Sin saber que alguien que no deseaban ver estaba cerca.
Mientras bailaban, Betty iba muy lejos en sus pensamientos y por supuesto que Jughead se dió cuenta, por lo que no iba a pensarlo mucho antes de decir algo al respecto.
—Bebé...— La llamó el ojiazul en voz baja mientras aún bailaban. —¿Qué tienes?—
—Te pregunté que tienes. Estás muy distante desde que empezamos a bailar. ¿Ocurre algo malo amor?— Insistió el pelinegro.
Betty negó, bajando la mirada sin dejar de bailar. —No es nada—
Jughead no quería insistir más en ese momento, pero no pensaba dejarlo así. Si Betty estaba así de distante es porque algo pasaba.
Eso fue hasta que el vio a una persona que no deseaba ver esa noche y ningún día de su vida; Vió a esa persona sentada sobre las piernas de un señor mayor y muy adinerado. Una persona que no quería ver ni en fotos, de ninguna manera.
Una persona que le había dado uno de los mayores tesoros de la vida, pero que al mismo tiempo había hecho algo imperdonable.
—Juggie...— Lo llamó Betty, extrañada. —¿Qué ocurre? Ahora tu eres el que está raro—
Jughead no la escuchó, estaba mirando a aquella mujer de la que no quería saber nada mientras ella estaba tratando de endulzar a un señor mayor y muy adinerado.
—Jughead— Volvió a llamarlo Betty, seria, separándose. —Será mejor que me expliques qué está pasando—
Jughead tomó aire y la miró, tomando su mano. —Vámonos—
—¿Que?— Preguntó Betty, extrañada y bastante confundida. —¿Irnos? Pero llegamos hace poco. ¿Qué ocurre Jug?—
—Solo vámonos, Betty— Exigió Jughead, incómodo.
—¡Al menos explícame qué está pasando!— Le gritó Betty.
Jughead tomó aire para calmarse, tomándola de la mano. —En casa te explico todo. Por favor, tengo que salir de aquí ahora—
Betty asintió, aún muy confundida y un poco asustada y su novio la guió a las afueras del hotel, ambos otra vez en el auto. Jughead estaba muy tenso y Betty se daba cuenta por la manera en la que conducía, con esa mirada intensa y las venas marcadas en su muñeca y cuello.
Para ella, verlo así era muy sexy también.
El camino fue muy silencioso hasta que llegaron a casa, bajaron del auto y entraron, ambos sentandose en un sofá de la sala de estar.
Jughead seguía muy tenso y Betty puso una mano sobre su mejilla, haciendo que él la mirara.
—Juggie... Dime qué ocurre— Pidió Betty, sonriéndole con dulzura.
Jughead suspiró y cuando la miró, sintió toda esa tensión liberada por un momento. El simple hecho de verla sonreír era suficiente para él, le daba paz.
Él tomó aire, bajando la mirada. —Vi a Paula, la mujer que me trajo a mi hijo Nicolás—
Betty abrió los ojos como platos, mirándolo. —¿Qué? ¿Por eso te pusiste tan tenso?—
Jughead asintió, mirándola. —Esa mujer es una zorra—
—Jug, no la llames así— Exigió Betty. —Es la mamá de Nick—
—Ella no es la mamá de nadie, Betty— Negó Jughead, enojado. —No se le puede llamar madre a una mujer que abandonó a su hijo cuando apenas nació. Ojalá hubieses visto la manera en la que trató a mí hijo. Eso no tiene perdón, Betty—
—Pero si es tan mala... ¿Por qué te acostaste con ella?— Preguntó la ojiverde.
—Porque simplemente estaba despechado, estaba enojado, frustrado y traté de liberar eso con ella. Pero fue un error, fue un error— Admitió Jughead, frustrado. —No quiero saber nada de esa mujer, Betty—
—Recuerda que tú tampoco querías a Nick, Jughead— Le recordó Betty.
—Lo se, lo sé y cuando veo a mi hijo todos los días con esa sonrisa en su rostro me arrepiento de siquiera haber pensado en deshacerme de él. Aprendí a cuidar y amar a mi hijo gracias a ti, Betts— Admitió, poniendo una mano sobre la pierna de su novia.
—Pero mira el lado bueno Jug— Dijo Betty, sonriéndole con dulzura. —Ella lo abandonó, pero ahora es feliz y tiene una buena vida con su papá, su hermanita y yo, su mami. Nicolás es mío aunque no lo tuve en mi vientre al igual que Allison. Él me devolvió la esperanza después de perder a mi primer bebé. Nicolás es un ángel que llegó a mejorar nuestra vida—
Jughead la miró y sonrió. —Te amo tanto... Tu eres nuestro verdadero ángel amor. Contigo he podido criar a Nick y tener otra bella hija—
Betty sonrió, acostando su cabeza sobre el hombro de su novio. —Quiero adoptar a Nick—
Jughead la miró con una sonrisa. —¿De verdad mi amor?—
—Nick es mi hijo, solo le falta llevar mi apellido junto al tuyo— Contestó Betty, mirándolo con un puchero. —Por favor...
Jughead suspiró, mirándola. —No puedo decirte que no, amor—
Betty sonrió, besando sus labios. —¿Volvemos a la gala?—
Jughead la recorrió con la mirada una vez más, poniendo una mano sobre su pierna desnuda. —Tengo un mejor plan—
Betty sonrió con picardía, sabiendo lo que se aproximaba y en pocos minutos los dos estaban en su habitación, él pegándola a ella a la pared mientras se besaban con fuego y lujuria total.
Jughead le quitó lentamente el vestido y la dejó sólo en bragas, tirándola así a la cama mientras él se quitaba el traje frente a ella.
Betty lo miró desnudarse para ella y se mordió el labio, soltando un suspiro al saber lo que venía. Cuando Jughead estuvo sólo en boxers, el se acercó a ella, le quitó las bragas y le abrió las piernas de par en par y metió su lengua entre sus pliegues, haciéndola gemir y tirar la cabeza hacia atrás, excitada, caliente.
Luego él salió de ahí para bajarse la ropa interior, con su enorme erección afuera y se acercó a ella, entrando suavemente y empezando a embestirla lento, aumentando de a poco. Estaban haciendo el amor mientras ella se aferraba a su cabello y espalda y él salía y entraba de ella, siendo así hasta alcanzar el clímax, los dos.
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.