Capítulo 8

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La inauguración había sido un éxito, se habían sorprendido de la gente que había asistido, y que esta no mirara a Remus mal, a pesar de ir sin el hechizo que cubría sus cicatrices. Pensaba que quizás la gente del mundo mágico americano era más permisiva que la londinense. Las buenas noticias no se habían quedado ahí y habían llegado de la mano. Regulus había sido aceptado en Ilvermorny, dándole la opción, por su situación, de hacer esa formación a distancia, cosa que había aceptado sin pensarlo. Mientras que Sirius y James habían pasado el examen casi con matrícula de honor.

Ahora, después de casi medio año, había establecido un ritmo de vida que era cómodo para todos. Los primeros en irse por la mañana eran los aurores, siempre que tuvieran turno de mañana, luego Remus y Severus paseaban con tranquilidad hasta la tienda y ahí se pasaban casi todo el día. Mientras tanto, Regulus se quedaba en casa, o en el sótano de la tienda junto a Severus, estudiando y preparándose para los exámenes que le darían el graduado. Para finalmente por la noche reunirse todos en casa de James y Reg para cenar y pasar tiempo juntos.

La convivencia entre Severus y la pareja había sido sorprendentemente muy buena, Sirius y Severus no se peleaban tanto como para hacer la convivencia incómoda, y cuando eso pasaba, Remus siempre era capaz de conducir la conversación a un sitio seguro de nuevo.

En ese momento los dos Slytherin y el lobo estaban cocinando la cena de año nuevo, mientras que James y Sirius decoraban la casa y preparaban la mesa. Regulus se coló por debajo del brazo de Remus para poder llegar a la olla que estaba cocinando la carne y evitar que se pegara. Mientras que el salón era una carrera entre James y Sirius, la cocina era un campo de batalla, en la que los magos estaban saliendo muy mal parados.

- ¡Severus, corre, el pastel!- Gritó Remus mientras seguía batiendo lo que fuera que tenía en su cuenco. El mago lo sacó con rapidez y lo dejó enfriarse antes de meter otra bandeja en el horno.

Cuando toda la comida estuvo preparada, los tres suspiraron dejándose caer en las sillas de la cocina. Los tres se miraron orgullosos antes de empezar a reírse, eso había sido magnífico. Los tres salieron y quedaron impresionados con el trabajo de los dos gryffindors. Estos estaban en el sofá peleándose, que al notar la presencia de los otros se levantaron y carraspearon.

- Nos vamos a duchar y cambiarnos de ropa.- Dijo Remus respirando hondo para no hechizar a su pareja.- Acabad de preparar la mesa y empezad a servir la comida anda.- Dijo comenzando a subir, escuchando el asentimiento de los otros dos.

- ¿La comida está segura en sus manos?- Preguntó Severus mirándolos con recelos, les había costado mucho prepararla como para que a uno de esos dos torpes se le cayera al suelo.

- Espero que sí, porque si no probare el hechizo cruciatus con Sirius.- Dijo Remus antes de entrar a la habitación de invitados de la casa de James. Severus suspiró mordiéndose el labio mientras negaba y entraba también.

El Black menor entró a la suya yendo directamente al baño de este y dándose una ducha para relajarse. Aprovechando ese momento para pensar en su madre, esas serían las primeras fiestas que pasaría lejos de su familia. Aunque esas no eran algo digno de recordar, ya que normalmente su madre y padre se iban a dormir justo después de la cena, quedándose él y karcher a esperar que fuera año nuevo. Regulus salió y se vistió antes de bajar al salón, dónde los tres gryffindors estaban sentados y hablando. Notó la tensión en los hombros del lobo cuando Severus bajó poco después de él, pero prefirió no preguntar y darse tiempo para observar eso.

Sentado en el regazo de James, se dio cuenta de que eso era lo que le había faltado durante toda su vida. Una vida llena de tradiciones, reglas y nada de amor, había sido simplemente la sombra de lo que era ahora. Por primera vez sentía su corazón latir, se sentía bien.

Whispers and Dreams (Jegulus)Where stories live. Discover now