Lo que esconde su silencio #1 [✓]

《Capítulo 3》

Riley

Hoy es sábado, se supone que debería estar de fiesta con mis amigos, pero los convencí de dejarme sola. Les hice creer que saldría a cenar con mamá, pero en realidad ella salió con sus amigas y no volverá a casa hasta la medianoche o tal vez antes.

Creí que necesitaba estar sola, leer algo y perderme entre las letras. Es algo que amo, simplemente leer y adentrarme en el mundo de alguien más. Pero cuando volteo y observó a mi alrededor, descubro que sigo aquí, en una casa triste y solitaria. En una casa en donde solo se oyen risas fingidas y llantos al anochecer. Por ello me di cuenta de que no importa que tanto quiera escapar de mi realidad, no podre hacerlo mientras no acepte que no cambiara. Debo entender que cada mañana al despertar tendré un vacío en el pecho, que en el desayuno, el almuerzo y la cena, solo seremos mamá y yo, que mi padre no está más conmigo y jamás volverá.

—Tengo que salir de este lugar —murmure levantándome de la cama. Me acerqué a mi armario y comencé a buscar un abrigo. Entre mis cosas vi una sudadera gigante en color azul. Fue extraño hallarla, se me hace familiar, pero no recuerdo porqué. Sin darle mucha importancia decido tomarla y ponérmela.

Arregle un poco mi cabello descontrolado y decidí cerrar la ventana antes de irme, pero apenas me acerque logre ver a una persona detrás de esta. Debido a las oscuridad no logro identificar de quien se trata.

¿Ahora que hago? ¿Y si es un ladrón o un asesino que viene por mis órganos para luego venderlos en el mercado negro? Necesito mis órganos.

—¡Oye! —grito esa persona—. ¡Riley Stone! —me llamo. Me acerque un poco a la ventana y tome mi celular. Prendí la linterna y le alumbré el rostro, así pude darme cuenta de que se trataba de Liam, uno de mis amigos.

Pensándolo bien, que sea mi amigo no garantiza que no sea un asesino, ¿o sí? En California es normal que tus amigos te asesinen, o eso se comenta por ahí.

—¡Liam eres un idiota! —le grite— ¡Me asustaste!

—¡Ven! —pidió. Di un largo suspiro y salí de mi habitación para caminar hacia la entrada. Cuando abro la puerta él me abraza—. Hola, galletita —saluda ganándose un golpe. Odio los apodos, en especial ese.

—Hola, monstruo. ¿Qué hacías asechándome por mi ventana?

—Ya sabes, estoy enamorado de ti y quería verte —respondió con simpleza—. Bueno no es del todo cierto. Spencer me envió por ti, pero lo demás es verdad

Liam dice estar enamorado de mi desde hace años, jamás le he creído por mucho que insiste en ser sincero. Tal vez la razón sea porqué no quiero creerlo. Hablo de que somos amigos, si uno empieza a tener sentimientos por el otro, todo se volvera extraño.

—¿Por qué Spencer te dijo qué vinieras? —pregunte ignorando lo demás.

—Hazte la difícil, se que amas que te ame —contesto sonriendo—. Ella quiere que te lleve a la fiesta. Y dijo que no te diga nada, pero bueno ahora tendré que secuestrarte.