《Capítulo 30》

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Riley

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Riley

¿Cómo puedo seguir respirando cuando ya he perdido las ganas y la fuerza necesaria?

No lo sé, pero comprobé que si se puede vivir aunque estés muerto por dentro.

En toda mi vida nunca nadie me había lastimado tanto, pero ahora me siento jodidamente destrozada. No me queda más que un profundo dolor que me está quemando el alma. Jamás volveré a ser la que solía ser.

No sé qué sentir, no sé qué pensar. Solo puedo llorar y llorar sobre mi almohada.

Mamá y mis amigos han querido hablar conmigo y convencerme de salir fuera de mi habitación, pero los he estado ignorando. No tengo deseos de verlos ni de contarles lo que pasó. Solo quiero estar sola y sufrir en paz.

Merezco cargar con este dolor sola porque fui yo quien ignoro las advertencias de todos y continuó persiguiendo su cuento de hadas, sin querer entender, que en la vida real la magia no existe. En la vida real el amor no alcanza y no te protege del dolor.
En este mundo cruel y despiadado existen demonios disfrazados de personas inocentes. Existen quienes te juran amor eterno mientras te apuñalan por detrás. Existe el dolor y la decepción.

Pero no, no existe historia que continuar. Las páginas fueron arrancadas y la tinta fue derramada.

Maldigo el día en el que lo conocí. Quisiera arrancarme de la mente cada recuerdo juntos y a él borrarlo de mi corazón. Pero no recuerdo quién solía ser antes de él. Y por más que quisiera gritar que lo odio, no puedo, porque no es cierto. Aún no lo es. Pero voy a dar todo de mí para dejar de amarlo. Voy a luchar contra mí misma para poder desaparecer todo sentimiento por…

No puedo ni pensar en su nombre. Duele demasiado.

Le entregué mi corazón, dañado y lleno de cicatrices, pero con tanto amor solo para él. Y lo único que obtuve a cambio fue más sufrimiento y decepción.

Y mi padre… No puedo describir lo que siento por él ahora. No entiendo cómo no pudo ser sincero conmigo y hablar de sus problemas. De saberlo habría buscado la forma de ayudarlo. Hasta podría haber evitado qué muriera.

Que lo mataran.

Imaginó que su muerte fue despiadada y jodidamente dolorosa. Él no debió verlo venir en ningún momento. Stefan lo envolvió como quiso y mi padre jamás ha querido ver la maldad en las personas. Siempre quería verle el lado bueno a todo, encontrar la luz en la oscuridad. Pero no puedo juzgarlo. Soy igual. Cometí el error de confiar en la persona equivocada como él lo hizo.

Lo peor es que las respuestas estuvieron en mi cara todo este tiempo. He tenido la prueba más grande aquí mismo en mi hogar. La sudadera… la maldita sudadera gigante de color azul que creí pertenecía a Austin es en realidad de Bramson. Lo supe cuando llegue en la noche intentando no deshacerme en pedazos y mamá me comentó sin notar mi estado, que recordó encontrar esa sudadera en las cosas de papá cuando la policía se las entregó. No recuerda porque, pero la dejo en mi habitación y la he utilizado desde entonces sin saber que es lo que él usó antes de asesinar a mi padre.

Lo que esconde su silencio #1 [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora