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17. ODIO Y AMOR.







Perdí la cuenta de las veces que lo llamé a Colidio para putearlo de arriba a abajo porque a pesar que ahora o más bien hace más de una hora perdí la cordura, no la perdí tanto para mandarle un mensaje para saber que hizo. Recuerdo que puede estar todavía con ella, con su novia, pienso que por ahí puede ser por eso que no responde y ahí también pienso que por eso no le escribí nada.  Quién sabe si justo podía leerla ella y también causar un problema en su relación, que muy a mí pesar de querer agarrarlo del cuello y apretarlo un rato, no le desee todavía el mal con su pareja y me extraña un montón.

Creo que cambié un poquito al final porque la otra Amelia le hubiera importado todo un choto y mandarle un audio diciéndole Facundo Colidio hijo de puta, garca de mierda, chanta, mentiroso, forro me estás usando con esto, pero no bastante bien lo hice o mejor dicho lo tome... Solo unas cuantas llamadas perdidas.

Son dos horas donde Tomas no me habló, por lo cual se que está enojado y está en su derecho. Seguramente cree que lo cague, lo usé y no, solo estaba haciendo un favor al pelotudo de Colidio. ¿Para qué? Para que el vaya y abra su boca como si fuera un panelista de LAM.

Y la verdad me importa muy poco contemplar la idea de que se le fue la lengua porque la novia, tarada, que tiene le dio un clona. No me interesa. No sé si fue por eso o solo tuvo verdaderas intenciones de molestarme la vida porque lleve a alguien a esa cena y no le avisé. Igual me parece de muy mal gusto todo y siento que no me iría a calmar si no hablaba con él, mejor si era en persona. O no sé si tanto, siento que me temblaba la mano en querer darle una piña o mejor dicho una cachetada por estupido.

En mí departamento doy varias vueltas, estoy muy inquieta, necesitaba descargarme de alguna forma. El viento que comenzaba a entrar por las ventanas corredizas ya me asustaba un poco porque era bastante fuerte e hizo que ingresara como tierra, suciedad, así que la cierro y se termina el poco aire que pude respirar. En la televisión marca que son las diez y media, miro mí celular y Tomas no me respondió al mensaje que le mandé hace media preguntando si tenía ganas de hablarlo.

Claro que no quería, si me debe estar odiando, yo en su lugar lo haría si no supiera el trasfondo de todo esto. Solo necesitaba una oportunidad de explicar mejor las cosas, se que no lo hice tan bien y que tal vez por eso dudo cuando me escucho. Necesitaba charlarlo bien, si era otro varón no me hubiera importado tanto, pero Tomás era Tomás, no quería perder contacto con él.

Para mí calma dejó de darle vueltas al asunto y decido darme un baño caliente que capaz me calmaría un poco así pudiera dormir tranquila. Aunque pensaba seriamente hacerme un té de tilo porque sentía que estaba alterada, más de lo normal. Al salir me cambio la ropa con la que salí por el pijama y suelto mí cabello que claramente no lo mojé, hoy lo lave y no tenía ganas de lavarlo nuevamente y usar la secadora.

Frenesí | Facundo ColidioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora