CAPITULO 7

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Julen

Esta mujer me sorprende. No tienen nada interesante en su expediente, Se gradúo del instituto con excelentes notas, hace una semana se inscribió en la facultad de derecho de Paris. Hace un mes se mudó en el país.

Nombre completo: Karen Aris Sacco.

Edad: 19 años.

Profesión: Estudiante.

Familiar: Padres y un hermano mayor.

Amigos: No.

Novio: No.

Es todo lo que dice su expediente. Está completamente vacío, no tiene amigos, nada. Es muy raro todo.

Hace horas que estoy en la reunión con los abogados del estudio. Me están poniendo al día sobre los casos que aparecieron en estos meses, observo que son las 9:30 a.m., así que envío un mensaje a mi hermano menor para que vaya a la empresa y muestre a mi nueva secretaria.

Horas más tarde...

Llegamos al estudio jurídico con Silvian, la recepcionista nos saluda con amabilidad, me percato que atrás de ella hay una puerta entreabierta, noto que hay dos maletas, frunzo mi ceño.

¿De quienes serán las maletas?

Sacudo mi cabeza y me voy hasta el ascensor cuando estamos adentro Silvian me observa.

— Tu nueva secretaria te sorprenderá, Julen — comenta mi hermano. Con una sonrisa en el rostro.

¿Qué quiere decir con eso?

La puerta del ascensor se abre y abro mis ojos asombrados ¿Qué le pasó a la oficina? Miro a mi alrededor, me encuentro con la nueva secretaria quien tiene una sonrisa.

— ¿Quién limpió todo esto? — pregunto con un tono serio. La mujer baja la cabeza lo cual me sorprende.

— ¿Karen lo hiciste tu? — pregunta Silvian con un tono suave, ella resignada asiente mi cabeza varias veces.

— Mira, Julen. Tenemos una salita para las reuniones — dice mi hermano emocionado luego se queda serio al observarme. No digo ninguna palabra solo me encamino hasta la oficina y me encierro.

Hay mucho trabajo por hacer y la verdad es que no estoy para jugar para nada.

— ¿Por qué trataste así a la nueva secretaria? — cuestiona regañándome mi hermano al entrar detrás de mí.

— Tenemos mucho trabajo luego me presentaré con ella ¿De acuerdo? Deja de regañarme, Silvian. Llama a la secretaria para que me traiga mi agenda de la tarde. No me acuerdo si tenemos más reuniones o entrevistas con nuevos clientes — menciono, el asiente con la cabeza, sale de la oficina, al segundo, entra con la mujer quien tiene la agenda.

— Buenas tardes, señor Laburdi. Hoy no tiene mas reuniones por la tarde, pero si entrevista para nuevos casos con una mujer luego con un hombre — explica y hago una mueca.

— Muchas gracias — agradezco con un tono serio.

— Con permiso, señor Laburdi — dice. Ella se retira de la oficina con una sonrisa.

Horas más tarde...

Las personas de las entrevistas cancelaron y reprogramaron sus entrevistas para otro momento. Me alegro porque podré ir a casa a descansar con tranquilidad. Me levanto de mi silla y agarro mi saco, escucho que tocan la puerta dos veces.

— Adelante — digo y entra mi secretaria.

— Señor Laburdi. Mi horario laboral terminó, le quería avisar que me retiro — expresa y asiento con la cabeza.

— De acuerdo — es lo único que digo y ella cierra la puerta. Apago todas las luces de la oficina, salgo y cierro con llave. Llamo al ascensor y entro cuando estoy en la planta baja, me quedo en shock al ver mi secretaria saca su maleta del armario del conserje, se despide de la recepcionista y se dirige hasta la salida.

— Silvian — llamo a mi hermano quien viene enseguida junto a mí.

— ¿Qué pasa? — pregunta con interés.

— Quiero saber donde se va con esas maletas esa mujer. Mantenme informado de todo — ordeno y asiente con la cabeza.

— De acuerdo — afirma y el hace una llamada a uno de nuestros hombres.

Karen

Horas más tarde...

Desde que salí de la oficina siento que me persigue y esto no me gusta para nada, no tengo a donde ir o esconderme, la señora del autoservicio no está ¿será que le sucedió algo malo? Quería pedirle de nuevo su pieza, pero no quiero ser una molestia así que me voy por las calles caminando hasta la plaza, al llegar, me acuesto en una banca y pongo mi maleta al lado mío para que no me roben.

Miro el cielo, las estrellas están hermosas y mas grandes. Mis pensamientos son interrumpidos al escuchar pasos que vienen hacia mí, me pongo en alerta.

— ¿Quién está ahí? — pregunto asustada, nadie contesta, pero siento a alguien detrás de mío, me doy la vuelta y me encuentro con el señor Silvian.

Carajo. Me descubrió.

— Señorita Sacco ¿Qué está haciendo aquí? — pregunta con un tono asombrado, me rasco la nuca.

— Me estaba paseando por aquí — miento con descaro, levanta sus cejas y observa mis maletas, bajo mi cabeza y suspiro.

Ya no puedo mentirle.

— Es muy larga mi historia — es lo único que digo y se sienta en el banco.

— Tengo toda la noche — habla.

— De acuerdo — afirmo empiezo a contarle todo y abre sus ojos sorprendidos al terminar mi historia, se levanta de su banca, toma mi maleta luego me mira.

— Vendrás conmigo — declara.

— ¿Cómo cree? No quiero abusar de su hospitalidad, ya es mucho que me den trabajo — expreso con nervios.

— No hay discusión en esto, señorita Sacco. Venga conmigo, se quedará en mi departamento. No existe un no como respuesta — habla serio, me voy a la casa de mi segundo jefe.

Espero que este empleo dure para siempre o sino no sé qué haré aquí en este país.

***

¿Qué pensará Julen al ver a su secretaria en la mansión?

Egoísta Pasión (#1 Príncipes Laburdi) || LUNESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora