—¿Familiares de Allison Jones Cooper?— Preguntó una doctora, saliendo de la habitación en la que estaba la adolescente.
—Aquí estamos— Avisó Jughead, poniéndose rápidamente de pie con Betty al lado, ansioso.
—Somos los padres. Por favor ya díganos qué ocurrió con nuestra hija— Suplicó Betty, muy nerviosa.
La doctora suspiró, mirándolos. —Es que no sé cómo decirles, su hija es muy chica aún. Pero vamos a tener que intervenirla de emergencia con una laparoscopía. Tiene un... Un embarazo ectópico—
Betty y Jughead quedaron en shock, sin saber si esas palabras que estaban escuchando eran ciertas.
Jughead soltó una risa sin gracia, mirando a la doctora. —¿Un qué?—
—Embarazo ectópico señor. Es un embarazo fuera del útero y no puede sobrevivir, hay que retirarlo ya— Exigió la doctora.
—Pero Allison no puede estar... No...— Murmuró Betty, con los ojos cristalizados.
—Mi hija aún es una niña. Eso no... Eso no puede ser...— Negó Jughead, en shock.
—Lamentablemente así es, señor. Pero si no retiramos ese embrión puede sufrir una horrible hemorragia. Su hija puede morir si no hacemos esa laparoscopía ya— Advirtió la doctora. —¿No sabían que su hija ya había...?
—No sabíamos. Ay no... Esto es muy malo— Dijo Betty, llorando. —Pero haga lo que tenga que hacer para salvarla doctora—
—Hay que investigar si no existen indicios de abuso sexual que se relacionaran con éste... Incidente. Procederemos a retirar al embrión por medio de un procedimiento quirúrgico ahora— Avisó la doctora.
Betty asintió. —Está bien, gracias doctora—
La doctora se retiró para atender el caso de la hija de Betty y Jughead, pero éstos dos estaban devastados, confundidos y con muchos sentimientos encontrados.
Su hija había estado embarazada todo este tiempo y ellos no lo sabían hasta ahora. Y es que Allison aún era demasiado joven como para pasar por algo similar.
—Solo tiene catorce años Betty. ¿Cómo pudo hacer algo así? ¿Y con quién?— Preguntó Jughead, enojado y frustrado. —¡Es solo una niña!—
—Jughead, cálmate— Exigió Betty, tomando su rostro entre sus manos. —Yo estoy como tú, pero ahora lo importante es que no perdamos la cabeza y que nuestra hija esté bien—
—No puedo, Betty— Negó el pelinegro, con los ojos cristalizados. —Alguien le hizo daño a mi niña y lo peor es que no hice nada para evitarlo y no sé quién fue. ¿Quién diablos es el responsable de ese... Ese...
—Vamos a hablar con Allison después. Ahora lo que importa es que ella mejore— Dijo la rubia, abrazándolo.
En la casa Jones Cooper, María había ido a la casa por petición de Jughead para vigilar a Nick y a Ethan mientras sus padres permanecían en el hospital con Allison, pero todos estaban preocupados.
—Come algo mi niño. ¿No quieres galletas y leche?— Le preguntó María al niño rubio que jugaba con una figura de acción en el piso de la sala.
—No tengo hambre— Contestó Ethan, mirando a la mayor. —Quiero a mis papás y a mi hermana—
—Yo también estoy preocupada. Pero tú hermana es fuerte— Aseguró María, acariciando el cabello del niño con una sonrisa.
—Mamá y papá no me responden. Me voy al hospital por mi cuenta— Advirtió Nick, con las llaves de la moto en mano.
—Lo lamento Nicolás. Pero tus padres me dijeron que no debo dejarte salir. Por favor, siéntate. Ya tendremos novedades— Aseguró María.
Nick suspiró y se dejó caer en el sofá, frustrado. Estaba preocupado por su hermana, pero tampoco había manera de que desobedeciera a María.
De vuelta al hospital, Betty y Jughead estaban por perder la cabeza cuando por fin la doctora salió con novedades.
—El procedimiento fue un éxito— Anunció la doctora. —Eliminamos al embrión a través de una incisión en el abdomen. Perdió sangre, está débil y sentirá dolor cuando la anestesia pase, pero habrá píldoras para eso—
Betty respiró profundo, aliviada. —Gracias a Dios. ¿Podemos verla?—
La doctora asintió. —En un momento paso por allá. Si ocurre algo fuera de lo normal me hacen saber—
—Está bien, gracias— Agradeció Jughead, tomando la mano de su esposa para ir ambos a la habitación en la que estaba su hija.
Sintieron alivio y también algo de angustia cuando vieron a su hija tan pálida, en esa camilla, sin muchas fuerzas. Había pasado por cosas que no debían pasar.
Cuando ella giró su cabeza para mirar a sus padres, empezó a llorar con las pocas fuerzas que tenía, apenada y muy arrepentida.
—Lo siento...— Murmuró, cerrando los ojos con fuerza. —Les fallé, lo siento—
—Shh...— La calmó Betty, sentandose a su lado en la camilla y acariciando su cabello. —Lo único que importa en este momento es que te pongas mejor mi niña—
—Chiquita...— La llamó Jughead, acercándose y acariciando su mejilla. —Por favor... Dime que nadie abusó de ti, por favor—
Allison negó, avergonzada. —Yo lo dejé hacerlo. Papá perdón... Debí hacerte caso papi, lo siento...
Jughead suspiró, molesto. —¿Fué ese tipo que dijo Nick? ¿El de diecinueve?—
Allison asintió. —Después se... Se desapareció—
—En cuánto le ponga las manos encima a ese hijo de perra va a lamentar el día en el que nació— Aseguró Jughead, furioso.
—Pero amor... ¿Por qué no se cuidaron? Además... ¿Eso cuando pasó? ¿Cómo es que tú papá y yo no nos dimos cuenta?— Preguntó Betty, confundida.
Allison tomó aire. —Cuando papá y tu descubrieron que yo me salía de la casa a escondidas...
Betty suspiró y besó su cabeza. —Ya mi amor, cometiste un error, pero espero que puedas aprender de el y hacerle caso a tu papá y a tu hermano cuando te dicen algo—
—Perdónanos a nosotros— Pidió Jughead. —Tampoco te hemos hablado de sexualidad de manera muy abierta a que digamos. Es que tampoco es fácil para nosotros princesa—
—Cuando te den el alta y vallamos a casa vamos a hablar. Te prometo que de ahora en adelante todo será diferente mi niña— Aseguró Betty, sonriéndole.
Y sí, Betty y Jughead habían cometido un error con su hija. No le habían hablado de sexualidad como tal y lo único que habían hecho era regañarla, retarla.
Pero ahora querían hacer las cosas diferente. Poco a poco iban arreglando los problemas y malos entendidos con sus hijos y saliendo adelante como familia.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
