Lo que esconde su silencio #1 [✓]

《Capítulo 21》

Sam

Intento mantener el rostro serio mientras dejo pasar a Riley por la puerta “misteriosa”. Es increíble que creyera que no notaría su presencia cuando la verdad es que sabía que vendría desde un inicio. Blair accidentalmente le comento a Connor que Riley quería venir a hablar conmigo y él me lo contó a mí. Así que la última hora no he hecho más que esperar su llegada, aunque fue divertido jugar con su mente por un rato.

Ella queda realmente extrañada al ver que detrás de la puerta se encontraba la terraza del edificio. Pero lo más raro para ella fue ver la manta en el suelo con una cena improvisada que me encargué de preparar. El miedo abandonó sus ojos y soltó un suspiro de alivio. No sé qué esperaba encontrar, pero imagino que nada bueno y lo entiendo. Es normal que ella tenga tantas dudas respecto mi y en verdad quisiera aclarar las cosas para ella y ser completamente honesto, pero tengo miedo. Sí, carajo. Yo, Sam Bramson, estoy asustado.

Riley se metió tan profundamente dentro mío que cuando pienso en ella siento que debo protegerla de todo y de todos. Hasta de mí. Porque sé que puedo ser quien más daño le cause, eso es lo que hago. Lastimó a la gente que me quiere. A veces sin notarlo, pero lo hago. Y lo que menos merece Riley es que le hagan daño.

Pero tampoco puedo controlar lo que siento. Así que por esta vez voy a olvidar todo lo que me separa de la chica curiosa y pensaré en lo que nos une.

Esta extraña atracción que nos impide alejarnos, es lo único que importa hoy.

—¿Esperas a alguien? —pregunta ella terminando de entender la situación.

Es gracioso como no puede creer que en verdad siento algo por ella. ¿A caso no ha notado lo tonto que me vuelvo a su lado? Jamás hubiera actuado como lo hice frente a Liam si no fuera por ella.

—Sí, estaba esperando a alguien, pero ya llegaste —respondo tomándole la mano para guiarla hacia el centro de lugar—. No pienses en el porqué, solo disfruta esta noche conmigo. Y puede que te cuente algunas cosas sobre mí de las que no estoy muy orgulloso.

Ella asiente poco convencida y se sienta sobre la manta, imito su acción. Le pido que cenemos en paz antes de comenzar a hablar, a lo que accede. Necesito esconderme en el silencio por un rato más antes de contarle lo que quiero. No fue fácil tomar la decisión de hablar o no, pero estoy dispuesto a hacerlo. No le contaré todo, aún no es momento para eso, pero sí le hablaré de lo clave de mi situación y de la persona que me tiene como un títere.

No tardamos tanto en terminar nuestra cena. Creo que los nervios nos quitaron el apetito, así que comienzo a hablar de una vez por todas.

—Para empezar, quiero aclarar que lo que dije acerca de mis sentimientos es real. Lo que no significa que esté esperando que me correspondas o algo así, solo necesitaba decírtelo y dejárselo en claro al imbécil de tu amigo.

—¿Cómo es qué pasó? —cuestiona mirando el suelo.

—Curiosita, los sentimientos no se explican, se sienten. No puedo contarte cómo funciona porque es algo que solo paso, créeme, estoy tan sorprendido como tú.