Capítulo 23: In the middle of the night

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Me levanté esta mañana como pude tras haber dormido sólo seis horas.

Estaba muy cansado, pero no podía faltar a ninguna clase.

Pensaba que el día pasaría muy rápido como el resto de la semana, pero desgraciadamente hoy nos castigaron una hora más en clase porque Ethan se había peleado con uno de la clase de al lado. ¿Por qué no lo expulsan ya?

Por fin sonó el timbre y empecemos a salir como si estuviéramos escapandonos de una prisión.

Le eché una ojeada a la clase y vi que al fondo Aida estaba tumbada en la mesa.

—¿Deprimida?— me acerqué.

— Sí. — asintió y se colgó la mochila al hombro.

—¿Por qué?¿Qué pasó?— la acompañé.

— Tengo una cita con Ethan y no quiero ir.— se quejó.

— Pues no vayas.

— Gracias por la gran idea.— ironizó — Aunque tampoco está tan mal.¿Me acompañas al parque? Ahí de seguro que no me encuentran.

— Está bien.

Salimos del instituto y me enseñó el camino hacia el parque. Aunque tampoco se me hizo difícil la ruta, porque era el mismo parque que estaba frente a la hamburguesería y donde se lavó el pelo.

—¿De qué te ríes?— se detenió Aida.

— Nada.— me mordí los labios para pararme de reír.

Encontré un banco donde sentarnos, quité las hojas de los árboles y nos sentamos.

— ¿Qué hacemos?— pregunté.

— Ya te dejo libre sobre el contrato, no quiero a Ethan.— tiró una piedra furiosa.

Recordé sobre lo que me dijo Dayanara, me imaginaba cómo le mandaría corazones a la chica online que le gustaba.

— Joder, te estás riendo todo el rato.— se quejó la morena.

— Lo siento.— volví a morderme los labios — A mí tampoco me ayudes, ya no me gusta Olivia.

— Vaya, qué novedad.— se sorprendió — Pues nada, adiós al contrato.

Nos quedemos en silencio. No habían niños jugando en el parque. Y si habían niños en la calle estaban todo el día con el móvil.

Aida estaba perdida en sus pensamientos y yo no me iba a quedar quieto.

D_Davis:
¿No me vas a decir el porqué lo hiciste? Deja de evitarme.

Sonó una notificación y Aida sacó el móvil, en su barra de notificaciones estaba el mensaje que le escribí a Olivia.

— Oye, ¿tú que haces con la cuenta del chat de Olivia?— la acusé.

— ¿Y tú qué sabes?— se enfadó.

— Si le acabo de escribir y lo has recibido tú.— me sobresalté.

— Pero si me ha escrito la chica esta que hablo con ella desde verano.— me enseñó los mensajes que yo le envié a Olivia.

—¿Qué chica?— quedé confundido — Si ese soy yo, Dylan Davis.

—Coño, ¿qué dices?— Aida se llevó las manos a la cabeza.

Los dos estábamos igual de confundidos.

— En serio, ¿qué haces con el chat de Olivia?— empecé a perder la paciencia.

— Que Olivia no tiene ninguna red social.— reveló finalmente Aida — Todo lo que tiene subido es desde mi móvil con las fotos que yo le tomaba. Ella no tenía ningún seguidor y borró todas sus cuentas, fui yo quien la ayudé desde mi móvil y me encargué de hablar con todos sus seguidores.

—¿Entonces estuve hablando todo el tiempo contigo?— mi cerebro se descompuso.

—¿Y yo estuve hablando contigo?— Aida se petrificó — Lo siento Dylan, pero no podemos... Da igual, me voy. Si sigo estando contigo sólo acabaré haciéndote daño y metiéndote en problemas con mi familia. De verdad que lo siento.

Se dio la vuelta y salió corriendo.

Yo me quedé parado ahí de pie. No estuve hablando con Olivia, por eso era muy diferente al  estar con ella en persona. Y tampoco tardé en creerme que de verdad era Aida con quien estuve hablando, todas las faltas que tenían sus mensajes lo demostraba.

Guardé el móvil y corrí tras ella, no voy a dejarla sola que lo pase mal.

MI CORAZÓN DE CRISTALWhere stories live. Discover now