CAPITULO 12

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Julen

Una hora más tarde...

Me despierto por la molestia del sol en el rostro, me trato de levantar de la cama, pero siento dolor en la parte del costado, dirijo mi vista hacia ahí y observo que está totalmente vendado.

— No se tiene que mover o la herida sangrará de nuevo — me regaña alguien al abrir la puerta de la habitación, levanto mi vista y miro a la señorita Sacco frente mío también miro que tiene el botiquín en las manos.

Ella curó mis heridas.

— Señor Laburdi debe recostarse para poder hacer la curación de su herida — explica con un tono suave y paciente, me recuesto de nuevo en la cama, escaneo cada movimiento que ella hace.

— Sabe mucho de curación también — rompo el silencio que tenemos ambos y sonríe afirmando con la cabeza.

— Sé muchas cosas, señor Laburdi — confiesa.

— ¿Cómo qué? — pregunto con interés, ella levanta la vista y observa con dudas, abre la boca para hablar, pero es interrumpida cuando tocan la puerta de la pieza.

— Pase — alzo mi voz y ella se sobresalta, me percato que tiembla su mano y baja su cabeza, sigue curándome.

¿Qué carajo es eso? ¿Me tiene miedo?

— Julen ¿Cómo se encuentra? — pregunta mi hermano menor con curiosidad.

— Estoy...— mis palabras son interrumpidas por la mujer que está a mi lado.

— La herida está mejor. Estoy viendo un poco de mejoría en estos tres días. Creo que estará bien en dos semanas. Vendré más tarde para hacerle otra vez la curación — explica mientras guarda todo lo que usó para limpiar la herida. Ella se retira de la pieza con rapidez.

— ¿Qué le hiciste? — pregunta mi hermano menor con los brazos cruzados y alzo mi mano en forma de rendición.

— No le hice nada, hermanito — hablo y asiente con la cabeza.

— ¿Viniste para decirme o informarme de algo? — cuestiono.

— El buffet está tranquilo, los casos que tuviste me estoy encargando algunos están resueltos — informa.

— ¿Cuánto tiempo me dormí? — pregunto de repente.

— Una semana entera, según la nueva doctora es por la fiebre que tuviste y porque perdiste mucha sangre — dice en forma de burla.

¿Cómo es que sabe de primeros auxilios?

Me levanto de la cama para con sumo cuidado, mi hermano se aproxima hasta mí y me impide que lo haga.

— ¿Qué rayos haces? Déjame levantar — hablo enojado.

— Karen dijo que debes quedarte en cama — explica y ruedo los ojos.

— Estoy bien. No es para tanto ¿Acaso le tienes miedo ahora? — pregunto y asiente con la cabeza varias veces con temor.

— La ama de llaves renunció y la cocinera se enfermó. Ella supo como llevar las riendas hasta ahora nos estamos adaptamos — explica hago una seña para que me cuente mas de ella.

— Ella cocina super rico, ayuda con las tareas a Nathaniel, sorprendentemente Othniel le hace caso también hace las tareas con Nathaniel sin pelearse y Sergey no sale a fiestas por el momento, llega temprano a la casa. Los hombres comen su comida sin ninguna objeción — informa.

En una semana esa mujer puso patas arribas en la casa. Eso me gusta.

— ¿Algo más que debería de saber? — pregunto con interés y niego con la cabeza varias veces.

— Quiero que vigiles bien a la señorita Sacco, Silvian — hablo con un tono serio.

— Está bien — es lo único que dice antes de salir de la pieza, escucho que me encierra con llave y frunzo mi ceño.

¿Qué carajo acaba de pasar? ¿Me encerró en mi propia habitación?

— Lo siento, hermano. Es ordenes de la enferma — grita mientras ríe a carcajadas.

— Ya verás cuando salga de aquí, imbécil — grito.

Minutos más tarde...

Escucho que la puerta se abre, observo que es Karen con una bandeja de comida tiene una sonrisa en el rostro.

— Señor Laburdi te traigo comida debe alimentarse también agua para hidratarse bien. Le ayudaré a levantarse con cuidado para poder sentarse en la mesa para que puedas comer tranquilo ¿De acuerdo? — explica y asiento con la cabeza, ella me ayuda lentamente a sentar, observo que hay de todo un poco en la bandeja.

— No sabia que le gusta comer así que le preparé de todo un poco — confiesa y asiento con la cabeza, me limito a comer la carne.

Carajo, ella si sabe cocinar.

— Me retiro — anuncia, pero sin pensar dos veces, agarro de su muñeca.

— Quédate conmigo. Debemos hablar — hablo y asiente con la cabeza.

— ¿De que quieres hablar? — pregunta.

— De como lo haces para ser una mujer multifacética — comento y ríe.

Su sonrisa es hermosa.

— Nosotros somos muchos en mi familia. Mi mamá y mi abuela me enseñaron todo lo que sé. Mi mamá es enfermera, mi abuela es cocinera, mi hermano mayor me enseño a defenderme por lo que pasó con mi antiguo novio — explica.

— ¿Qué pasó con su antiguo novio? — cuestiono mientras como un trozo de carne.

— No me gusta hablar de eso, pero lo haré ya que es un pasado que me marca para siempre — habla con un tono entrecortado.

— Fue cuando tenía 17 años, le conocí en el instituto al principio era un buen hombre, pero luego empezó a ponerse agresivo, me golpeaba constantemente y por cosas que no tenían tanta importancia. Mis padres se dieron cuenta de la situación en la que estaba y me alejaron de él, pero volvió y me secuestró — empieza a relatarme. Ella empieza a contarme todo lo sucedido y abro mis ojos asombrados por todo lo que ha vivido, por la confianza que me tiene al contarme todo su pasado

— En el trayecto a su casa tuvimos un accidente de automóvil. El perdió la vida. Después de eso, mi vida cambió, mi hermano me enseñó a defenderme. Todavía traumas, pero se irán con el tiempo, según mi abuela y mi mamá — habla.

— ¿Por qué quieres ser abogada? — interrogo con interés.

— Porque quiero meter a la cárcel a personas como mi ex novio — confiesa y me quedo callado. 

Esa mujer es muy interesante y creo que quiero que sea parte de mi vidano creo que ella se merezca a un monstruo como yo.

Egoísta Pasión (#1 Príncipes Laburdi) || LUNESWhere stories live. Discover now