Los dos meses que vinieron después fueron muy ocupados; Betty estuvo ocupada junto a Cheryl y Toni ayudando a Verónica con los preparativos de la boda. Se aseguraron de que todo fuera a salir a la perfección, porque la morocha se lo merecía.
Betty y Jughead tuvieron una relación más llevadera. Eran socios y se veían con frecuencia en las empresas y de vez en cuando salían juntos, como amigos normales. Ni siquiera volvieron a tener sexo.
Pero los sentimientos seguían ahí y eran cada vez más fuertes.
Había llegado el gran día, el día por el cuál se trabajó duro estos dos meses; Archie y Verónica se iban a casar. El pelirrojo estaba esperando a su amada en el altar, la boda se estaba realizando en la playa.
Fangs, Sweet pea y Jughead estaban al lado de Archie y el pelirrojo era un manojo de nervios.
—Estas sudando, cálmate— Le pidió Sweet pea, divertido, poniendo una mano sobre el hombro de su amigo.
—No es gracioso— Se quejó Archie, soltando un suspiro. —Ojalá no se arrepienta de casarse conmigo—
—Amigo— Le habló ahora Jughead, mirándolo. —Estos temas no son lo mío, pero tú solo concéntrate en disfrutar este día. No sabes lo feliz que me hace que me hayas incluído hoy aunque no he sido la mejor persona—
Archie le sonrió. —Eres mi mejor amigo y confío en que puedes y quieres cambiar—
Jughead sonrió y en ese momento llegó Verónica con su precioso vestido de novia y sus damas de honor con ella. Archie casi lloró cuando la vió llegar a él.
Entonces Jughead la miró a ella; Betty tenía un vestido violeta claro a juego con Cheryl y Toni y el sintió una presión en el estómago cuando la vió con esos preciosos rizos rubios, esos ojos verdes vivos y esa radiante sonrisa, feliz por el casamiento de su mejor amiga.
—Archibald Andrews... ¿Aceptas a Verónica Lodge como tú legítima esposa y prometes amarla, cuidarla y respetarla todos los días de sus vidas?— Preguntó el oficiante de bodas.
—Acepto— Respondió el pelirrojo, mirando a su amada.
—Verónica Lodge... ¿Aceptas a Archibald Andrews como tú legítimo esposo y prometes amarlo, cuidarlo y respetarlo todos los días de sus vidas?— Le preguntó entonces a la morocha.
—Acepto— Contestó Verónica entre lágrimas.
—Entonces... Por la autoridad que se me concede los declaro marido y mujer. Puede besar a la novia—
Verónica lanzó el ramo de flores que tenía en mano y lo atrapó Cheryl. Entonces ella besó al pelirrojo y ya estaban oficialmente casados.
Ese fué sólo el inicio de la celebración. Betty tuvo la responsabilidad de decir algunas palabras en honor a su mejor amiga recién casada y después de eso solo hubo baile, música y alcohol.
Cuando los recién casados estaban bailando, Betty estaba sola y vió a Jake con un vaso de alcohol, solo. Entonces se le acercó.
—Hola— Lo saludó Betty, acercándose con una sonrisa.
Jake la miró y sonrió. —Hola, estás bellisima—
—Gracias— Contestó Betty, hasta que vió a Jughead.
Jughead también estaba sólo, porque Sweet pea estaba con Josie y Fangs estaba con Kevin, sin mencionar que Toni estaba con Cheryl.
Betty ignoró sus impulsos de ir con él y miró a Jake. —¿Y que haces?—
—En unos minutos me voy. Tengo un compromiso con mi mamá, pero no me quería perder la boda y no podía decepcionar a Archie. Así que vine un rato— Respondió el chico.
—Oh...— Dijo Betty, mirándolo con una sonrisa. —Eso es muy dulce de tu parte. Te iba a invitar a bailar, pero será para la próxima—
Jake le guiñó un ojo e hizo un silencio, mirándola. —Deberias ir con Jughead—
—¿Que?— Preguntó Betty, con una ceja alzada. —¿Por qué?—
—Porque se que entre tu y el hay algo. Betty... Se que quieres olvidarlo y seguir adelante, pero Jughead también está enamorado de ti aunque no lo creas. Por eso dijo esa mentira de que tenías novio, para mantenerme alejado— Aseguró el.
Betty suspiró, mirándolo. —Es que Jughead y yo simplemente no somos compatibles. Tuvimos una historia difícil—
—Betty... Tu me gustas... Pero tú corazón pertenece a alguien más y está bien. Escucha tu corazón. Un corazón enamorado puede hacer milagros— Aseguró Jake, guiñándole un ojo y besando su mejilla. —Hasta luego—
—Hasta luego Jake— Respondió Betty, sonriéndole mientras se alejaba.
Las palabras de Jake hicieron eco en la cabeza de Betty hasta que vió a Jughead acercarse a ella.
—Hola— Saludó el, acercándose con ese encantador traje azul con corbata negra.
—Hola— Le sonrió Betty, mirándolo. —Te ves bien—
—También tu— Admitió el chico, mirándola de arriba a abajo. —Quiero hablar contigo—
—Yo también quería hablar contigo— Contestó Betty, algo nerviosa.
Jughead soltó una risa. —Tu primero entonces—
—Hablemos más tarde. Ahora bailemos— Pidió Betty, tomando la mano del ojiazul.
Jughead asintió, rodeando la cintura de Betty con sus manos y guiándola a la pista de baile. —Es una orden—
Betty puso sus manos sobre los hombros de Jughead y juntos empezaron a bailar al ritmo de la música romántica de boda que sonaba.
Se miraron a los ojos mientras aún bailaban y sonrieron.
—¿Qué te parece si salimos después de que pase la boda?— Preguntó Jughead. —Los enamorados se irán esta misma noche a su luna de miel—
—¿A dónde vamos a ir?— Preguntó Betty, con una ceja alzada.
—Tengo una casa en las afueras de la ciudad. Tiene piscina, jacuzzi y todo eso. Podemos pasar allá el rato, no sé. Si quieres...— Propuso Jughead mientras bailaban juntos aún.
—Porque quiero cambiar— Contestó Jughead, mirándola fijamente a los ojos. —Lo que te dije la primera vez que lo hicimos no era mentira. Yo te amo, Betty. Te amo y estoy dispuesto a lo que sea por ti. Sólo dame una oportunidad—
Betty le sonrió. —En todo este tiempo desde que hicimos las paces has sido bueno, Jug— Admitió. —Tal vez pueda considerar darte una oportunidad—
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