Capítulo 10: Someone you loved

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Segundo día de instituto y más problemas cada vez.

Antes de entrar a clases le escribí a Olivia.

D_Davis:
Te escribo a la hora del recreo. No me atrevo a hablarte en persona por tus amigos xd

Olivia_Jones:
ntp a esa misma hora t escribo

Me guardo el móvil cuando escucho a varias personas hablar en la cafetería que estaba vacía pensando que podrían ser los profesores y tenía miedo de que me quitasen mi móvil.

Me relajé cuando los que vi eran Aidan, su hermana y Ethan.

—¿Sospechas que alguien te vio quemar la papelera?— se horroriza Ethan.

Me escondí detrás de la puerta. Tenía miedo, pero no me iba a ir porque quería saber qué es lo que estaban tramando esta vez.

— Encontraré a esa persona y le partiré la cara.— amenazó el grandullón y yo tragué saliva.

—¿Pero por qué coño quemas una papelera?— Aida levanta la voz — Si fuera la de alguna de la esquina del pueblo nadie te vería, pero estamos en un espacio cerrado.

— Cállate Aida.— el hermano mayor pegó un puñetazo a la mesa — Me vuelves a contradecir y le digo a papá que te escapas de casa si permiso.

Aida se sentó de brazos cruzados y no volvió a abrir la boca ofendida.

— Vamos a tener que hacer algo.— opinó Ethan — ¿Por qué no desviar la atención de dirección hacia otro problema?

— Claro, eso es.— Aidan se alegró — Eres el tío más listo.

Ethan se sintió muy orgulloso y Aida se fue a toda prisa para irse sola. El peliblanco la iba a seguir, pero el grandullón lo detuvo.

Fui a por los folios en conserjería que ya había tardado un poco en la cafetería escuchando chisme y regresé al aula con la excusa de que había mucha gente haciendo fila.

En la hora del patio sucedió el problema. Cuando todos tranquilamente estábamos recogiendo para salir al patio una gritó:

—¡¿Quién me ha robado el móvil?!

Todos dirigimos la vista al fondo de la clase y vimos que Aida había sacado todo de la mochila a fuera.

—¿No lo habrás dejado en casa?— preguntó Olivia.

— Imposible.— negó con la cabeza.

— ¿Cómo va a dejar el móvil en casa si está viciada?— se rió Peter pero su hermano le calló porque la morena estaba muy enfadada.

El resto de nosotros cogimos las mochilas y salimos de clase por si nos robaban a nosotros también.

Aida le quitó el móvil a Ethan y llamó al suyo para buscarlo. Estaba el móvil vibrando y alguien por detrás me quitó la mochila.

— ¡Eh, devuelvemelo!— le grité a Aidan.

Él me empujó al suelo y de mi mochila sacó el móvil de su hermana. Eso era imposible, yo no había robado nada. ¿Cómo había llegado hasta ahí?

—¿Has sido tú, gilipollas?— se arremangó el polo el grandullón —¿Te atreves a robarle a mi hermana?

Negué con la cabeza y dirigí mi mirada hacia Aida para que me ayudase, pero ella seguía atónita furiosa mirandome.

— Te vas a enterar.

Aidan dirigió su primer puñetazo a mi cara rompiéndome el puente de las gafas.

— Eh eh.— Noah saltó hacia él intentando detenerle, pero Aidan lo empujó chocándole la cabeza contra el extintor.

Liam dejó su móvil y corrió a ponerse delante de mí para defenderme. Pero Ethan lo tiró al suelo y los dos empezaron a forcejearse para pegarse.

Aidan cogió del cuello de mi polo y me pegó otro puñetazo a la cara. Me cubrí con los brazos para que no pudiera seguir pegándome y cambió mi cara por mi cuerpo. Me pegó en las costillas y me tiró al suelo para pegarme patadas.

— ¡Viene un profesor!— gritó Olivia.

— ¡Aidan, ya es suficiente!— la morena cogió de los dos brazos de su hermano y lo intentó detener — Ya tengo mi móvil, ya está.

Aidan no le hizo caso. Sino la empujó con mucha fuerza y la hermana se quedó muy ofendida porque se había atrevido a empujarla.

Ethan detuvo al grandullón porque el profesor estaba cerca y ellos dos se escaparon corriendo. Mientras que Aida me ayudó a mí a levantarme, Olivia junto con Peter a Noah y Robin a Liam a llevarnos a enfermería.

Miraron que la enfermera se fue a almozar y entremos adentro. Olivia se fue a por mi mochila que se había quedado en medio del pasillo.

Peter sacó una bolsa de hielo para dárselo a Noah y se lo pusiera en la cabeza por el golpe que se había llevado contra el extintor.

Robin cogió bastoncillos de algodón para limpiar las heridas de Liam que le había hecho Ethan y ponerle tiritas.

Aida se ofreció a ayudarme, pero yo me negué. Yo mismo cogí cinta transparente y arreglé el puente de las gafas, aunque se quedaron un poco torcidas. Tenía varios moratones en la cara, uno en el pómulo y otro en el ojo. Me dolía el labio y vi que tenía un corte. En el cuerpo seguramente tenía más moratones.

Mis dos amigos terminaron de curarse y les pedí a todos que se fueran porque necesitaba estar sólo. En cambio, Aida se quedó todavía adentro.

— Vete. — me miré las heridas en el espejo.

— ¿Por qué?— fue lo único que ella pudo decir.

—¿Por qué el qué?

—¿Por qué me has robado?— finalmente aclaró su pregunta.

—¿Crees que yo te lo he robado?— la miré con mucho odio — Alguien lo hizo para culparme y por eso estoy así.— señalé mi cara.

— Sabía que era imposible que fueses tú, pero es que no se me ocurre quién puede haber sido.— miró al suelo avergonzada de lo que me había hecho su hermano.

— Da igual, haré como que no sucedió nada.— me di la vuelta.

Con un trozo de algodón me limpié la herida del labio y froté un hielo contra los moratones de mi cara.

— De verdad lo siento.— mostró arrepentimiento en su cara.

— ¿Dónde habías dejado tu móvil?— intenté ayudarla a encontrar al verdadero ladrón.

— En la taquilla que compartimos Olivia y yo , siempre lo dejó allí cuando me salgo de clase si no es en hora de patio para que no me lo roben.— explicó — Pero a lo mejor lo dejé en mi mochila y alguien aprovechó para culparte. No pienses que es mi hermano, él nunca entraría a mi clase.

Terminé de colocarme las gafas y salí de la enfermería. Afuera estaban los demás y Olivia me dio mi mochila.

— Gracias.

Ella me abrazó y dejo que lo haga. Aida baja la cabeza al verme y se aleja de nosotros.

—¿Por qué alguien quería culpar a Dylan? — se extraña Peter —Sabemos que tú nunca lo habrías hecho.

— Eres nuevo y ya tienes enemigos.— se sorprendió Robin.

Olivia me soltó y agradecí a mis amigos que me habían defendido.

Cuando vi que se me había ido un poco el color de los moratones decidí regresar a casa. Pero los tres se dieron cuenta de que alguien me había pegado, además de que mamá me vio en el baño cuando me estaba viendo los moratones del torso.

MI CORAZÓN DE CRISTALWhere stories live. Discover now