30

1.3K 142 42
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.




30. EL ALEJAMIENTO



No puedo ni siquiera pensar en lo que acabo de pasar porque cuando ingreso al bar en busca de donde estaba anteriormente Tatiana se levantaba junto a los demás para comenzar a salir. Ya nos iríamos de ese bar, lo peor se venía después claramente.

Pensé que iríamos a un boliche o algo así y no, no fuimos ahí. Mira prefería no ser ir a mover el orto con rkt ahora que me sentía vacía por dentro, no hay mejor receta para algo así. Y no, Tatiana nos lleva a un lugar donde solo pasaban tecno y creo que esto es peor que tenerlo a Facundo dudando una eternidad antes de poder responderme algo conciso.

Intenté pasarla bien dentro de todo lo que puedo no es que me disguste, pero no elegiría venir a un lugar así para estar más de dos horas paradas haciendo esos movimientos que estaba viendo a todas las personas hacer aca. Lo peor es que no podía pedirme ni un trago, la mayoría estaban con sus botellitas de agua y me sentía fuera de todo. La aguanto como puedo dos horas, creo, miento menos hora y media dónde estoy harta de encargarme de la botella de agua porque tampoco quería tomar lo que me ofreció Tatiana para divertirme más porque yo no quería divertirme así. Se sentía como en una película de terror ver a la mayoría muy en la suya y yo estaba lejísimos de eso.

En un momento me escapé de mi amiga y de los demás para decidir buscar los baños. Entre algunos pisotones y disculpas lo encuentro. Estaban todos ocupados y me toca esperar pegada a la pared, entre eso ni siquiera puedo sentirme miserable e insuficiente por lo que pasó con Facundo porque las chicas que estaban en la fila estaban hablando de cualquiera, me pierdo por prestarle atención a la pelotudez que decían.

Lo repito, me siento muy fuera de lugar, es cierto no podés disfrutar de esto si no te tomas un cuarto de una pastilla o lo que sea que acá hacía que se diviertan mucho más con esa música. No digo que todos lo hagan, pero es imposible estar más de dos horas acá sin que te aburras y digas listo, no voy a aguantar otras dos horas de lo mismo. Que se yo, ponga por lo menos techengue ahí te lo maquillo un poco más.

Me lavo las manos para aliviarme que por lo menos había papel de manos en este baño, lo tiró en el cesto de la basura para sacar mi celular y mirar que eran como las tres de la madrugada y más. Decido mucho que hacer, pero busco su nombre y simplemente lo marcó. Dudo mucho que esté durmiendo, tal vez sí, no todos estaban tan al pedo y dolidos como yo.

—¿Hola?

Ah. Sí.

—¿Tomi? ¿Te levanté? —pregunto preocupada.

Escucho su risa. Me alivia un montón y no sé porque siento que él es mi salvación en esta noche de mierda.

—No, no, estoy con unos amigos haciendo play. ¿Vos? ¿Por dónde andas qué me hablas a estas horas?

Frenesí | Facundo ColidioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora