El cumpleaños de Allison había sido la excusa perfecta para tomarse un descanso y celebrar, pero ya era hora de volver al trabajo y a los estudios, en el caso de los chicos.
Pero antes, había algo mucho más importante que hacer. Betty tenía cita con su obstetra y obviamente Jughead no se iba a quedar. Y aunque este ya era el cuarto hijo, estar a punto de saber el género del nuevo bebé no dejaba de ser algo emocionante.
Después de dejar a Ethan en la escuela fueron directo al hospital, a la cita con la obstetra. Los chequeos de control, las preguntas y finalmente el momento que tanto estaban esperando. La ecografía para saber el sexo del bebé.
—Felicidades, es un bebé perfecto, está sano— Aseguró la doctora, pasando el aparato por el vientre abultado de la rubia.
—¿Ya podemos saber el sexo?— Preguntó ansiosa Betty mientras su esposo tomaba su mano.
—Por supuesto— Afirmó la doctora, con una sonrisa, dándole un último vistazo a la pantalla con la imagen del bebé. —Es niña, felicidades—
—Ay por Dios... Una niña— Celebró Betty, emocionada, mirando a su esposo. —Juggie... ¿Qué ocurre?—
Jughead literalmente estaba llorando. Se cubrió la cara con ambas manos y se puso de espaldas, limpiandose las lágrimas de infinita felicidad para volver a mirar a su esposa y a la doctora.
—Lo siento, no acostumbro a ponerme sentimental. Es que... Es que... No se. Simplemente me emocioné— Admitió el ojiazul, volviendo a tomar la mano de su mujer y besándola. —Te amo muchísimo amor—
Betty sonrió, mirándolo. —También te amo Juggie—
—Descuide señor Jones, no es el primer hombre que se emociona por ver a su bebé— Aseguró la doctora, con una sonrisa. —Unos chequeos y un par de preguntas más y será libre—
Así como dijo la doctora, sólo fue un rato más para más chequeos y preguntas para que todo saliera bien en el transcurso del embarazo hasta el fin del mismo.
Cuando entraron al auto ya para irse, Jughead aún era lágrimas mientras agarraba el volante y Betty lo miró con ternura, aunque ella sabía que él estaba así por otra razón.
—Jug...— Lo llamó la ojiverde, tomando su rostro entre sus manos, haciendo que él la mirara. —¿Que ocurre, amor?—
Jughead suspiró y miró a su mujer mientras ésta limpiaba sus lágrimas. —Es que soñé otra vez con ese pequeño niño... Aquel que dice ser el bebé que perdimos hace unos años. Me lo dijo, Betts. Me dijo que tendríamos niña—
Betty sonrió, con los ojos cristalizados, abrazándolo. —Se que no te lo dije, pero a veces sueño con ese pequeño, tal y como me lo describiste—
—Sería el hermano mayor de Nick, Allison, Ethan y la bebé— Se lamentó el ojiazul, separándose del abrazo, aún llorando.
Betty besó sus labios y lo miró con una sonrisa, acariciando su mejilla. —Juggie... Todo esto pasó por algo. Tenemos una hermosa familia, agradezcamos eso y enfoquémonos solo en eso—
Jughead sonrió y besó numerosas veces su rostro. —Te amo demasiado Betty—
—Yo más— Contestó la rubia, besando sus labios una última vez para volver a su lugar en el asiento del copiloto. —Vamos a trabajar—
—Quisiera que no trabajaras hoy— Admitió Jughead, encendiendo el auto para salir del parqueo del hospital.
Betty lo miró, divertida. —¿Por qué?—
—Porque estás embarazada y así te cansas mucho— Se justificó, saliendo del parqueo del hospital y conduciendo a la empresa.
Betty soltó una sonora carcajada. —Estoy bien, puedo con esto. Después de todo no es mi primer embarazo—
Jughead sonrió, mirándola de reojo para volver a centrarse en el camino. —Eres la mejor, por eso te amo tanto—
Ella sonrió una vez más, sonrojada y pocos minutos después de un muy cómodo silencio llegaron al edificio al que iban. Entraron juntos, saludaron a todos los empleados y subieron al ascensor para llegar a su oficina cada uno.
Estaban tomados de las manos y odiaban tener que separarse para ir cada quien a su oficina.
Jughead suspiró y besó su cabeza. —Preciosa, te veo en dos horas—
—Te veo en dos horas Juggiekins— Contestó Betty, besando sus labios para entonces ambos separarse y seguir cada quien su camino.
Betty no podía estar más feliz; Tenía un esposo increíble que estaba loco por ella, tenía tres hijos y una perrita que amaba con locura y estaba en espera de otra niña.
¿Qué más podía pedir?
Pero toda esa felicidad se puede ver amenazada si aparecían personas poco agraciadas en el camino.
Como Marilyn Miller, por ejemplo.
—Valla... Otra vez embarazada— Admitió la otra rubia, con una sonrisa divertida. —Tu y tu esposo no descansan al parecer—
—Buenos días Marilyn— Le respondió Betty con su mejor sonrisa falsa . —Si, tendremos un cuarto bebé—
—¿Piensan tener diez hijos más o qué? Solo conseguirás dañar más tu cuerpo. Él ya no te verá atractiva y empezará a fijarse en otras mujeres. Así son los hombres cuando entran en esa etapa— Aseguró Marilyn.
Esas palabras hicieron un hueco en los pensamientos de Betty, pero ella no se iba a dejar. Cuando abrió la boca para responder, apareció su esposo.
—Preciosa...— La llamó, acercándose a besar sus labios y luego su vientre, para luego mirar a Marilyn. —¿Se te ofrece algo?—
—No— Negó Marilyn, neutra.
Jughead se acercó al oído de su mujer. —Espérame en mi oficina, nos juntamos allá—
Betty asintió e hizo lo que dijo su esposo. Entonces Jughead miró a Marilyn, serio.
—Intenté ser amable, de verdad lo intenté, pero mi paciencia se está acabando— Advirtió Jughead, realmente incómodo y molesto. —Pero ya me harté de que quieras destruir mi matrimonio. Escuché todo lo que le dijiste a mi esposa porque aunque no lo creas estoy pendiente de ella todo el tiempo. Deja de meterle basura en la cabeza por favor, ella está embarazada y necesita que la dejen pasar ésta etapa tranquila. Si no te detienes voy a mandar a hacer un memorándum para mandárselo a tu superior—
Marilyn soltó una risa, dándole la espalda. —Quiero ver que lo intentes—
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Realmente la odioo 🔪😤😤
Amores, el capítulo final de la historia ya está listo, solo que tengo ya muchos borradores. Así que básicamente ya terminé la historia, todo lo que viene son borradores que guardé, porque siempre tengo borradores listos❤️ los amo, gracias por tanto ❤️❤️❤️
