Capítulo 28

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Llegaron a Sabertooth. El ambiente era bastante triste y llovía a cántaros, como si Juvia estuviera en esa ciudad y se estuviese lamentando de que Gray la hubiese dejado. Erza llamó a la puerta con gran fuerza asegurándose de que hasta un sordo pudiese oírla. Un rato después Rogue abrió la puertas. Todas se sorprendieron al ver el aspecto tan horrible del DS de las sombras. Tenía unas marcadas ojeras, sus ojos estaban apagados y su pelo completamente revuelto.

-¿Qué queréis?-preguntó desanimado.

-La lista de boda-dijo Levy saliendo de la sorpresa.

Esta vez el sorprendido fue Rogue. 

-¿Para qué?-preguntó curioso.

-Creemos que Natsu tiene una aventura y que ella estaba en la fiesta-contestó Erza.

Rogue miró a Lucy que estaba roja de vergüenza y escondía su rostro tras su flequillo. Rogue dejó mirar a la rubia y miró a Scarlett.

-¿Estáis seguras? Si Natsu se entera de vuestras sospechas podría ofenderse-dijo Rogue pasando su mirada por todas las visitantes.

Ya sería el colmo que no sólo Sting fuese un cabrón, sino la persona a la que el rubio admiraba desde pequeño también lo fuese.

El silencio se extendió en la conversación y Rogue lo interpretó como una respuesta afirmativa a su pregunta.

-Venid.

Natsu y Juvia se sentaron en un banco algo apartado. El parque estaba bastante concurrido, había varias madres vigilando a sus niños y cuidándoles mientras comentaban entre ellas los últimos cotilleos.

-¿Qué quiere de Juvia Natsu-san?-preguntó Juvia.

-¡No podemos rendirnos!-gritó Natsu rojo como un tomate. 

Las aves que estaban tranquilamente a su alrededor emprendieron el vuelo asustadas por el grito del pelirrosa. Juvia prefierió desviar la mirada hacia el suelo.

-¡Te amo! ¡Tú me amas! ¡¿Qué importa más que eso?!-volvió a gritar Natsu.

-Por favor Natsu-san baja la voz, la gente mira a Juvia y a Natsu-san de forma extraña-le rogó Juvia.

-¡Qué más da eso! ¡No me importa que la gente sepa que te amo!-gritó Natsu.

-¡¿No lo entiendes Natsu-san?! ¡Si la gente se entera de lo nuestro todo el sufrimiento de Juvia no habrá merecido la pena!-levantó la voz Juvia por primera vez.

-¿Y por qué quieres sufrir?-preguntó Natsu bajando el volumen de su voz.

-Porqué Juvia no quiere que sufran los demás-contestó más bajo.

-¿Y no te importa mi sufrimiento?-le preguntó el pelirrosa dolido.

Juvia miró directamente a los ojos chocolates de Natsu y sintió como su corazón se aceleraba y le invadía el sentimiento de culpa, justo lo que hasta aquel momento había estado intentando evitar.

-Juvia no quiere que nadie sufra, pero está segura de que el sufrimiento de Natsu es pasajero mientras que el de el resto del gremio sería permanente-dijo Juvia llorando.

De repente el cielo se tornó gris y el sol desapareció, comenzó a llover fuertemente. Todas las madres del parque huyeron con sus niños lo más rápido que pudieron dejando a los dos magos completamente solos.

Natsu se acercó lentamente a la maga de agua y la abrazó. Juvia sintió un escalofrío cuando notó los brazos de Natsu alrededor de su torso.

-Hagamos el amor Juvia, quiero demostrarte todo lo que te amo de una forma diferente y que nuestra relación es más importante que los demás-susurró Natsu.

-¿Eso no es algo malo Natsu?-preguntó Juvia.

-Malo es no ser sincero con uno mismo y con los demás Juvia-susurró Natsu.

-Juvia no cree que sea lo correcto, Juvia y Natsu harían sufrir todavía más a Lucy-san y Gray-sama-contestó Juvia.

-¿Entonces estás dispuesta a anunciar nuestra relación?-preguntó Natsu con cierta alegría.

-Juvia debe pensar el siguiente paso y la forma en que debe hacerse para que Gray-sama y Lucy-san sufran lo menos posible.

Natsu asintió alegre, en aquellos momentos se sentía el hombre más feliz del mundo o e incluso del universo. En un ataque de alegría y amor besó a Juvia y este beso fue correspondido por la maga de agua.



Tras revisar las listas ninguna llegó a una conclusión fiable sobre quien era la amante de Natsu. Ninguna pegaba con el pelirrosa.

-¿En serio creíais que así lo ibais a averiguar?-pregunto Rogue.

Ninguna le contestó, estaban desanimadas.

-Deberíamos volver al gremio-sugirió Levy. 

Las demás estuvieron totalmente de acuerdo con ella, estaban perdiendo el tiempo, ésto no las ayudaría en nada.















La felicidad está con quien menos esperas ||Navia||Where stories live. Discover now