—Quiero saber por qué le dijiste a Jake que tengo novio. ¿Por qué?— Preguntó ella.
Jughead sonrió con arrogancia, acorralándola contra una pared y acercándose tanto que sus caras estuvieron a poca distancia.
—Porque me dió la gana, Betty— Respondió Jughead, serio.
—Esa no es una respuesta— Dijo Betty, mirándolo fijamente, especialmente sus labios. —Le dijiste eso porque sabías que entre él y yo podía haber algo... ¿Cierto?—
Jughead soltó una carcajada. —¿Y eso qué tiene que ver conmigo?—
Betty sonrió con arrogancia. —Que tal vez te gusto al menos un poco—
Jughead posó una mano en su mejilla, acariciándola, mirando sus labios. —Si, puede que aún me gustes un poco. Pero... Estoy seguro de que yo te gusto un poco también—
—No lo creo— Negó Betty.
—¿Lo vas a negar?— Preguntó Jughead, empezando a acercarse.
Finalmente la cercanía fue tanta que pasó lo que inevitablemente iba a pasar; Juntaron sus labios en un beso feroz y para nada decente. Sus bocas se fundieron y sus lenguas se juntaron, entonces sus cuerpos estuvieron tan unidos que quedaron muy pegados a la pared.
La ojiverde sintió rápidamente el bulto que se formó entre los finos pantalones del pelinegro y sonrió con satisfacción durante ese beso, satisfecha porque sabía que podía causar esas sensaciones en el.
Luego él bajó sus besos al cuello de la rubia y ahí ella se separó, agitada.
Jughead la miró fríamente. —¿Qué estás haciendo?—
Betty se encogió de hombros. —Me tengo que ir—
—¿Irte?— Preguntó Jughead, con una ceja alzada. —¿Entonces piensas dejarme así?—
Betty asintió, con una sonrisa presumida. —Tienes dos manos. Úsalas— Sugirió, guiñándole un ojo y saliendo de su oficina.
Jughead la vió salir de aquella oficina y golpeó el escritorio, furioso. Furioso porque ella lo había dejado con todas las ganas y porque él pensaba que ella se quedaría, pero no fue así.
Al caer la noche, Betty estaba en el bar, con botellas y copas de alcohol en una mesa con sus amigos Verónica, Kevin, Cheryl y Toni.
Estaban celebrando su amistad y el compromiso de Verónica. Toni se hizo más cercana al círculo de su novia pelirroja que al propio, pero era que en realidad todos habían tomado su camino y se juntaban poco.
—Ésta perra se va a casar, hay que celebrar eso— Anunció Cheryl, levantando su copa de licor.
—Brindemos por V— Habló Betty, levantando su copa.
—Brindemos— Dijo Kevin, feliz, levantando su copa también.
Toni y Verónica copiaron esa acción y chocaron sus copas a modo de brindis, bebiendo, riendo e incluso bailando. Estuvieron en eso un rato hasta que empezaron a irse, porque ahora tenían más responsabilidades.
Finalmente quedaron Toni y Cheryl junto a Betty y ellas ya se iban.
—¿Por qué quieres quedarte aquí sola?— Le preguntó Cheryl, extrañada.
—Relájate, ella ya no se emborracha— Respondió Toni, divertida, mirando a la ojiverde. —Escucha, solterona empoderada. Llámanos si nos necesitas y más vale que no tomes de mas—
Betty les sonrió a ambas. —Descuiden, sólo serán unos traguitos y me iré a casa—
—Tambien puedes llamar a alguien que venga a hacerte compañía— Sugirió Cheryl, guiñándole un ojo.
Betty soltó una carcajada y cuando las chicas se fueron pidió otra botella de vodka y empezó a tomar. Ella no tomaba de manera exagerada. Por eso, después de que se terminara esa botella se iba a ir.
O eso pensaba.
—Hola— Saludó un hombre, sentandose frente a ella en esa mesa.
Betty levantó la mirada y rodó los ojos al ver que era Jughead. —Otra vez tu. ¿Qué quieres Jug?—
—¿Así tratas a tu socio?— Preguntó, tomando la botella de Betty y bebiendo de ella.
Betty le arrebató la botella y lo fulminó con la mirada. —Fuera de la empresa no eres nadie para mi. Puedes irte—
—¿Parar de que?— Preguntó ella, tomando de la botella de vodka.
—Este juego absurdo. Si crees que no me doy cuenta de que quieres castigarme estás equivocada— Dijo Jughead.
Betty tomó aire, mirándolo. —Eres un cabrón, Jughead. Eres un cínico egoísta imbécil que sólo usa a las mujeres a su antojo e ignora sus sentimientos. Jugaste conmigo todos esos meses en la universidad y no me he olvidado de eso. Por eso te haré pagar todas y cada una de las lágrimas que derramé por ti, estúpido— Aseguró, terminándose su botella de vodka de un trago.
Jughead suspiró y puso su mano sobre ella por encima de la mesa, mirándola fijamente. —Lo se y me lo merezco. Merezco cada insulto y castigo de tu parte. Pero Betty... Estoy arrepentido. Sé que soy una mierda como hombre, que jugué con los sentimientos de los demás. Ni siquiera amigos tengo, porque se alejaron de mi por mi horrible actitud. Pero Betty... Quiero recuperar mi vida, mis amigos y a ti—
Betty miró su mano junto a la del chico por encima de la mesa y luego lo miró a él. —No va a ser muy fácil—
—Lo se, lo sé. Por eso quiero que te tomes tu tiempo— Dijo Jughead, mirándola a los ojos. —No tienes que perdonarme ahora si no te sientes lista, pero empecemos por hacer las pases, por favor. Ya no soporto estos castigos—
Betty hizo un silencio, pensándolo. —Creo que sí puedo hacer las paces contigo Jug. Pero no te emociones—
Jughead sonrió. —Perfecto, te voy a demostrar que ya no soy el de antes. Intentaré cambiar—
Betty le sonrió. —Perfecto. Entonces... ¿Ahora qué?—
Jughead la miró con una sonrisa y en media hora ya los dos estaban en la casa de Betty, besándose ferozmente mientras se desvestían con desesperación. Cuando Betty estuvo sólo en ropa interior, Jughead la tiró a la cama y se colocó encima de ella, bajándose los pantalones, ropa interior y luego se colocó un condón para entrar en ella sin previo aviso, así, rudo.
Empezó a embestir fuerte e hicieron bailar la cama esa noche, con frenético sexo salvaje en ella.
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.