí, no me había dado tiempo de admirar San Francisco, ya que, cuando llegue aquí era un manojo de nervios que me obstruían de cualquier otro pensamiento que no estuviera relacionado con la boda de MI EX novio.

Cuando llegue fuera del hotel, pedí mis llaves que había dejado en recepción, antes de salir con Bruce a la empresa de Justin.

Subí al piso ocho, pieza 941, a penas puse la tarjeta en la puerta, se abrió de inmediato mostrándome a una Maia con pijama y una bata gigante de polar, parecía un oso de felpa.

—Maia, te diré dos cosas, primero, me has dado un susto de muerte y dos, veo que estabas ansiosa de verme. —reí ante su reacción.

—Tenía listo el helado, y películas románticas, por sí llegaban echa mierda llorando por ese tío. —dijo haciéndose un lado para qué pudiera pasar.

Reí ante su desconfianza.

—Oh sobre eso, saldré hoy con él. —pase cabizbaja frente a ella.

Sentía como si mirada quemaba mi nuca, como me seguía desde qué entre hasta que fui a mi habitación.

— ¡¿QUÉ?!

Di un respingo a su reacción inesperada, me di vuelta para mirarla a los ojos, los cuales se encontraban llenos de cólera fresca.

—Ahora llegaras corriendo a sus brazos, te llevará a un pub, donde te cogerá en un baño y luego te iras y él se va a casar y tú...

—Joder, Maia cállate ya, estoy harta, no porque haya aceptado una salida con el significa que me lo voy a tirar o me lo comeré a besos, lo que menos quiero es eso. —mentí.

—Haré como que te creí lo último —se rio— Las pelirrojas son unas zorras. —su mirada me transmitía que quería reírse peor no lo hacía.

—Quizá. —Sonreí.

Me despoje de mi chaqueta y mis tacones, ante la atenta mirada de Maia.

—Puedes explicarme al menos lo que pasó ahí dentro. —su mitad a cambio a una de curiosidad.

Esa es mi amiga.

—Cuando llegué a su despacho no podía creer que yo estaba ahí, me miraba con asombro, me dirigí hacia él como si jamás lo hubiera visto en mi vida, como si no lo conociera...

— ¿Cómo reaccionó él al respecto? —soltó una risa infantil.

—Estaba enojado, molesto, luego se acercó a mí y me dijo que no tenía que comportarme así.

Le conté todo a Maia con lujo y detalle, cada palabra que él me decía se lo dije, ella me miraba con atención ante cada palabra que salía de mi boca, sus ojos se abrían con asombro de vez en cuando.

—Entonces, hoy saldrás con él y te explicara el porque te dejó. —recopiló toda la información.

Que mal sonaba "te dejó", si Justin y yo éramos los protagonistas de esa frase.

—Exacto. —asentí

—Pues chica, iremos a almorzar y luego te arreglamos. —me guiñó un ojo.

Pasamos la tarde en un restaurant de aquí, y luego pasamos por un local donde hacían piercing, y dije: ¿qué pasa andaría mal?

Cuando entre pasaron por al lado mío dos pequeñas de ocho años, por ahí, con un aro en la nariz.

La señora que me hizo el pequeño aro en mí nariz, tenía un vocabulario como el de un adolescente, me dijo que las niñas eran sus hijas y que el aro en la nariz no les había dolido, cuando les pregunte que sí era sin anestesia, agarro una parte de mi nariz y enterró el aro, no sentí nada.

Cuando salí de local me sentía una campeona al saber que no me dolía, Maia de reía de mí al acordarse de mi expresión cuando me habían dicho que era sin anestesia.

Cuando llegamos al hotel eran alrededor de las ocho, tire mis zapatos lejos por la habitación, mi nariz estaba un poco delicada, pero nada que no podría aguantar.

Maia saco toda la puta ropa de mi maleta, dejando un desastre en mi cama, el cual ella prometió que arreglaría, Maia saco un top negro y un jeans negro, y una chaqueta de jeans, lindo.

Me duché y deje mi pelo liso, me posicioné frente a un espejo, y subí mis pechos y los baje, riendo ante mi acto.

—Sophie, por favor cuídate, actúa normal frente a Drew, te esperaré hasta que llegues, te adoro. —besó mi mejilla.

Maia y Justin eran buenos amigos, pero cuando me dejo a mí, también perdió el contacto con ella—Maia—.

Me subí a un taxi y le di al taxista la dirección del pub que Justin me había dado.

Cuando llegue eran alrededor de las diez menos veinte, diez minutos atrasados no le hacían mal a nadie.

Sorprendentemente el pub era por lista, cuando llegue sólo di mi nombre y me hicieron pasar, raro.

Cuando entre habían miles de chicos bailando, prudente e imprudentemente, habían parejas felices y otras peleando porque el chico había mirado a una chica o viceversa.

Mire hacia arriba y Justin estaba apoyado en una baranda con la mirada fija en mí, le hice una seña para que bajara.

Sus movimientos fueron lentos y torpes, me saludo con un beso en la mejilla corto, gracias a mí, ya que, me aleje.

Nos dirigimos a la barra y comencé a hablar yo, ya que él tenía su mirada perdida en mí.

—Puedes comenzar con tu explicación.

N/A:

Hola! lamento la tardanza al subir.
Jamas pensé que diría esto pero... ¡mi computador se averió!, se ha roto la pantalla, por lo que escribo del teléfono y odio escribir de aquí.

LOS COMENTARIOS BAJAN! Ya no hay tantos, y eso me da tristeza a, comenten mucho ahr:'(

las amo❤❤❤


WINGS ➳ j.bWhere stories live. Discover now