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38. DIFERENTES
PERCEPCIONES.












Facundo.

Escuchamos pacientemente las indicaciones del día  por parte de Martin, para luego señalar que podíamos empezar con los ejercicios. Esperando que llegue mi turno desvío la atención hacía atrás por unos segundos ante la pregunta de Agustín.

—¿Qué tal con Amelia? 

Vuelvo mi vista a Milton que estaba delante mío también esperando su turno, ladeó mi cabeza y hablo de lado.

—Bien, anoche la ví. 

Respondí con la vista en lo que estaba haciendo Leandro, ya seguido a una distancia de éste, Milton sale. Antes de que llegara mi turno agregue rápidamente a Agustín que parecía interesado o aburrido solo para matar el tiempo entre ejercicios.

—Aunque creo que anoche me mandé una de esas chiquitas. 

—¿Por qué? —cuestiona Agustín y se ríe—. ¿Qué hiciste? 

Ya no llegó a contestar porque salgo corriendo en zip zap como marcaba los conos haciéndolo con precisión hasta llegar al final. Freno y tomé aire para volver caminando a la fila nuevamente mientras veía como adelante esperaba Esequiel para ir detrás de Agustín. 

Llegué a la fila caminando para que segundos después llegará detrás Palavecino y se lo explicó.

—Estábamos ahí. —digo para comenzar a explicar la situación—. Y le llegó un mensaje, cualquiera, nada malo, pero era de un flaco. Lo conozco, hubo un problema en año nuevo por eso. 

Me frenó para tomar aire y Agustín a mi lado me hace con la cabeza como que siga.

—Lo ví, ella se dió cuenta y me preguntó si me molestaba.

Una sonrisa aparece en la cara de Agustín y creo que se ve venir que podría ser lo siguiente.

—Le dije que no, obviamente. —digo y Agustín larga una carcajada—. No le iba a decir que sí, ¿no? 

Intento buscar complicidad con mi amigo cuando continúa tentado.

—¿Pero no y nada más? 

Niego y éste frunce su ceño sin entender, casi al mismo tiempo avanzo en la fila.

—No, le dije como que no pasaba nada porque no éramos nada. —recuerdo y al mismo tiempo me arrepiento de haber dicho eso.

—¿Le dijiste eso? —pregunta Agustín casi sin poder creerlo—. Che, pero ¿no era por ella que dejaste a Clara? 

Me quedo sin saber que responder por unos segundos hasta que muevo mi cabeza asintiendo a medias.

—Bueno, sí, algo así.

Frenesí | Facundo ColidioWhere stories live. Discover now