Capítulo 30

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Natsu no despertó. Juvia comenzó a llorar temiéndose lo peor, justo ahora, cuando más lo necesitaba, Natsu la había abandonado.
-¡Deja a mi novio zorra!-gritó Lucy dándole una patada en la cabeza a Juvia.
Juvia no se apartó de Natsu. Se llevó una mano a la sien para comprobar la herida, estaba sangrando bastante.
-Natsu-sususrró la maga de agua abrazando al pelirrosa.
Lucy se cabreó aún más y esta vez la patada fue directa la espalda de la maga de agua. Juvia gritó de dolor cuando sintió el tacón de la rubia clavándose en su espalda.
-¡Para! ¡La haces daño!-gritó Lissana con lágrimas en los ojos.
La pequeña albina se sentía impotente al no poder defender a sus amigos, ellos habían hecho tanto por ella y Lissana no era capaz de moverse para ayudarles.
De repente las puertas del gremio se abrieron de par en par dejando ver a Sting, Rogue y Yukino. Sus semblantes eran serios y poco amistosos.
-¡Soltad a Lissana!-ordenó el rubio.
La albina aprovechó la confusión generada por la llegada de Sabertooth y se liberó de sus hermanos. Sting abrazó a Lissana y no la soltó.
-¡Dejad a Natsu y Juvia! ¡Les vais a matar!-exigió Rogue.
Lucy le dio otra patada a Juvia, pero esta vez en la mano derecha, aún así ella permaneció al lado de Natsu.
-¡Lucy! ¡Tú no eres así! ¡Recapacita por favor!-le pidió Yukino con lágrimas en los ojos.
Lucy la miró ¿Qué se suponía que estaba haciendo? Se había dejado llevar por el dolor. Miró a los dos amantes, parecían bastante débiles y heridos. Vio la cabeza de Juvia y la gran herida que había en una de esas sienes. ¿Había sido ella? ¿Desde cuándo pegaba antes de hablar? Pero es que aquella maldita maga de agua la había engañado, y muy bien además. Se sintió una idiota por haber confiado sus sospechas en ella, ¡Era la maldita amante de Natsu! ¡A la mujer que llevaba tanto tiempo buscando!
Rogue y Yukino aprovecharon el momento de confusión para llevarse de allí a Natsu y a Juvia.
Sting se quedó junto a Lissana, los dos se interpondrían ante cualquiera que quisiera seguir a sus amigos.
-¡Apartaros!-exigió Gray poniéndose en frente de la multitud.
-¡No!-dijo Sting cruzado de brazos.
-¡¿Es que no lo entiendes?!-grito el mago de hielo-¡Necesito matar a ese hijo de puta!
-Calmate Fullbuster-dijo el rubio relajado.
-¡¿Como puedes actuar así?!-preguntó Lucy llorando-¡Parece que no tengas sentimientos!
-Dejalos pasar Sting-ordenó Erza.
-¡No! ¡No voy a consentir que les hagáis más daño!-gritó Sting.
Gray estaba harto de aquella situación, quería ver a Juvia y pedirle respuestas, y cuando las tuviera mataría a Natsu.
El mago de hielo se acercó rápidamente a Sting y agarró el cuello de su chaleco levantándole del suelo.
-¡No eres rival para Fairy Tail así que ríndete!-exigió.
Gray y Sting se miraron a los ojos expresándose su profundo y mutuo odio.
-Lissana, sé que herir a Juvia está mal, pero necesito saber que ha sucedido, puedes estar conmigo y asegurarte de que no les hago daño, sólo necesito saber la verdad-dijo Lucy mirando a los ojos a Lissana.
La albina sintió pena por ella, parecía arrepentida por haber hecho daño a Juvia.
-Te acompañaré-accedió Lissana.
-¡Liss!-gritó Sting sorprendido.
-Si no puedo con ella Yukino y Rogue estarán para ayudarme-dijo Strauss.
El DS blanco suspiró pero aceptó y le dio un tierno beso a su novia antes de que se fuera.

Natsu, Juvia, Rogue y Yukino acababan de llegar a la casa del primero. Dejaron a Natsu tumbado en su cama y a Juvia en una silla al lado de Natsu vigilándole.
-Sus heridas no tienen buena pinta-comentó Yukino en voz baja para que no les oyeran.
-Se recuperarán, confía en mí-dijo Rogue con una sonrisa.
Yukino le sonrió y besó.

-Natsu-susurró Juvia.
Dos metros les separaban, era prácticamente imposible que Natsu fuera capaz de escucharla, pero lo hizo.
-Juvia-susurró llamándola.
Juvia se sorprendió al oír su nombre pronunciado por él y rápidamente se levantó de la silla y corrió a abrazarle.
-No creía que fueses a despertar-dijo la maga de agua entre los brazos del pelirrosa.
-Te oí, por eso me he despertado-susurró Natsu acariciando la sien herida de Juvia.
Al notar la herida se asustó y Juvia le tranquilizó diciendo que no era nada.
-Cómo quería la gente se ha enterado de que te amo, aunque no de la forma en la que me hubiera gustado-dijo Natsu con ironía.
Juvia sólo sonrió, se había dado cuenta de que lo único que importaba era Natsu, daba igual lo que tendría que afrontar por estar junto a él.
-Juva ama a Natsu-susurró la maga de agua.
-Natsu también ama a Juvia-respondió el DS de fuego sonriendo.
Sus bocas se acercaron hasta que la distancia entre ellas fue nula y comenzaron a besarse tiernamente disfrutando de lo que tenían, no les hacía falta nada más que ellos mismos para ser felices.

La felicidad está con quien menos esperas ||Navia||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora