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02. DESASTRE.




Facundo.

Asiento varias veces mirando que el lugar era bastante amplio. La verdad no me importaba mucho si estaba con muebles o no porque no pensaba mudarme ya mismo, aparte de eso no me encargaría tampoco luego. Me gusta la zona y la vista que daba a la ciudad y a los demás edificios.

Por lo que me dijeron era una zona tranquila dentro de todo y además porque por ahora no me interesaba mudarme directamente a un barrio privado, siendo honesto.

Miro por unos segundos la vista que te daba el balcón, una vista a la calle. Luego camino por el medio de lo que podía ser mi próxima sala. Mi representante, Hernán, hablaba con el dueño de la inmobiliaria quién le explicaba los términos o incluso si queríamos agregar algo o sacarlo.

—¿Qué decís Facu? —escucho y desvío mí mirada hacia Hernán que se acerca.

Intenta saber si era de mí comodidad o incluso si quería podíamos esperar y buscar otro lugar, a pesar que yo mismo le pedí que me encontrará algo por la zona lo más rápido que podía. No quería quedarme mucho tiempo en su casa o en un hotel, prefería tener mí lugar rápido.

—Si... —murmuro convencido mirando una vez más todo el lugar—. Me gusta porque tiene una habitación extra. La verdad, esta bien.

—¿Seguro? —pregunta para asegurarse y coloca una mano en mi hombro—. ¿No te interesa mirar el amueblado de arriba?

Levanto la cabeza para mirar a Berman y asiento.

—Sí, está bien. Por ahora me quedo con este, después más adelante veré que hago si voy a otro lado.

Hernan asiente varias veces con una sonrisa de labios apretados dándome el buen visto. Comienza a hablarme sobre si quería que se haga cargo de comprar lo básico, cama, cocina y heladera a lo que respondí que lo agradecería un montón esa ayuda cuando la voz del señor nos interrumpe.

—¿Ese... Auto, no es de ustedes, no?

Ambos miramos al hombre que su rostro estaba dirigido hacía el balcón, específicamente hacía abajo, la calle. Hernan y yo nos miramos y nos acercamos hacía donde él veía para encontrar una imagen poco probable que pase en el día de hoy, pero si.

Y si. Es mío.

Me consumió bastante la energía y la respiración al llegar a la puerta del edificio para salir y ver seguían tirando cosas sobre mi auto, definitivamente era mi auto.

Frenesí | Facundo ColidioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora