Capítulo 26

247 29 38
                                    

En la noche, Betty estaba frente al espejo de su habitación y estaba también muy nerviosa; No entendía por qué, pero la ponía nerviosa el hecho de saber que se encontrará con Jughead.

Le había hecho mucho daño, pero verlo le hizo saber que no mucho había cambiado en sus sentimientos por él.

—No sé por qué acepté— Murmuró Betty para sí misma, peinándose frente al espejo. Tenía un vestido negro y que apenas llegaba a sus rodillas, con unos tacones de ese mismo color.

Se puso algo de maquillaje, solo un poco. Se dejó el cabello suelto y ondulado y se puso un labial rosa suave que casi no se distinguía del color natural de sus labios.

Tomó aire, mirándose al espejo una última vez y tomó un pequeño bolso para entonces salir de su habitación. Vivía sola en una casa enorme. Después de graduarse, se fue de la casa de sus padres y se mudó a una casa que no era tan grande como una mansión, pero tenía piscina, dos pisos, jardines enormes y la casa era lujosa y espaciosa por dentro, sin mencionar el jacuzzi del balcón de su habitación.

Salió de su casa y entonces empezó a caminar hasta el punto de encuentro, que era el restaurante más cercano a uno de los edificios de la empresa. Cuando la rubia llegó, el pelinegro también apenas iba llegando y llegó en esa enorme moto.

El ojiazul bajó de la moto, la dejó en el estacionamiento y se acercó a Betty con una sonrisa.

Betty no dijo nada y dejó que su mirada se desviara a esa camisa rojo vino, pantalones finos y negros y unos zapatos que le quedaban increíble.

—Hola Betty. Mis ojos están aquí arriba— Avisó Jughead, divertido.

Betty lo miró a los ojos, sonrojada y tragó saliva. —Ho... Hola Jughead. Aún no puedo creer que todavía te guste andar en esa cosa— Señaló la moto.

Jughead soltó una risa. —Esa moto es lo mejor. Deberías conseguir una, apuesto a que te verías muy bien encima de ella... Y encima de mi— Le guiñó un ojo.

—¡Jughead!— Lo regañó Betty, con los colores subiendo a sus mejillas. —Eres un imbécil. Me voy de aquí—

—Espera— La detuvo Jughead, tomándola de la mano. —Dije que te iba a dejar en paz si accedías a salir conmigo. No puedes simplemente irte—

Betty se soltó de su agarre, fulminándolo con la mirada. —Claro que me iré. Mira cómo lo hago— Presumió, dándole la espalda y empezando a alejarse.

Jughead la miró con una ceja alzada. —Betty... ¿Pero de verdad te vas?—

—¿¡Qué crees que estoy haciendo!?— Preguntó mientras seguía alejándose.

—¿¡Entonces pasaste horas poniéndote bonita para mí en vano!?— Preguntó el pelinegro, viéndola desaparecer por las calles. —Diablos... Enserio se va—

Betty no estaba bromeando; Ella no quería saber nada de Jughead aunque aún despertara sentimientos en ella. Por eso, llegó a su casa y entró como si nada hubiese pasado, sólo así.

Lo que ella no sabía es que Jughead no iba a quedarse de brazos cruzados.

Cuando ella se quitó los tacones y se acostó sobre el sofá a usar su celular en la sala, algo la interrumpió y la hizo asustarse a tal punto en el que casi cae del sofá.

Alguien empezó a tocar un claxon de manera molesta e insistente y Betty, furiosa, se puso de pie y fue a mirar por la ventana de su habitación, subiendo al segundo nivel de la casa.

Cuando miró por la ventana no lo podía creer; Era Jughead en su moto frente a su casa tocando aquel claxon de la moto como un loco.

—¡Ya basta! ¡Estás loco!— Le gritó Betty al pelinegro, mirándolo mal desde su ventana.

—¡Dijiste que ibas a salir conmigo! ¡No te dejaré en paz hasta que aceptes!— Le respondió él en el mismo tono.

Jughead iba a despertar a todos los vecinos de esa calle si seguía así. Así que Betty volvió a ponerse sus tacones y salió al encuentro del ojiazul, furiosa.

—Eres un idiota— Le dijo ella.

—Gracias cariño, eso fue muy dulce— Respondió Jughead con sarcasmo, aún sobre su moto. —Sube, muñeca. Nos vamos—

—Prefiero caminar— Se negó, cruzando los brazos.

—Vamos preciosa. Ya aceptaste y ahora harás lo que te diga. Sube— Exigió.

Betty rodó los ojos y se recogió un poco el vestido para subir a la moto. El restaurante estaba muy cerca, pero Betty sabía perfectamente que Jughead sólo quería molestarla.

Y lo estaba logrando.

Al llegar, Betty bajó de la moto y también él y así entraron, sin hablar mucho. Jughead pidió la mesa que había reservado y ayudó a Betty a sentarse justo frente a él en una mesa sólo para dos.

—¿Y qué quieres del menú?— Le preguntó Jughead a la rubia, mirándola, pero ella no decía nada. —Betts... De verdad necesito que me perdones. Te juro que no he vuelto a estar tranquilo desde lo que pasó entre nosotros. Toma esto como mi manera de pedir disculpas—

Betty lo miró en silencio como si lo pensara y luego asintió lentamente. —Está bien, pero no prometo nada—

Jughead sonrió y después de eso pidieron lo que iban a cenar para entonces establecer una conversación que podría ser algo incómoda.

Jughead tomó aire y bebió de su copa de vino, mirándola. —Betts... Te lastimé mucho, pero quiero que sepas una cosa—

—Jug... Ya pasó— Le recordó Betty.

—Lo sé, pero es necesario que me disculpe y te explique— Contestó el ojiazul, mirándola fijamente. —La noche de la graduación no quise decir nada de eso. Lo dije sin pensarlo porque estaba enojado. No contigo, pero lo estaba—

—¿Por qué estabas enojado?— Preguntó Betty, atenta.

Jughead suspiró, bajando la mirada. —Mis padres. Mis padres nunca estuvieron conmigo ni en los mejores ni en los peores momentos. Incluso faltaron a la mayoría de mis cumpleaños. Pero esa noche faltaron a mi graduación por lo mismo de siempre, sus estúpidos compromisos con el trabajo que siempre fueron más importantes que yo. Entonces yo estaba furioso y decepcionado. No es que eso salió del corazón. No quise haber dicho nada de eso—

Betty negó, con los ojos levemente cristalizados por lo triste que había sido lo que le platicó Jughead.

Ella tomó sus manos por encima de la mesa y lo miró. —No tenía idea de que ese asunto era tan serio. Lo lamento tanto Jug...

Jughead le regaló una pequeña sonrisa. —¿Qué más da? Eso no va a reparar el daño que te hice—

—Pero... ¿Entonces por qué te quisiste acercar a mi desde un principio?— Preguntó la ojiverde, curiosa.














Se viene algo

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Se viene algo... 👀😱👍🔥😻😢💔



Samy ❤️

Corazón de Hielo "Bughead" Where stories live. Discover now