01

2.2K 266 5
                                    

Si el infierno existía Adara estaba segura de que éste se había alojado bajo su piel

Oops! Această imagine nu respectă Ghidul de Conținut. Pentru a continua publicarea, te rugăm să înlături imaginea sau să încarci o altă imagine.

Si el infierno existía Adara estaba segura de que éste se había alojado bajo su piel. Todas sus terminaciones nerviosas gritaban de dolor, su cuerpo ardía. ¿Así se sentía el fuego? No volvería a usarlo nunca.

Una parte de ella, la única que no clamaba de dolor, sabía qué estaba ocurriendo. Se estaba transformando. ¿Todos habían pasado por esa infinita tortura? Se sintió aliviada de que Alice no lo recordara.

Alice.

Cuando abría los ojos, con sus gritos rompiendo el silencio que la rodeaba, la veía justo a su lado, su vista estaba borrosa por el veneno que recorría su cuerpo. Le pasaba las manos frías por la frente, por las mejillas mientras murmuraba una y otra vez lo mismo.

-Pronto pasará, ya queda poco, cariño, pronto pasará...

Alice tenía razón, con el paso de los minutos (o quizás fueron horas porque cada segundo era una agonía) el ardiente dolor fue menguando, centímetro a centímetro. Primero fueron los dedos de los pies y de las manos, después sintió que tanto sus brazos como sus piernas estaban liberados de la tortura. Pero ese dolor no se evaporó sino que se concentró todo en su pecho, como una bomba de relojería a punto de explotar.

En algún momento perdió la conciencia y sólo la sofocante llamarada que provocó el último latido de su corazón fue lo que la sacó de la oscuridad.

La transformación había acabado.



Lo primero que notó al abrir los ojos fueron las motas de polvo que flotaban en el aire. También le llegaban los susurros de la planta baja. Y un olor invadió sus fosas nasales. Vainilla. Se levantó de la cama donde estaba tumbada y sus ojos se enfocaron en la única otra persona que había en la estancia con ella.

Alice estaba situada a unos metros de distancia y sus ojos dorados la miraba con un sentimiento que bailaba entre la alegría y la preocupación.

-Todo está bien, Adara.

Parecía su voz, sabía que era su voz, pero sonaba diferente, como si su oído pudiera reconocer matices que antes no había sido capaz de captar. Al igual que su rostro, cuando era humana Alice le había parecido hermosa pero con sus nuevos ojos de vampiro podía ver que su belleza era aún mayor.

Quiso dar dos pasos hacia ella pero su cuerpo se movió más rápido de lo que pretendía y sólo los brazos de Alice impidieron que se chocara contra ella.

-Lo siento. –jadeó y, automáticamente, se llevó una mano a la boca sorprendida por su propia voz. Era más musical, más suave. Diferente. Todo era diferente.

La risa musical de su compañera la calmó ligeramente.

-No pasa nada, te acostumbrarás, ahora eres un poco más rápida. Y más fuerte. –la pequeña mano de Alice se alzó hasta acariciar su mejilla, ya no estaba fría porque ambas tenían la misma temperatura. –Pero sigues siendo igual de hermosa.

Compañera. | Alice Cullen.Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum