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Nemuri cojeaba notablemente y emitía pequeños quejidos de dolor. Toda su entrepierna y partes de su cadera dolían. Bajó un poco el cierre trasero de la falda para que no la apretara tanto.

Izuku la había hecho sentir viva; ignorando el hecho de estar extremadamente cansada. Quizás el pie de limón surta efecto.

Se apoyó en el brazo de Izuku para mantenerse en pie. Definitivamente, los tacones no son para usarse con un horrendo dolor en la cadera.

Izuku jaló una de las sillas y, con mucho esfuerzo, Nemuri se sentó. Recostó su cabeza en la mesa mientras asimilaba el dolor. Su pareja se sentó al lado.

"¿Estás bien?" Izuku le preguntó con falsa inocencia.

"No... Definitivamente no..." Le contestó. Ella estaba inquieta, alzando mínimamente sus piernas para resisitir y acostumbrarse al dolor.

Él comenzó a acariciar y amasar su muslo derecho con su mano. Parecía tener un efecto relajante, ya que la sensación punzante de su cadera disminuyó.

"Aquí está." Dijo Inko, con dos platos con tres rebanadas de pie de manzana en cada una. La pareja miró con estrellas en los ojos a ambos platos.

Inko observó a ambos comiendo y disfrutando de su trabajo. Ayer fue un duro día.

"¿Qué van a hacer hoy?" Preguntó la señora Midoriya con curiosidad. Nemuri se detuvo un momento de comer y miró a Izuku.

Él suspiró. "Nos vamos a quedar un tiempo más aquí, luego, saldremos para celebrar nuestro segundo aniversario." Declaró.

Oh, cierto...

"¡Hoy es nuestro aniversario!" Exclamó Nemuri, abrazando tiernamente a Izuku y apoyando su cabeza en su hombro. Su mirada era de ilusión hacia él. Bueno, hasta ahora no se había acordado de que hoy era el aniversario.

"¡Qué bueno!" Felicitó Inko con una dulce sonrisa. Un bostezo suyo fue notado por Izuku. Su madre se duerme bastante temprano como para tener sueño a esta hora, y por lo que puede intuir, los ruidos de la cama chocando o los gemidos de Nemuri despertaron a su madre.

"Cierto, en cuanto a lo de anoche..." Izuku miró, apenado, a un lado.

"Yo... Me cuesta, pero lo entiendo." Inko miró a un lado. "Ya tienes dieciocho años, pero fue un poco fuerte y tarde para ser tu primera vez." Sonrió la madre.

Izuku y Nemuri se miraron disimuladamente.

"Por favor, a mí me cuesta dormir, así que la próxima vez que lo hagan aquí sean más cuidadosos."

"Lo tendremos en cuenta." Respondió Nemuri en el lugar de Izuku, que aún gozaba del pie de manzana.

Aquel postre de desayuno era de los mejores que Nemuri había probado. El ambiente bastante hogareño de la residencia Midoriya la reconfortaba, e incluso le parecía mejor que su propia casa.

"Bien..." Izuku puso el plato de su pareja sobre el suyo. "Estaremos aquí hasta las dos, más o menos."

"No hay problema, Izuku." Inko volvió a sonreír. Izuku imitó la acción de su madre. Verla tan feliz es uno de sus mayores logros.

Inko observó los extraños cojeos de Nemuri.

"¿Qué te sucede, Nemuri?" Preguntó ella por los extraños movimientos de la mujer.

"Oh, estoy algo cansada y, además, me golpeé el pie mientras venía aquí." Sonrió ella, intentando convencer a la señora.

"¿Okay...?"

~

No todo es sobre sexo, lector.

Jakska, ¿qué tal?

Midnight's Deep SubmissionWhere stories live. Discover now