Whispers and Dreams (Jegulus)

Capítulo final

Cuando Regulus abrió los ojos, lo primero que vio fue un techo que no conocía, pero el llanto de un niño lo relajó por un segundo. Pero rápidamente esa paz se esfumó, ya que el llanto no era el de su Harry. Se sentó de golpe y se sorprendió al ver una habitación de aspecto elegante, le recordaba a la que tenía en casa de los Black. Su mirada se detuvo en una mujer castaña con mechones rubios que lo miraba fijamente, junto a ella había un moisés con un niño rubio, que debía rondar la edad de su hijo. Pero su mirada volvió a la mujer, no necesitó mucho tiempo para recordar de que la conocía.

- ¿Qué haces aquí Narcisa?- Preguntó intentando mantener la calma, está sonrió antes de agacharse y dejar al niño en el suelo, consiguiendo que dejara de llorar mientras se acercaba a la cama dónde él estaba.

Regulus se estiró y ayudó al niño a subir. Este se acercó gateando y se sentó en el regazo de este, acomodándose como si se conocieran de toda la vida. Reg acarició la mejilla de este acordándose de su Harry y como se había quedado solo y llorando. El niño se acomodó más y se relajó, quedándose casi dormido ahí.

- Saben reconocer a otras madres.- Dijo está notando la sorpresa en los ojos de su primo.- Estás en mi casa, es donde reside el lord.- Dijo ella con un tono tranquilo.- Lucius quiere un puesto en lo más alto de la pirámide.- Comentó suspirando con pesadez mientras negaba con suavidad.

- ¿Cómo lo has sabido?- Preguntó este curioso, sin obviar la primera parte de la conversación.

- Todo tu cuerpo grita padre feliz.- Dijo Narcisa mirándolo con una sonrisa tierna, casi reconfortante. Regulus se sonrojó levemente.- ¿Cuánto tiene?- Preguntó con curiosidad, Regulus bajó su mirada al niño que jugaba con su camiseta.- Se llama Draco, es mío y tiene 16 meses.- Dijo Narcisa viendo como los ojos de su primo se llenaban de lágrimas.

- El mío Harry, tiene 15 meses.- Contestó pasando el dorso de su mano por los ojos, para evitar que las lágrimas saliera.- La última vez estaba llorando en la cuna, creo que no le hizo nada.- Murmuró angustiado, Narcisa hizo una mueca queriendo consolarlo, pero sin tener esa información.- ¿Qué va a hacer conmigo?- Preguntó notando como el niño se movía y bajaba de la cama. Su mirada no se movió de este, y como andaba torpemente hasta una zona donde había lo que parecía algunos muñecos.

- No lo tengo claro, supongo que interrogarte hasta que digas dónde lo escondiste, si no respondes a las buenas, te torturarán.- Comentó triste sintiendo como su primo volvió a mirarla. Regulus dejó salir una risa suave, tumbándose en la cama de nuevo, con la mirada perdida en una de las esquinas.

Narcisa se levantó y cargó a Draco antes de salir de la habitación al notar la presencia del lord acercarse. Ella lo había protegido el día que había estado inconsciente, ya no podía hacer más por él. Esperaba que fuera inteligente y dijera todo lo que el lord quería saber, si podría volver con su familia.

La puerta de Regulus no tardó en abrirse, cuando miró en esa dirección se encontró a Voldemort y Lucius mirando con superioridad, Regulus suspiró acurrucados más en la cama. Lo más probable que si respondía mal la primera pregunta que hicieran ya comienza a cruciarle. Así que mientras con eso pudiera mantener a Harry a salvo, aceptaría todos los Crucio.

- Severus ha venido a buscarte.- Dijo Voldemort consiguiendo que Regulus se levantara mirándolos asustados. No podía creerse que Severus también hubiera descubierto su coartada por él.- Obviamente no le he dicho que estabas aquí y después de un par de hechizos cortantes y un crucio se ha ido.- Dijo este acercándose a él y agarrando la barbilla de este con agresividad.- ¿Dónde está mi horrocrux?- Regulus sonrió mostrando todo sus dientes, ahora sabía que el lord verdaderamente no sabía sobre la destrucción.

- ¿De verdad quieres saberlo?- Preguntó notando el ansia en los ojos rojos del señor oscuro.- Lo queme, lo destruí, mate una parte de ti.- Regulus tuvo que cerrar los ojos cuando un puñetazo cayó en su mejilla.