Capítulo 4

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Había pasado una semana y media desde la fiesta de Fairy Tail pero todo el mundo seguía hablando de esa épica fiesta.
En el bosque, entre las sombras de los árboles. Natsu estaba entrenando para ganarle a Gray y pedirle algo a Juvia. Todavía no sabía que, pero le gustaba la idea pasar tiempo con Juvia. ¿Pero que pensaba? ¡Su novia era Lucy!
El caso es que estaba entrenando solo para conseguir ganarle de una vez a Gray y pedirle algo a Juvia.
-Parece que Natsu-san se ha tomado en serio la apuesta con Juvia-dijo una alegre maga de agua.
El pelirrosa se giró hacia ella y le mostró una de sus más grandes sonrisas. El corazón de la maga de agua comenzó a correr rápido, sin que su dueña lo pudiese parar. ¿Por qué esa sonrisa tenía ese efecto en ella? Nunca le había gustado Natsu. Pero desde hace una semana, cuando había discutido con Gray, y se lo había contado a su amigo pelirosado sintió una conexión especial con él. No le había dado importancia, ni ahora se la daba. Ella estaba enamorado del alquimista de hielo.
-Natsu-san no sabe que hacer desde que ayer Lucy-san discutiera con él porque últimamente entrenaba mucho-dijo el chico imitando la forma de hablar de la peliazul.
-Lo siento-dijo Juvia. Se sentía culpable de que sus amigos hubieran discutido por una apuesta que habían hecho ella y Dragneel.
-No pasa nada-dijo Natsu quitándole importancia cuando realmente la tenía para él.
-Juvia cree que ella y Natsu-san deberían dejar la apuesta.
Natsu negó la cabeza.
-Natsu-san, ¿Quiere entrenar con Juvia?-preguntó la maga de agua.
A Dragneel se le iluminaron los ojos y asintió enérgicamente como un niño pequeño.
Juvia y Natsu comenzaron a entrenar. Pero paraban bastante a menudo mientras se reían el uno del otro.

Estuvieron varias horas entrenando hasta que el estómago de Natsu gruñó reclamando comida.
-¡Juvia no sabía que Natsu-san entrenase de una forma tan graciosa!-gritó Juvia al final del entrenamiento.
-¡Oye!-gritó Natsu haciéndose el ofendido pero con una gran sonrisa en la cara.
-Es que Natsu-san no se ha visto a si mismo entrenando-dijo con una sonrisa muy dulce la peliazul.
Natsu sonrió sin querer al ver la sonrisa de la maga y fue corriendo hacia ella para darla un pequeño punñetazo en bromas. Pero le dio demasiado fuerte en la cabeza y Loxar cayó al suelo inconsciente.
El pelirrosa se asustó mucho cuando la vio caer como un saco de patatas hacia el suelo. Pero antes de que lo tocase la sostuvo con sus brazos.
-¡Juvia!-gritó el Dragon Slayer asustado.
La maga de agua no respondía. Dragneel se asustó más y empezó a sacudirla con la esperanza de que despertase, pero no lo hacía.
-¡Juvia no me asustes por favor! ¡Despierta!-la rogaba Natsu mientras la zarandeaba.
Un par de lágrimas salieron de los ojos del hijo de Igneel que vio que su amiga no se despertara as que decidió llevarla al gremio donde seguramente se encontrase Wendy quien la curaría.
Natsu cogió a Juvia como una princesa y salió corriendo del bosque como una bala. No quería que le pasase nada malo a su amiga por su culpa, si Juvia no se llegase a despertar no sabía que sería capaz de hacerse a si mismo.

Llegó al gremio y abrió la puerta de una Prada ocasionando un gran estruendo. Más de la mitad del gremio se encontraba allí incluida la pequeña Wendy. Natsu se dirigió hacia ella con la peliazul en brazos bajo las atentas miradas de todos los que se encontraban allí.
La pequeña Dragon Slayer se preocupó mucho al ver a su amiga inconsciente.
-¿Qué ha pasado Natsu-san?
-Le di un golpe sin querer-dijo Natsu conteniendo las lágrimas.
Wendy y Natsu con Juvia en brazos se dirigieron a la enfermería.
-¡¿Qué has hecho a mi novia pedazo de animal?!-gritó Gray totalmente fuera de sí.
-Lo siento Gray-susurró el pelirrosa.
-¡Conmigo no es con quien te tienes que disculpar! ¡Más te vale que no le hayas hecho nada grave porque si no te juro que te mataré!-le amenazó el pelinegro mientras era agarrado por Erza.
-Tranquilo Gray, Natsu sería incapaz de hacerle algo a Juvoa queriendo-dijo Lucy defendiendo a su novio.
-¡Natsu-san trae a Juvia-san!-le reclamó Wendy dentro de la enfermería.
Dragneel asintió y entró en la enfermería bajo las amenazas del alquimista de hielo.

Wendy la estuvo atendiendo mientras que Natsu vigilaba la puerta para que no pasase nadie, Marvel necesitaba intimidad.
-¿Es grave?-preguntó el chico con preocupación cuando la pequeña había dejado de usar su magia.
-No, solo es un golpe malo, sin querer la diste en una parte bastante sensible del cerebro.
Natsu empezó a llorar se sentía increíblemente culpable.
-Gray-san debe cuidar a Juvia-san mucho. Voy a decírselo.
La Dragon Slayer salió de la habitación para informar al gremio de la situación de la maga y comunicar a Gray sobre cómo debe cuidarla.
Natsu se quedó a solas con Juvia. Observó su rostro dormido y su suave piel. Le encantaban los ojos de la maga, tan azules, tan bonitos. Eran incomparables. Pero no los tenía abiertos por su culpa ¿Por qué era tan bestia? Lucy se lo había dicho muchas veces. ¡Lucy! ¡Su novia! ¡La persona a la que más quería! ¿Cómo se había podido olvidar de ella?
La maga de agua emitió un pequeño gruñido y el Dragon Slayer se acercó a ella rápidamente. Cogió su suave mano y comenzó a hacer círculo sobre ella. Sonrió al comprobar lo delicada y blanca que era la mano de Juvia en comparación con la suya.
De repente se abrió la puerta y el pelirrosa se apartó rápidamente. Eran Gray y Gajeel, no tenían buena cara.
-Aparta-dijo secamente el mago de hielo.
Natsu obedeció.
-Gracias por ayudarme a llevarla a mi casa-dijo Gajeel ignorando olímpicamente a Natsu.
-De nada. No tengo otra opción, me voy de misión durante dos semanas y no quiero dejarla sola.
-¿A dónde te vas? -preguntó Dargneel curioso.
-Es un trabajo de modelo para una revista, te dan el dinero por adelantado y ya he cobrado y no puedo ir.
-¿Vas tú solo?-volvió a preguntar Natsu.
Fullbuster negó con la cabeza-También se vienen Lucy y Mira.
¡¿Lucy?! ¡¿Por qué no le había dicho nada?! El mago de fuego salió de la habitación en busca de su novia, que le debía un par de explicaciones.

La felicidad está con quien menos esperas ||Navia||Where stories live. Discover now